Capitulo 11

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Estoy tarareando una canción. La pequeña bebé está jugando con sus manos y pies mientras tiene su chupete. Anny balbucea algunas cosas y me acerco a verla. Le sonrío y le pasó su sonajero.

Le canto para que duerma y me deje seguir haciendo mi tarea. El instituto es más complicado cada año, pero no me rindo. Si quiero tener un buen futuro debo aprovechar cada oportunidad y graduarme para cumplir mis sueños...

Anny llora. Es tarde y a Ella le molesta el llanto de los niños. No, estoy equivocada. A Ella le molesta todo lo relacionado con niños. Se levanta furiosa como siempre, ya sé lo que dirá. Siempre lo repite, no es nada nuevo lo que sale de su boca.

¡Calla a la niña, estorbo! ¿Cuántas veces te he dicho que mantengas a la mocosa en silencio y que no me moleste?— Me levanto para ir a buscar a la pequeña y calmarla, para eso debo pasar por su lado y Ella lo aprovecha. Me toma del cabello fuertemente y me golpea. Me grita lo mismo de siempre y luego me empuja bruscamente antes de salir. Me mantengo en pie y cargo a la pequeña. Le canto en voz baja la canción especial y se duerme en segundos.

La recuesto en la cama y la cobijo. Me siento a su lado y le acaricio la cabeza mientras el eco de las palabras de antes retumban en mi cerebro una y otra vez. Es inevitable. Aunque ya esté acostumbrada y ya no me importe, las palabras siempre se repiten y no salen de mi cabeza hasta que decido guardarlo en un cajón oscuro y pesado en lo más profundo de mi mente. Abraso mis piernas y oculto la cabeza en éstas. ¿Por qué? ¿Por qué me pasa todo esto? ¿Hice algo mal para merecerlo? ¿Por qué... Ella es así?

Siento una mano acariciando mi cabeza y una voz profunda y cálida mientras dice:— No lo olvides. Yo siempre te voy a cuidar. Pase lo que pase... Eternamente siempre.

Despierto sobresaltada y con la respiración agitada. Paso mis manos por mi rostro mientras me levanto de la cama. Miro el despertador y noto que son las cinco de la mañana. Voy a la cocina a buscar un vaso de agua mientras los rastros de sueño van desapareciendo.

¿Por qué soñé aquella época en la que Anny era una bebé? Mientras voy al baño a asearme trato de atrapar todos los fragmentos de mi sueño pero estos se van escapando. Forzo mi mente a recordar lo último, esa voz que repitió aquella frase y dijo que me cuidaría. Miro al espejo y una chica pálida, con unos ojos azules brillantes, un cabello tan blanco como la nieve y una expresión confundida me devuelve la mirada. Cuando cumplí veinte años había pensado en teñirme el cabello. Quizás negro o castaño. Pero me di cuenta que tener el cabello blanco me hacía diferente a muchos, una "rara". Y, por rebeldía y tener internamente una lucha ganada, decidí dejarlo tal cual estaba. Muchos pensaban que era de las personas albinas, pero en realidad no es asi. Las personas albinas son totalmente blancas, en todos los lugares. Y yo... pues era rubia en algunas partes. Así que era divertido callar algunas bocas cuando decían saber algo y no era así.

Me visto con ropa deportiva y salgo a dar una vuelta hasta que sea hora de ir al trabajo. Voy trotando mientras me pongo mis audífonos y Say My name suena a todo volumen acallando los recuerdos que quieren surgir luego de ese sueño.

— Ojalá ese día hubiera tomado la decisión correcta. No estuviera arrepintiendome por tenerte aquí.

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— Vamos, preciosa... Canta. Canta para mí, como lo haces para la pequeña. Hazme un favor y luego podrás pedirme lo que quieras. Canta o... ¿Quieres que vaya a jugar con la bebé?

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—... Me gusta cuando mis juguetes tienen sabor a inocencia. Eres tan dulce. Eres un ángel Nia, un ángel que es solo mío...

Eternos SiempreWhere stories live. Discover now