5

111 20 0
                                    

La cabeza me dolía. La cruda moral era mucho peor que la cruda de una borrachera y ahora ambas me estaban cobrando factura por el atrevimiento de besar a ese sujeto. Se sentía como si todo mundo lo supiera y ahora sólo me veía asfixiada en un mar de miradas juzgadoras.

Probablemente hablaban del hecho de que me había besado con el primo de la extranjera de la facultad, o peor aún, que lo había besado con apenas dos encuentros casuales sin una interacción profunda. Quizá ya todos empezaban a llamarme "zorra" mientras se comparten fotografías de mí en la escena del crimen.

—¡Ay!

Repentinamente mis piernas tropezaron cuando mi brazo fue jaloneado. Mi vista se distorsionó y sólo fui capaz de sentir el impacto amortiguado contra el suelo y el peso ajeno de un cuerpo sobre mí. La risa de mi mejor amigo me ahogó los oídos y lo vi demasiado cerca de mí cuando pude recuperar el sentido de la realidad por el impacto de su aliento en mi rostro.

—Eres idiota —acusó—. ¿Puedes prestar atención a tu camino?

—Ugh, aléjate, ¿quieres?

Seungmin se levantó y seguidamente me ayudó a levantarme. Me di cuenta que en mi camino se entrometió un poste de luz y que sólo Seungmin me salvó de un trancazo. Aún así, las miradas incómodas seguían encima de mí.

—Empiezas a preocuparme, ¿pasó algo con Tayeong? Mira que puedo ir con ese hijo de puta y reventarle los...

—Seung, no —lo detuve—. No es sobre él, Tayeong no se ha cruzado en mi camino desde lo que pasó en el bar... Uh... Yo...

Se colocó enfrente mío y sus ojos de cachorro me miraron con atención en espera de mis palabras. La sensación de seguridad se desparramó en mi sistema, pero estaba lo suficientemente asustada como para no querer confesarlo ahora.

—Sólo sigo ansiosa por la exposición —mentí.

—Oh, mi bebé —consoló, abrazándome—. Tómatelo con calma, ¿de acuerdo? Hay tiempo.

Le sonreí ligeramente, sintiendo la poca calma de sus palabras en mi alborotado corazón. Me besó la mejilla y me tomó la mano con fuerza como cuando éramos unos mocosos. Sentirlo cerca me ayudaba a distraerme un poco del desastre que se estaba creando en mi cabeza. Caminamos unos pocos metros más y sentí que mi sangre caía hasta mis pies cuando logré captar aquel auto que había visto anteriormente y junto a él, al sujeto que definitivamente quería que se lo tragara la tierra.

—¿Ese de ahí no es Bang? —indagó mi amigo, señalando con la barbilla—. ¿Quieres ir a saludarlo?

Ni siquiera me permitió responderle porque automáticamente me jaló de la mano y me llevó detrás suyo.

Las tripas se me retorcieron cuando vi su imagen tan refrescante. A diferencia de las veces anteriores, ahora llevaba una camisa blanca un poco floja y unos vaqueros claros que dejaban relucir de manera agraciada a su trasero, sus ojos eran cubiertos por unos lentes de sol y entre sus labios gruesos posaba un cigarrillo a medio fumar.

Las piernas me temblaron y las mejillas me quemaron. Pude sentir su mirada encima mío a pesar de los lentes oscuros. Lo vi ladeando una sonrisa y le mostré mis cejas arrugadas, tratando de hacerle entender que mantuviera cerrada la boca.

—Hola, Bang.

—Hola, Seungmin, ¿Qué tal?

—Meh, todo normal —se encogió de hombros.

—Ah cierto, Minnie, hoy regresas a casa solo, Chan me va a llevar a tomar fotografías y no sé a qué hora volveré —expliqué soltándome.

Los ojos de mi mejor amigo me acusaron. Su ceja se alzó de manera pervertida y sólo pude detener sus palabras malintencionadas cuando le pegué un codazo en el pecho.

CIGARETTES AFTER SEX || BANG CHAN Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon