Call Of Duty '[Headcons & One Shot's]'

006

'J H O N P R I C E'
nfsw
+18

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Cuando tu amigo te rogó que te vistieras elegante y salieras con ellos, un casino no era lo que tenías en mente. Especialmente no uno subterráneo, la entrada apenas visible en la calle con poco luz, donde incluso necesitabas una contraseña para entrar.

A pesar de estar lejos de tu definición de una noche de fiesta, decides darle una oportunidad a uno de los juegos. La ruleta parecía la más fácil, con aparentemente menos reglas que aprender, y para tu sorpresa, la estás aplastando. Comenzando con apuestas externas seguras, te diriges a las apuestas directas y te mantienes ganando cada una de ellas.

En tu racha ganadora, sientes dos pares de ojos sobre ti, casi quemando tu carne con el calor que se arrastra hasta tus mejillas. miras por encima de tu hombro y te encuentras con dos hombres cornudos, uno con una mirada helada y una cara medio cubierta, el otro con una adorable sonrisa de niño y un mohawk. aún así, ambos te miran con una intensa mirada desconcertada, mezclada con curiosidad y un hambre subyacente que te hace temblar.

De repente, sientes una mano áspera asentándose en la parte baja de la espalda, casi haciéndote saltar en tu asiento,

"¿Qué piensa la bella dama sobre ir a la sección vip?" El hombre dice, una sonrisa nacarada haciendo un trabajo perfectamente bueno al atraerte, "toda esa suerte necesita ser un buen uso".

Reflexionas por un segundo, temiendo que una vez que estés dentro, toda tu fortuna se te escapará de los dedos y la suerte del principiante se irá para siempre. pero sus dulces ojos marrones son demasiado convincentes, y asientes con la a la ante, tomando su mano y caminando a través de una puerta misteriosa.

"Yo- no sé cómo jugar al póquer", tartamudeas, las cejas tejidas al ver una mesa redonda con montones de fichas en el centro.

"No te preocupes, amor, no estás aquí para jugar", dice un hombre barbudo, con voz áspera seguida de una bocanada de su cigarro. Parece un poco mayor que el que te trajo dentro o los dos observadores, ojos azul océano que te miran con ternura, pero la sonrisa astuta en su cara no pasa desapercibida.

Se da palmaditas en el muslo, señalando para que te sientes, "mis hombres dicen que has tenido bastante suerte ahí fuera", se forma una nube de humo frente a él, mezclándose con el fuerte aroma de su colonia, "comprobemos".

Vacilante, cumples, los muslos de felpa se encuentran con su firme. Se ríe de tu timidez y te acerca a su torso por la cintura, colocando tu culo justo encima de su creciente protuberancia y muerdes un chirrido, "Mi nombre es Jhon".

El juego se reinicia y observas al crupier distribuyendo las cartas. Miras su mano y él sostiene cinco cartas, todos corazones, lo que debe ser una buena señal, dada la forma en que te apretó la cadera, ciertamente lo suficientemente fuerte como para dejar un moretón. No es que te importara, teniendo en cuenta el punto húmedo que se forma entre tus piernas.