Introducción

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Cristian POV

¡PUM! ¡PUM! ¡PUM!

-Cristian, hijo vamos -Cristian se levantó de su cama para acompañar a su madre que lo guiaba por su pequeña casa.

Los golpes se seguían escuchando, hasta que un crujido rompió con los golpes que se escuchaban desde la entrada de la pequeña casa.

-¿Mamá, que está pasando? -Preguntaba el pequeño Cristian de diez años.

-No lo sé, hijo -Respondió Ella.

-Puta, ¿Dónde estás? -Gritaba un hombre al otro lado de una puerta.

-Cristian, ¡Mírame! -Ordenó su madre.

-Es Harrison. Escóndete en este lugar. ¡Por Dios! No te muevas, no importa lo que escuches. Solo hazme caso. Te juro que nada te pasará – Y con esas palabras Ella metió a su hijo en un contrapiso que había en la pequeña área de lavado de la casa.

A pesar de los golpes y gritos que se escucharon en la casa el pequeño Cristian no se movió de su lugar, se tapó los oídos, cerro fuertemente los ojos, ahí se quedo muy quieto, por mucho tiempo hasta que horas después escuchó sirenas.

Nuevamente escuchó pasos que crujían sobre él, hasta que escuchó algo que le indicó que era momento de salir.

-Oficial, solo vi que se llevaron a la mujer, el niño debe estar en algún lugar de la casa -Decía la voz de una mujer que Cristian conocía, su vecina, la mujer que muchas veces le dio de comer a él y a su madre.

-Aquí estoy -Respondió Cristian con voz temerosa, mientras empujaba hacia riba la portezuela que lo escondía.

Los policías lo agarraron y comenzaron a revisarlo en busca de heridas, la mujer que lo conocía lo abrazo con lágrimas en los ojos le pedía perdón por no poder ayudar a Ella a escapar, el único consuelo que tenía la mujer era haber llamado a la policía para que lo rescataran a él y así lo hicieron.

-¡CRISTIAN! Muchacho, es una pesadilla despierta.

Las sacudidas de Taylor hicieron que un adormilado y agitado Cristian despertara de aquella pesadilla. El dolor siempre lo embargaba, así como la culpa de no hacer nada por evitar que se llevaran a su madre.

-Es mi culpa Taylor, se la llevaron a ella y no a mí. Era a mí al que buscaban -Solo ante Taylor podía darse el lujo de llorar por culpa.

-Basta, Cristian. Deja de culparte por ello. Ella lo hizo para salvarte. Si te hubiesen encontrado la habrían matado. Recuerda ¿por qué hacemos lo que hacemos? Y le quites a los Grey el derecho a la felicidad te adoptaron y te aman. Si no te calmas llamaré a Flynn tal vez el te haga entrar en razón -Taylor y Sawyer eran de los pocos que sabían los secretos del importante y reconocido multi millonario Cristian Grey.

-Bien, está bien. Voy a calmarme . Tienes razón seguiremos con lo que hacemos. Iré al gimnasio no creo que pueda volver a dormir -Y así lo hizo.

֎֎֎֎

-¡Cristian! Tenemos una alerta de secuestro -Entro Barnie en el despacho de su pent-house.

-¿Qué tan importante es que para irrumpas de esa manera en mi oficina? -Dijo serio.

-Mira, es una joven, Anastasia Steel -Eso llamó la atención de Cristian.

-Esa es la hija de Raymond Steel; ¿el dueño de una de las empresas más grandes del país en la fabrica de muebles? -Miro a su empleado.

-Si, así es -Confirmó el hacker.

-Si el aviso lo envió Cadwell. ¿Por qué el FBI no se hace cargo? -Gruño Grey, los secuestros de alto perfil no son lo suyo.

EL OTRO LADO DEL ESPEJOWhere stories live. Discover now