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— ¿Y la universidad? — me pregunto verónica, algo curiosa

— No iré —admití estúpidamente

—Lo siento

— No hagas eso, no me lo digas como si alguien hubiera muerto. — le pedí algo molesta

Tomé un poco de aire y empecé a juguetear con el cable de teléfono.

— ¿Cómo pudiste hacer tu vida, sin la ayuda de papá o mamá? — le pregunte a mi hermana mayor

— Es difícil, porque no tienes ayuda económica y debes conseguir para tus gastos, alquiler, comidas y transportes.

No pude evitar desanimarme al escuchar todo eso, para mí sería mucho más difícil.

— ¿Estarás en mi boda? — le pregunte un poco triste

— No lo sé — admitió algo avergonzada.

— Descuida, entiendo que a veces la situación está mal y preferirá que gastarás lo de pasaje de venir aquí en algo más útil

No quería que se preocupara por un gasto más, pero no podía evitar sentirme algo sola. Mi hermana parece ser la única con la que puedo contar y bueno, también con mi hermano menor.

Seguimos hablando unos minutos más, hasta que escuche que tenía que cubrir un turno nocturno y tuvimos que terminar la llamada

— Adiós hermanita — Se despidió vero

— Después hablamos, cuídate hermana y te quiero — le recordé antes de que me colgara.

Las heridas de MarWhere stories live. Discover now