1| Nate Ashwood.

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NUEVA  VERSIÓN.


Nate Ashwood se abrió paso en el comedor una vez que todos estuvieron reunidos, se sentó tras dar un breve saludo, pues las mañanas jamás serían las más agradables para él. Además, siempre era la misma escena: Familia feliz y perfecta reunida en el comedor compartiendo un momento agradable antes de iniciar su día. Siempre era así y por supuesto que esta vez no cambiaría nada.

Nate no recordaba cuántas veces había repetido esta escena por las mañanas y noches.

—Con permiso. —Su padre se levantó de la mesa una vez que terminó su desayuno, no sin antes darle un beso en la frente a su querida esposa.

—Hoy iré de compras —su madre le recordó, estiró la mano y sobre esta una tarjeta dorada fue depositada—. Gracias, querido.

No hubo respuesta por parte de su padre, después su madre terminó su desayuno y se puso de pie tras dejar sobre la mesa tres cantidades de dinero y se fue sin despedirse, recordando que los quería a todos puntuales para la comida de hoy. Lo único que Nate alcanzó a escuchar fue a su madre quejarse sobre algún asunto relacionado a su padre y que las ventas en la empresa disminuyeron las últimas semanas, lo que significaba más trabajo para ella.

—Cada día es peor —bufó Lilit, la menor de los cuatro hermanos—. ¿Qué les pasa?

—La menopausia —respondió de forma jocosa Ambert, su hermano mayor.

—Seguramente tuvieron otra discusión por ver a quién le mide más el pene —Nate también se sumó a la plática, sus hermanos rieron por su comentario.

—Le voy a mamá —Lilit saltó de su lugar—, una mujer alfa da miedo... ¡Espero que sea como ella cuando crezca!

—No lo harás, te quedarás enana por siempre —Ambert se burló de la niña, Nate empezó a reírse cuando ella infló sus mejillas y se enojó—. ¿No es así, Nate?

—Oh, sí, serás una enana y por eso tu alfa te dominará.

—Eso lo veremos —sentenció la pequeña—. Para su información, par de mentecatos, a mí me mide más y tengo más bubis que Gris, ¡ja!

—¿Cómo...?

Ambert no terminó su pregunta y Nate se echó a reír, se sentó maleducadamente gozando que sus padres no estaban y siguió picando un pedazo de pan integral que había en un canasto.

—Mañana cumples dieciséis... ¿hicieron una cita con el especialista? —Ambert se dispuso a indagar un poco sobre el tema, a estas alturas de sus tiernos dieciséis años, a Nate ya no le sentaba mal o bien hablar respecto a su situación.

—Según tengo entendido, sí —respondió Nate, restándole importancia a lo que su hermano quería llegar—. A estas alturas deberían ceder a recibir una nota médica, soy un Ashwood —sonrió son sorna—. La sangre de un alfa corre por mis venas. Incluso Lilit demuestra ser uno, y tiene diez. Aunque... ser beta no está del todo mal.

―¿Lo dices porque te beneficiaría más? Aunque no serías el primer beta en la familia y no les va tan mal, creo que solo te quitarían tu plaza, ¿no?

―Sí, mamá dijo que solo me quitarían la plaza, pero lo demás no. Aunque ya sabes, a nuestros primos les dieron una por sus resultados, quizá si hago lo mismo me la den.

Ambert por otra parte no dijo nada ante las palabras de su hermano menor, sí, quizá podía ser un alfa. Era hijo de Anderson y Brillet Ashwood, dos alfas que pertenecían a dos familias lideradas por grandes alfas que habían marcado un gran estatus en la sociedad. Ser un Ashwood era sinónimo de poder y desde que nacían eran tratados como alfas incluso mucho antes de ser diagnosticados como tal.

Colisión [Nueva Versión - I]Where stories live. Discover now