XV

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Lando

Cisca ahora era mi cebo. Antes de irnos, Caco le dio su número de teléfono a Cisca, gran error ya que con el número de teléfono de alguien puedes averiguar muchas cosas sobre él. A parte, le había encantado mi hermana, así que era más fácil distraerlo y sacarle la información más necesaria.

Esto había cambiado el rumbo de todo lo necesario. Mi trabajo ya estaba fluyendo del todo. Ya dentro de poco tendré la información necesaria.

Mi teléfono comenzó a vibrar y vi que era la secretaria sustituta.

—Dime Ana.

—Te traen unas flores, de un tal S.O. ¿Las recojo y te las llevo? —Abrí los ojos ligeramente sorprendido.

—Si si, tráemelas, gracias. —Colgué y alce una ceja, otras flores de ese tal S.O.

Para empezar, como ese chico sabía que yo trabajaba en el CNI, y para acabar, pensaba que no me iba a mandar mas flores.

Abrí la puerta y mi secretaria me dio un ramo enorme de margaritas. Cerré la puerta y las coloqué en un florero vacío que tenía de decoración antes de echarlas un poco de agua.

Agarre la tarjeta y la abrí.

"Me gustaría hacerte un ramo igual de grande del amor que siento por ti, pero entonces nos quedaríamos sin margaritas en el mundo. Mira el significado. S.O."

Este tío es un romántico.

Fui a una estantería y saqué el libro, después de que me lo regalara el admirador secreto en español, me lo compré en inglés y lo traje aquí.

"Las margaritas significan pureza, la inocencia y se utiliza para seducir, en el caso de las de color blanco. Las de color rosa son para un amor muy tímido e inocente y las azules simbolizan la fidelidad."

Mire las margaritas con una sonrisa. Solo había margaritas blancas y azules, ni una rosa. Al parecer ese tal S.O. no quiere tener un amor tímido e inocente.

Pero me tenía totalmente perdido, no tenía ninguna idea de quién podía ser.

Alguien tocó la puerta y me saco de mis pensamientos. Me levanté a abrir y dejé a Daniel pasar con una sonrisa.

—Hola hola guapo, ¿qué tal todo? —Le saludó. —Te veo más sonriente de lo habitual.

—Digamos que tengo una sorpresa. —Me dijo y achine un poco los ojos. —Adivina, es visible.

—Vale vale. —Comencé a analizarlo. Su postura era relajada, ambas manos en la cintura en forma de garra, pelo despeinado. Espera, sus manos. Analizó sus dedos y abrí los ojos viendo el anillo nuevo. Una alianza plateada, con cristales que la adornaban. Un anillo precioso.

—¿Y ese anillo? —Agarre su mano y lo observé de más de cerca.

—Me lo dio Max. —Le mire la sonrisa y abrí los ojos en grande.

—Espera, ¿¡Max te ha pedido matrimonio!? —Grite a punto de volverme una adolescente eufórica.

—¡Si! —Él chilló y yo le imité antes de abrazarlo fuerte.

—Joder me alegro muchísimo. —Le di un abrazo con fuerza. —¿Cómo fue?

—Estaba preparando la cena, sabía que Max iba a llegar tarde porque se iba a tomar unas cervezas con C2 , pero vino más pronto y fue lo primero que hizo al verme. —Dijo con una sonrisa.

—¿C2? —Pregunte confundido.

—Carlos y Charles, es más fácil si dices C2. —Asentí ligeramente, era bastante obvio si.

Atrolondrado || CarlandoWhere stories live. Discover now