Capítulo 2

1 0 0
                                    

Habían pasado casi dos semanas desde que me fui de la casa de mis padres, hace una semana Estela me acompaño a hacerme un chequeo y comprobar que estoy embarazada. Tengo seis, casi siente semanas de embarazo y estoy a punto de casarme con alguien que no me ama. Ni yo lo amo a él, pero nos vemos obligados a unir nuestras vidas por esta pequeña personita que crece dentro de mí.

Tuve que pedir que me adelantarán algunos exámenes finales, para poder tener mis calificaciones completas y no asistir a clases. Le mentí a mis amigos diciendo que verónica está embarazada y se le ha complicado. Solo podía sentirme triste porque todo lo que esperaba con mucho anhelo, ya no lo haré.

No iré con mis amigas a comprar vestidos para la graduación, ni esperare un ramillete que combine con el color de mi vestido. Tampoco estaré en mi ceremonia de graduación con mi toga y birrete, ni recibiré mi reconocimiento a mejor promedio de la clase.

— Toma linda — me ofreció estela un ramo de tulipanes blancos con algunas otras flores.

Yo lo tome sin mucho entusiasmo. Al verme en espejo con un vestido blanco, un velo que me había pedido la señora Estela que usará y ese ramo de flores en mis manos, no podía dejar de pensar en que de todas las cosas que mis padres y yo tenía planeado para mi futuro, habían terminado esos sueños.

Sería esposa y madre de alguien a mis dieciocho años, nada de lo que había soñado algún día se haría realidad, porque ahora todo cambió y debía priorizar otras cosas.

— Me habría encantado ir a ver vestidos de novia contigo, pero respeto que quieras llevar este vestido que ya tenías guardado. — dijo Estela alegremente, mientras me acomodaba el velo.

— No quiero abusar de su amabilidad, desde que llegue a su casa se ha portado muy bien conmigo. — admití y me acomodé un mechón de cabello. Sonreí, pero al final mi sonrisa se desvaneció

Estela al ver este gesto, no pudo quedarse callada más.

— Sé que no quieren casarse, pero no entiendo porque están empeñados en casarse.

— No lo sé, creo que esto es lo correcto

— Saben que puede terminar mal todo esto, sólo por forzarse a hacer cosas que no quieren. Al final el único que saldrá lastimado sería el bebé.

— Lo sé, pero Diego aun así quiere que nos casemos, al menos tenemos que intentarlo — admití finalmente

Estela solo suspiro, dándose por vencida de convencernos de que, si no, nos amábamos para que casarnos. Yo habría aceptado cualquier decisión de Diego, pero me ha insistido para que nos casemos y no entiendo por qué sí ni si quiera me aprecia. Desde que le di noticia eh sentido que me odia, que no me tolera y que soy lo peor que le a pasado en su vida.

— Espera un momento aquí — me pidió Estela y salió rápidamente de mi habitación

No tengo la menor idea, si mis padres irán a la ceremonia o al menos estarán en la comida que la señora Estela organizo. Estoy segura que mi padre no estará ahí, porque solo soy una decepción, pero mamá; acaso me dejará sola, seguirá obedeciendo a mi padre al punto de dejarme completamente sola en un día como éste.

—Linda, quiero darte un pequeño regalo es algo que ha pasado de generación en generación en mi familia

Estela me dio una pequeña cajita, al abrirla eran una cadena de oro y unos aretes igual de oro solo que estos eran con forma de Delfín.

— Muchas gracias Estela, son preciosos — me detuve al instante al pensar, si realmente debería aceptarlos o si los merecía al menos — pero, ¿está segura de que me los quiere dar?

Las heridas de MarWhere stories live. Discover now