Capítulo 3

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Diego se había ido muy temprano por la mañana, pero por mí estaba mejor porque podía estirarme todo lo que quisiera en la cama. Me sentía fatal por lo mucho que nos estaban apoyando los padres de Diego y los míos, no. Solo sentía que era una carga para ellos.

Eh pensado en trabajar al menos medio tiempo, pero estoy segura que Estela, ni su esposo me dejarían trabajar. Solo tenía poco dinero en mi cartera y un poco más de mis ahorros, pensé en cómo administrarlo bien. Con lo poco que tenía en mi cartera iría comprar desodorante, pasta de dientes, acondicionador y crema, se me está acabando esas cosas y por el momento no contaba con mucho dinero.

Me levante de mí cama y me la pase caminando por todo el lugar. Solo pensaba en los gastos del bebe, tenía que buscar una forma de conseguir dinero. Lo de mis ahorros son como tres mil, eso lo usaría para comprar algunas cosas para el bebé como cremitas, pañales, toallitas, biberones, fórmula, chupones y un poco de ropita. Solo de pensar que tenía que conseguir el dinero del parto, de consultas médicas y de muchas más cosas me sentía abrumada. Yo ya no era la prioridad, ni Diego, nosotros quedamos en segundo plano y debíamos hacer todo lo posible para conseguir dinero y que este niño estuviera bien.

Tal vez podría trabajar como cajera o mesera, pero dudo que alguien me quiera contratar con mi condición. Podría vender algunas de mis cosas como mi ropa o así. Tengo unos aretes de oro que mi madre me regalo, podría ver cuánto me dan por ellos. Hay en tantas cosas que pensar y en las cuales debemos cubrir gastos.

Ya encontrare la forma de conseguir dinero.

— Linda, Diego me pidió que viniera a recogerte — dijo Estela alegremente como de costumbre. Cerró la puerta detrás de ella y me dio una bolsa con algo de ropa.

— Buenos días a ti también Estela y gracias

— Perdóname linda, es que se me había ocurrido ir de compras y comprarle algunas cositas al bebe

— Me gusta la idea, pero podemos ir a su casa primer.

— Oh, sí. Debemos desayunar primero con nuestros esposos — dijo Estela muy entusiasmada.

— Bueno, iré a vestirme — señale el cuarto y tome la bolsa de ropa.

Ahora que lo pienso, no hemos pensando en un nombre para el bebé. Pensé que Diego estaría en su casa, pero al llegar él ya se había ido. Es justo lo que me imaginaba, que se le olvidaría todo lo que me contó a noche y la verdad me daba igual. Desayune con el Señor Romero y Estela. Después de eso el señor Romero se fue a trabajar. Estela y yo regamos las plantas y arreglamos un poco su jardín interior.

— Sabes a mí me hubiera encantado, tener una hija, pero lamentablemente ya no pude tener más hijos — me confesó Estela algo desanimada. — De hecho, cuando quede embarazada de Diego habíamos planeado ponerle Dalia al igual que mi madre si era niña.

— Es un lindo nombre. — admití mientras limpiaba las hojas de una planta

— Aún recuerdo cuando conocí a Darius. Aún no tenía dinero y estudiaba Finanzas. Mi padre no quería que me casara con él por no ser de "alta sociedad" — Estela hizo un acento en ésta última palabra— Y Daríus para merecerse digno empezó hacer una empresa con el pequeño negocio de su madre, lo convirtió en algo más que un local, empezó a trabajar eh invertir en remodelar la panadería de su madre, después se fue haciendo famoso esa pequeña panadería por lo delicioso que eran sus galletas y empezó a venderlas por paquetes hasta empezar así un negocio el cual después le permitirá expandir su panadería en muchos otros lugares .

—¿Entonces el señor Romero hizo todo es por usted? — pregunte algo curiosa

— No solo por mí. También por las mujeres que lo criaron con mucho amor. — admitió estela con una pequeña sonrisa

Las heridas de Marजहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें