Capitulo 14

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Me está besando.

Donovan Leblack está besándome. Y YO LE ESTOY DEVOLVIENDO EL BESO.

Donovan se separa un poco de mi y me mira sonriente. Parpadeo rápidamente y salgo de mi aturdimiento. Mierda. Retiro los brazos detrás de su cuello sin saber en que momento lo puse allí. Siento una leve corriente eléctrica allí donde se atrevió a poner sus labios. Me alejo y salgo de sus brazos mientras trato de aclarar mi cabeza.

— Nia... No lo hagas.— levantó la mirada confundida mientras respiro agitadamente. Sé que debo lucir sonrojada, muy sonrojada. Donovan se acerca y trato de alejarme una vez más pero, usando un poco de fuerza, logra rodearme nuevamente. Y toma mi rostro para que lo mire—. Puedo imaginar los pensamientos que rondan por esa cabecita en estos momentos. Pero, antes de que te marches y te encierres en tí misma quiero decirte algo. Me interesas Nia, me interesas mucho. Al principio trate de ignorarlo pero me atraes como nunca.

Silencio.

Sorpresa.

Confusión.

Miedo.

Miro a Leblack impactada al oír sus palabras y siento como mi corazón se detiene. Esto... Esto no tiene que estar pasando. Donovan es mi jefe y apenas lo conozco hace algunas semanas.

Sí, es muy guapo. Sí, tiene un cuerpo de infarto. Sí, es súper deseable. Y sí, me atrae también pero... Eso no puede ser.

Simple y sencillamente porque alguien como Donovan Leblack no podría andar con alguien como yo. Y no lo digo porque me considere alguien muy por debajo de él, no. Solo que el es serio, intimidante y tan... Misterioso. ¿Cómo es posible que no haya información sobre sus familiares o, mínimo, información sobre su vida pasada? Porque debe haber algo. Uno no construye un imperio pastelero de la noche a la mañana solo porque sí.

Y, además, yo no soy precisamente una perita en dulce. Tengo secretos, y uno de ellos es la existencia de Anny. Si se enteran me despedirán y será muy difícil encontrar un lugar que cubra todas mis necesidades.

— Esto no puede ser.— digo con la voz más firme que puedo encontrar. Donovan me mira fijamente pero nada en su expresión me indica qué es lo que piensa.— Usted es mi jefe, señor Leblack. No creo que sea muy ético besar a su jefa de Diseño. Espero no se vuelva a repetir, si me disculpa me retiro...

Doy media vuelta y me alejo dispuesta a salir del lugar. No me alejo lo siguiente cuando siento que me tiran del brazo. Donovan nos dirige a un área apartada y fuera de miradas indiscretas. Mierda, espero nadie nos haya visto.

— Así que así será. Bien, me gustan los retos.— Lo miro confundida por sus palabras y él solo sonríe mientras me acorrala en la pared—. Escucha, Nia... Si hubiera verdadero rechazo o, mínimo, incomodidad después de lo sucedido te dejaría en paz. Pero, ¿Adivina qué? No lo sientes, de hecho puedo asegurar que, después de tomarte unos minutos pensando te gustó. Y, no voy a negarlo, es bueno; malditamente bueno besarte. No miento, te deseo Nia. Pero no te voy a obligar a nada. Así que te dejaré pensarlo, podrás darme tu respuesta el lunes en la oficina.

— Está confundido, señor Leblack. Yo no deseo nada de esto, es sumamente incómodo ya que usted es mi jefe. Y no tengo nada que pensar, esto no...

— Tienes razón.— sonrió aliviada al ver que lo entendió pero cuando acerca su rostro al mío hasta tocar nuestras narices sé que me equivoco al pensar en que va a dejarlo hasta aquí—. No te he dicho que quiero exactamente para que lo pienses. Muy mal de mi parte, espero me disculpes. Bien, si quieres que te lo diga aquí en un rincón oscuro del jardín de los nuevos hoteles, no tengo problema. Tengamos un acuerdo casual, Nia. Pero no uno común en el que los involucrados solo se llaman cada cierto tiempo para follar y ya. No, quiero un acuerdo casual especial. Sí, quiero follarte pero también quiero invitarte a comer, invitarte algunas veces a salir, conocernos, tener una relación mas allá.

Eternos SiempreWhere stories live. Discover now