Capítulo 6.

223 33 1
                                    


Maratón 3/3.


❪ act three ― chapter six. ❫


Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


Con el ceño fruncido y los brazos cruzados sobre su pecho, Agatha se veía disconforme en estar ahí. Resopló molesta e ignoró la comida, dirigiéndose hacia uno de los troncos más alejados, sentándose aislada del resto. En ningún momento, su tía mencionó que debía relacionarse con el resto. Además, estaba deprimida y demasiado molesta, por lo que si alguien la hacía enfadar con algún comentario sinsentido, terminaría transformándose en loba sin poder evitarlo. Y tampoco quería causar problemas, estaba demasiado bien ella sola como para ser obligada a entablar una conversación.

Dirigió su mirada hacia el otro lado, viendo cómo iban llegando los habitantes de la Push. Le extrañó no ver a Emily, que siempre asistía acompañada de Sam. Y su hermano tampoco estaba, a diferencia de Paul y Jared. Era demasiado extraño. Por ello, decidió investigar. Respiró hondo y, por primera vez en más de dos semanas, se acercó a sus mejores amigos.

—Hola... —susurró, con la cabeza gacha. No se sentía orgullosa de haberse aislado, pero mucho menos de no haber hablado con ellos.

—Aggie... —se sorprendió Paul pero, lejos de reprochar su comportamiento reciente, abrió sus brazos—. Ven aquí, tonta.

Sin quererlo, un sollozo se escapó de sus labios y se tiró a los brazos de su mejor amigo, buscando cobijo entre sus brazos. Escondió su rostro en el cuello impropio, dejándose abrazar. Su ruptura hubiese sido menos depresiva si hubiese seguido junto a ellos.

—Lo siento.

—No lo lamentes, hermana —rebatió Jared, acariciando su larga melena castaña.

—Los amigos siguen ahí, pase lo que pase —susurró Paul en su oído—. ¿Cómo decías que era? Ah sí. En las buenas, en las malas y en las estupideces. No te dejaré caer, Aggie —el carraspeo de Jared le hizo sonreír, corrigiendo sus palabras—. No te dejaremos caer.

—Sois los mejores... ¿Dónde están Sam y Ems? —preguntó, una vez sintió que la presión en su pecho desapareció, quitándose un gran peso de encima al saber que ni Paul ni Jared la odiaban.

—Aggie... no es bueno que vayas a verles, no están en su mejor momento —murmuró Jared, rascándose el mentón—. Hubo un pequeño problema hace unos días.

—Contadme la verdad, prometo que no me enfadaré —insistió.

—Emily quiso ir a verte pero Sam dijo que no, que no podía. Que perderías el control y la lastimarías, aun si era sin querer —empezó Paul, logrando que el enfado llegase a Agatha, que apretó los puños con fuerza—. Discutieron y... fue Sam quién perdió el control, lastimó a Ems.

Agatha jadeó, sorprendida. Ya no solo porque su hermano no confiaba en su control sobre su propia loba, sino porque precisamente él fue quien lo había perdido.

"Menudo hipócrita" pensó la morocha, evitando blanquear los ojos por la estupidez de su hermano.

—Pero eso no es lo peor... Emily tiene una enorme cicatriz y el rostro vendado, puede que pierda algo de visión por el zarpazo que Sam le dio —confesó Jared en susurros, al ver que la gente empezaba a amontonarse alrededor de la hoguera—. Y no ha querido acercarse a ella.

—Es idiota. ¡Ahora es cuando más apoyo necesita! —Gruñó enfadada la fémina, destilando veneno por la boca—. ¡Me va a escuchar!


Y sin decir nada más, Agatha redirigió sus pasos hacia el hogar de los Clearwater, pensando que Emily estaría ahí en vez de la casa que, hasta ahora, compartía con Sam. Las luces estaban apagadas pero no pasó por alto el olor que desprendía su amiga; ahí estaba. Suspiró pesadamente.

Había vuelto a actuar como una egoísta, aislándose del mundo. Como cuando murió su madre. Parecía que no aprendía de los errores del pasado, que repetirlos era su hobbie favorito. Recordó que Sue siempre dejaba abierto —que era lo habitual en la Reserva, pues todos se conocían en ese lugar—, así que no le fue complicado abrir la puerta. Se dejó guiar por sus instintos, oliendo el olor de su amiga, hasta dar con la vieja habitación donde dormía cuando venía de vacaciones.

Llamó a la puerta con sus nudillos, puesto que no había escuchado voces y tampoco quiso despertarla, y cuando escuchó su suave voz diciendo adelante, no dudó en hacerlo.

—Ems...

— ¿Aggie? —preguntó dudosa.

—Perdóname por haber sido una pésima amiga, no debí haberme aislado como de costumbre —susurró, agachándose junto a la cama, apoyando sus codos en ésta—. Y recién me he enterado de todo... lo siento, todo es mi culpa. Todo esto.

Se le escapó un sollozo, inevitablemente, y apretó la mano de su amiga, tragando saliva.

—Te juro que buscaré por todos los rincones del mundo, si hace falta, para curarte estas cicatrices —murmuró, levantándose de nuevo—. Te lo prometo.


Agatha depositó un beso en la frente impropia, sin dejarla responder, y se fue. Abandonó el hogar de los Clearwater, encontrándose con una mirada que conocía muy bien a escasos metros de la puerta. Apretó los puños, clavándose las uñas (lo cual le provocó que se hiciera heridas) y caminó hacia él.

—Eres un idiota, Samuel.

Su puño fue directamente hacia el ojo de su hermano, pegándole con fuerza. Estaba furiosa. Enfadada. Cansada.

—Ni te atrevas a decidir por mí —gruñó—. Visto lo visto, no soy yo la que tiene problemas de control. ¡La cagaste! ¡Y encima no tienes los cojones de estar con Emily! Sé un buen novio y ve con ella, por todos los dioses. ¡Hazle caso, mimos, dale amor! ¡Y no la dejes de lado ni la lastimes más, como lastimaste a Leah!


* *

n/a. la maratón finaliza con este capítulo y, la verdad, no me puede gustar más el resultado.

¿qué os ha parecido? ¿qué pensáis del control de los lobos? quizás agatha si que se ha pasado con sam pero bueno, aquí nos gusta mucho el drama. MUCHÍSIMO.


Próxima actualización: miércoles, 15 de mayo.

YUANFEN | Jasper Hale & Edward Cullen #PGP2024Where stories live. Discover now