Extra: Un nuevo comienzo

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Felix jamás imagino que se encontraría de esa manera y precisamente en ese lugar. La cama que fue testigo de su infierno en cautiverio, ahora lo sería de la entrega absoluta y definitiva al hombre que logro hacerle perder la cabeza.

Hyunjin no había tardado mucho en empezar a desnudar a Felix. Habían sido meses de tortura sin tenerlo a su lado y no planeaba pasar un segundo más sin volver a poseerlo.

Empezó con abrir la camisa de éste, sin importarle romperla en el proceso. Los botones habían salido volando por la habitación mientras él seguía encima de su amado, con sus piernas aprisionando las caderas del menor.

Sintió la erección de Felix rosar sus nalgas cuando se inclino a besar los pezones que ya estaban erguidos para él. Sus dientes se apoderaron de ellos, jalando y mordiendo con desespero antes de pasar su lengua como un bálsamo consolador.

Felix solo podría aferrarse con una mano a los cabellos algo duros por la sangre que había emanado de la herida. Su otra mano apretaba las polvorientas mantas que cubrían el colchón, jalando la tela hasta que sus nudillos se pusieron blancos y de su boca solo salían gemidos.

—Te extrañe tanto —jadeo Hyunjin, sus labios ahora posados en el abdomen de Felix. Junto arriba del ombligo —. No tienes idea de las noches que soñé con volver a oírte gemir por mí —Mordió la delicada piel haciendo al menor gemir con más fuerza —. Volver a tenerte así —Paso la lengua por la zona enrojecida y descendió hasta la orilla del pantalón —. Tan dispuesto para mí.

—¡Hyunjin! —casi grito cuando el mayor paso su mano por su erección, la cual palpitaba presa en sus pantalones.

—Dime, ángel —Se enderezó frente a la cama y deleitó su vista con el cuerpo semidesnudo de Felix —. ¿Qué quieres? ¿Qué es lo que necesitas?

—A ti —gimió, necesitaba ser tocado por el hombre frente a él.

Hyunjin se quito la camisa con algo de prisa, por mucho que quisiera jugar con la paciencia de Felix, él mismo estaba muy necesitado de comenzar con el acto de una vez por todas. Necesitaba enterrarse en él, tan fuerte y profundo que le costará caminar al día siguiente.

Debía recordarle a quien pertenecía, debía borrar todo rastro de haber sido tocado por otro hombre. Felix era suyo y de nadie más.

Además de quitar la camisa también se sacó los pantalones junto con la ropa interior, quedando así al descubierto para mayor satisfacción de Felix, quien para ese momento estaba recargado sobre sus codos admirando al hombre que tanto amaba.

Antes de que Hyunjin se acercara de nuevo a él, Felix bajo de la cama y se puso de rodillas. Sus ojos conectados con los contrarios, transmitiéndole todo el deseo que lo consumía por dentro.

—¿Imaginaste alguna vez tenerme asi? —preguntó tomando la erección del Hyunjin entre su mano —¿Justo así y en esté lugar?

—No tienes idea de cuantas veces —admitió acariciándole la cabeza —. Soñaba con que sucumbieras ante mí, que cedieras a mis insanos deseos.

—Y lo lograste —Paso la punta de su lengua por el glande, robando un jadeo de los labios de Hyunjin quien lo veía embelesado —, ahora me tienes a tus pies, dispuesto a complacerte.

—Y me encanta —Pasó la punta de sus dedos desde el cabello hasta los labios semiabiertos que esperaban por chuparlo —. Cumple mi fantasía, ángel. Compláceme como en esos sueños.

Felix no lo pensó dos veces, sin despegar la mirada de la de Hyunjin saco su lengua y humedeció todo el glande, con ayuda de su mano esparció la humedad por todo el falo antes de comenzar a introducirlo en su boca.

PerdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora