Libro II de la Saga DESEPERATE LOVE
Una historia a base de mentira nunca tiene un final feliz y esta fue la mía, no sé en que momento pero perdí a la persona que estaba conmigo en todo momento.
NO pensé que Anastasia Brown fuera la persona que fuer...
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Anastasia
No sé que hago aquí. Pero aquí estoy, me encuentro en la puerta de la mansión que vivía desde pequeña, pero me hago un poco la sorprendida, no quiero levantar sospechas de Harry, suficiente tengo con que dude de mi. No quiero que lo lastimen, por eso es mejor tener al margen de mis problemas. Hablé con Steven y de suerte el imbécil entiendo, bueno en cierta parte si, se creyó la película que le dije, por qué si no me tocaría escapar y esos dos imbéciles estuvieran atrás mío y no soportaría eso.
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—¿Me quieres explicar la estupidez que estás diciendo?
Suspiro mientras me siento en la oficina de Steven, como siempre con su traje de tres piezas negro, se encuentra sentado, imponente como siempre.
—Me voy a ir a Inglaterra con Harry.
—¿Por qué? Eso es lo que no entiendo, Anastasia.
—Voy a visitar a mi papá, Steven. No puedo levantar sospechas, ¿Tú quieres que nuestros planes se arruinen?
Yo si, pero tú planes no lo míos. Te voy a hundir imbécil.
—¿Por qué vas a visitar a tu papá? Cinco años Anastasia y nunca quisiste ir a verlo, ¿Por qué ahora?
—¡Por qué es mi papá, joder! ¿Eso no es suficiente?
Su mirada penetrante está en mi. No deja de ver en ningún momento.
—No lo es. ¡Tienes un puto entrenamiento! Recuerda eso, ¿Verdad?
Maldito imbécil.
—Si, recuerdo que eres un imbécil. Cómo mierdas me vas a enviar a entrenar, a una asesina. ¡Por dios!
—A una asesina que casi matan, ¿Eres una niña, Anastasia?
Cómo daría por meterte un maldito tiro en este momento, pero debo contrarlame.
—Soy una asesina, sé cómo hacer mi puto trabajo, Steven. Déjate de mierda, ¿sabes que? No tengo que pedirte permiso para poder ir a visitar a mi papá y no lo voy hacer. Solo te vengo a decir dónde estaré toda esta semana, para que después no me estés llamo. Me largo.
—¡Anastasia!
—¡Jodete!
Con eso cruzo la puerta de su oficina y voy directo a buscar a mis hijos, tengo que ir por mi papá y el amor de mi vida me va a llevar.
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La puerta de la mansión se abre y de esta aparece mi nana, dios como la extrañé. Ella me ve y se quede congelada, pero pero parpadea confundida mientras las lágrimas comienzan a fluir por sus mejillas.
