Capítulo 7

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Dos semanas después Madeline y Anastasia eran como uña y carne. Desde el momento en que se conocieron hicieron una conexión maravillosa y ambas se querían mucho. La señora Juliette no volvería hasta después de cuatro meses ya que pronto se acercaría su aniversario y quería pasar unas merecidas vacaciones con su marido.

En la empresa había mucho por hacer ya que los hoteles y restaurantes se inauguraron y fueron un rotundo éxito. Los medios estuvieron tras los diseñadores y los arquitectos tratando de conocer más sobre nosotros. Para todos fue una gran noticia eso, menos para mí. Fui muy cuidadosa al ir y venir para que no supieran mi lugar de residencia. Quería mantenerlos lo más alejados de mi por Anny.

Mike si lo disfruto mucho, y aún lo hace ya que la apertura de todo sigue reciente.

— ... Y eso es todo. Tú reunión con el señor Leblack es dentro de media hora.

— Espera, ¿Qué?— salgo de mis pensamientos abruptamente mirando a Alejandra frente a mi mientras actualiza mi agenda.

— Creí que el señor Brown ya te lo había dicho. El señor Leblack pidió una reunión contigo para que le dieras los datos del contrato con los diseñadores de la empresa asociada. Además, también quiere darte nuevas instrucciones para un nuevo diseño que quiere tener.

— Perfecto, estaré allí entonces. Gracias Alejandra.— Cuando sale de mi oficina suelto un suspiro largo y pesado. Después del incidente frente al ascensor no me había topado con Leblack. Solo lo había visto de pasada en la inauguración de los hoteles.

Termino con unos proyectos personales y me dirijo al ascensor para ir al territorio del dueño de todo esto. Arreglo mi blusa rosa pastel y mi falda de tubo negra. Siempre dejo los últimos dos botones sueltos por costumbre así que pasó ese detalle por alto. Recojo algunos mechones con un pasador con un lazo rosa y suspiro sosteniendo fuertemente las carpetas.

La luz roja y el típico "PIM" me indican que ya llegué a mi destino. Salgo del ascensor y me paseo entre las diferentes oficinas que hay aquí arriba hasta detenerme frente al escritorio de Angélica.

— Buenas tardes, vengo a reunirme con el señor Leblack.

Suelta un bufido de fastidio y saca su teléfono.— Señor Leblack, la señorita Stone está aquí... Entendido...

Cuelga y me indica que entre, doy dos toques y abro las puertas altas y dobles de cristal blindado.

Su oficina es enorme y bien ordenada. Un escritorio oscuro de caoba está en el centro de la sala, detrás de éste una silla grande de piel y dos más pequeñas al frente. Grandes ventanales con cristal polarizado, cuadros colgados en un pared haciendo un collage y un estante enorme con muchos libros y retratos.

Pero... Está vacía. Él no está aquí. Doy media vuelta y me dirijo hacia Angélica pero ella antes de decirle algo, murmura.— El señor Leblack dijo que lo esperara en su oficina. No tardará en venir.

Parpadeo y presiono los labio en una línea recta. Doy media vuelta y entro nuevamente a la oficina. Si no fuera necesario me iría pero quiero salir lo más pronto posible de esto. Me siento a esperarlo en una de las sillas y espero alrededor de una hora hasta que las puertas se abren dando paso a una fragancia almizcle a bosque y un toque que no termino de descifrar.

— Señorita Stone.

— Señor Leblack.— Me levanto y quedamos frente a frente. Él se acerca a paso decidido como si tuviera todo el tiempo del mundo. Toma mi mano y deja un casto beso en el dorso de ésta. Me congelo al sentir una corriente eléctrica recorrer todo mi cuerpo y trato de disimular el estremecimiento. Me quedo sorprendida por su acción tan pasada de moda y del siglo pasado. El solo levanta la mirada y me da una sonrisa lobuna mostrando sus perfectos y blancos dientes.

Eternos SiempreWhere stories live. Discover now