CAPITULO 29. UNA BODA

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Alexis entregó el celular a Rudolf y encontró la información contenida en el dispositivo.
Envío un mensaje como si fuera Astrid.
"¿Como estas hoy, necesitas algo?" ME
"Todo está bien, hoy irán por suministros." MR
"Quiero verte entregarte algo personalmente que el jefe quiere que te entregue" ME (Mensaje Enviado)
"Bien nos vemos en el edificio abandonado antes de llegar" MR (Mensaje Recibido)
Rudolf miró a Alexis y sonrió
—Lo tenemos. —dijo Alexis sonriendo.
Salieron a la dirección pactada.
Mientras Rudolf iba al encuentro con el infiltrado de Charlie.
Corría por los pasillos a confirmar la información enviada por Alexis.
Llegó a los calabozos y la encontró colgada de los brazos y su cabeza gacha.
—¡Astrid! —pronunció Charlie entre grito y susurros, bajó la palanca de electricidad y ordenó cubrirla y retirarla de ahí.
Volvió a la oficina donde estaba Amalia con semblante de tristeza.
—¿Qué pasa Charlie? —Interrogó al verlo entras.
—Es Astrid.
—¿Qué pasó con ella?
—Rufolf ordenó electrocutar la. —Amalia cerró los ojos y haciendo un gesto de negación.
—Descubrieron al infiltrado, envié hombres para que los rescaten estoy esperando noticias.
El celular de Amalia sonó y vio las imágenes de Jean ensangrentado.
—Esto no puede seguir así, no más muertes Charlie, si Rudolf quiere el poder de mandar en la organización lo tendrá.
—No puede, falta poco para que el señor Emilio se presente.
—¿Y cuántas vidas más tenemos que perder? ¿Cuánto más voy a sacrificar?.
El celular de Charlie sonó y llegaron las imágenes del hombre que lo mantenía comunicado.
—¿Lo mataron cierto? —preguntó con la certeza de que la próxima víctima era Jean.
—Si, así es. —respondió Charlie mostrando las fotografías del hombre junto a Selene.
—¿Y ella? ¿Quién es ella? —preguntó Amalia, y Charlie respondió.
—Es mi mujer.
—¿Tu mujer? ¿Y estas aquí?  ¡Charlie Por dios!
—No puedo dejarla sola ni un solo momento señora Amalia, juré protegerla con mi vida al jefe.
Amalia cogió el teléfono y llamó a Rudolf.
—Ven, voy a ceder a tu sanguinaria exigencia.
—Eso me gusta. —contestó un sonriente Rudolf.
—No lo haga señora, por favor espere un poco más.
—Alma murió, Astrid está muerta, mi abuela y Laura se fueron y no puedo estar con ellas por temor a que ese loco les haga daño. ¿Qué hago? Dime qué salida tengo.
Amalia lloró desconsoladamente siendo consolada por Charlie, qué ganas lo le faltaba por ir en ese momento rescatar a Selene y matar a Rudolf.

Rudolf.
Rudolf después de confirmar el encuentro con el infiltrado de Charlie salió como alma que lleva el diablo de la fortaleza, subió a su auto y seguido por un convoy de guardaespaldas tras de él.
Llegó al edificio y todos se bajaron tras de él, Siro salió y quedó en shock al ver a Rudolf parado frente a él con una sonrisa maliciosa.
—Señor, no lo esperaba.
—Claro que no nos esperabas perro traidor.—respondió uno de los guardaespaldas dando golpes y paradas hasta hacerlo sangrar. Luego colgarlo de los pies y seguir dando golpes en su abdomen.
—¿Tu y cuantos más? ¡Habla!
La tortura duro por mucho, Siro agonizaba sin pronunciar palabra que delatan a Emilio.
—Mi lealtad jamás tendrá precio, traidor asesino.—le gritó a mirando a Rudolf. Y pronunció las últimas palabras ante de soltarlo dejándolo caer al suelo de cabeza
—No viviré para verlo, pero tú pagarás caro. —expresó con dolor y resignación y cayó al suelo rompiendo su columna vertebral.
Uno de los guardaespaldas tomó fotografías de Siro, y lo subieron a una camioneta para llevarlo, Rudolf y sus hombres subieron al auto y fueron a donde estaba Jean y Selene atados a una silla.
—¡Vaya vaya! Mira que la suerte no te acompaña Ferrari, descubrí a tu ángel de la guarda, ¿Y que crees? Ahora debe estar dándole el informe de su misión fallida al creador. —expresó Rudolf con sarcasmo, y uno de sus hombres tiró el cuerpo de Siro a los pies de Selene.
—Eres cruel Rudolf, muy cruel, no tienes perdón, nuestros padre estarían  avergonzado de ti. —habló Selene con los dientes apretados y sintiendo rencor hacia ese hombre sin corazón que tenía frente a ella y que era su hermano. Rudolf dio una fuerte bofetada a Selene haciendo que caiga al suelo. Y a Jean una patada haciendo que caiga, hizo señas de que continuarán golpeándolo hasta dejarlo sin aliento.

¿Quién es el padre de mi hijo Where stories live. Discover now