[4]

3.1K 368 58
                                    

POV KAI:

No había dormido bien, la noche anterior no pudo salir de mi cabeza el rostro de aquél chico de gruesos labios en forma de corazón y su pálida piel, me parecía tan llamativo. Realmente no me parecía alguien problemático.

-¡Basta KIM JONG IN! ¿Qué pasa contigo? Tú no puedes sentir nada hacía nadie- Y era la verdad, yo no podía sentir nada, nadie debía saber nada acerca de mí, quién soy, ni de dónde vengo.

Al día siguiente llegue a clase, todos mis alumnos estaban, todos menos él, fruncí el ceño, al parecer había hecho se primer acto de rebeldía el niño, pero no me quedaría de brazos cruzados, mientras más pueda mantenerlo a mi lado y tenerlo así el tiempo de su estadía, aquel problema  sería nada.



-¿Qué has hecho Kai?- me decía a mí mismo al dirigirme a mi casa- no puedes traerlo a tu casa, ya mucho has hecho con traerlo a vivir a tan solo unos cuantos pasos de ti

-No eres de las personas que gusta de estar cerca de otras, pero ¿qué pasa con él?- ahí estaba ella sentada en el sillón con la pierna cruzada y un cigarrillo en la mano

-BHA! De qué hablas, estas alucinando

-¿Yo alucinando?, no cariño el que alucina es otro- poso su mano en mi cuello y puso sus labios muy cerca de mi oído- ya sabes que no puedes arriesgarte tanto.


POV D.O:

4:57 y yo ya me encontraba frente al departamento del profesor con una caja de galletas en la mano; toqué esa puerta con olor a pino viejo y en cuestión de minutos se abrió.

-Buenas tardes profesor- dije haciendo una reverencia

-Veo que si sabe lo que es ser puntual, pase- se hizo a un lado dejándome entrar

Su casa era bastante amplia pero con un aspecto no tan moderno, era más minimalista, solo dos sillones y un estante lleno de libros, un gran comedor, la cocina y un pequeño estudio en el que supuse trabajaríamos.

-No se hubiera molestado

-¿Mande?- dije al no entender la afirmación

-Por las galletas

-Oh, no es nada- debo de ser menos distraído pensé

-Bien, acompáñeme- camino hacia el estudio, aquí es donde trabajaremos

Dicho esto comenzamos a trabajar en un libro que a decir verdad no entendía en lo más absoluto, él lo dictaba en desorden, creo que así no aprenderé nada. Al dar las ocho de la noche paro, tomo una silla y se sentó cerca de mí.

-Me alegra que me esté ayudando y me encantaría viniera diario a para poder terminar lo antes posible

-No se moleste profesor pero no creo que sea una buena idea- dije al notar que me comenzaba a poner nervioso

-¿Por qué?- ahora ya no estaba sentado en la silla, ahora estaba sobre el escritorio

-Yo.. la escuela- no sabía que decir, lo único que quería evitar era sentirme así frente a él

-Por eso no se preocupe- volvió a acercar su rostro al mío- no se interpondrán sus calificaciones en esto, no lo permitiré

Mi respiración se volvió a acelerar, su voz era suave, cálida, seductora, por primera vez pude observar sus ojos, eran café, café oscuro

-¿Qué dice joven KyungSoo?

Sus ojos brillaron más que antes y me volvieron a atrapar

-Está bien- dije sin volverlo a pensar

Nuestros ojos seguían clavados unos con los otros

-Maravilloso.-

Puede sentir como se dibujaba una sonrisa en su rostro, me espante pues sus  ojos ya no eran cafés, se habían tornado en un color dorado, con un brillo impenetrable; como cuando solo logras ver el destello de una estrella fugaz por el oscuro cielo nocturno. 


Se alejó bruscamente y  cerró los ojos apretándolos.

-Vamos, es hora de que se retiré- su voz era de nuevo  fría y autoritaria

Sin decir nada salí de aquella casa, seguía en un estado apático, subí hasta mi departamento y me recosté en la cama, me quede dormido de nuevo sin decir nada.

"Maravilloso" esa voz, esos ojos volvieron a aparecer en mi mente, me desperté en un baño de sudor, miré mi teléfono y marcaba las 6:30 am, decidí levantarme darme un baño y desayunar pero para mí sorpresa estos dos días había olvidado hacer las compras, a pesar de que solo viviría seis meses en este lugar debía de alimentarme y vivir cómodamente. Tome mi mochila, mi horario y salí en busca de una tienda o una cafetería para desayunar.

Camine alrededor de diez  minutos, si no es que más; mi primera clase empezaba a las 8:00am aún tenía tiempo, gire a la izquierda y ahí había una pequeña cafetería, entre y ordene una bebida y un sándwich, al salir note que me había alejado bastante del campus y de que aquel lugar  estaba algo escondido entre el campo, comencé a caminar, le di una mordida a mi sándwich y  dirigí mi mirada al lado derecho del camino, pude divisar una sombra, enfoque mejor mi vista y vi al profesor Jong In, si estoy seguro de que era él, tenía un pantalón de vestir negro, una camisa blanca, un saco sobre puesto negro y su cabello húmedo peinado hacia atrás.

Su rostro se veía un tanto alerta, quise acercarme a él para ver que le sucedía pero en un abrir y cerrar de ojos desapareció entre los árboles, pare en seco.

-Tal vez fue tu imaginación, si eso debe ser- me dije a mi mismo- O debes de estar soñando- me pellizque pero no era un sueño, yo lo había visto desaparecer ante mis ojos.

7:57, me encontraba fuera del salón, no sabía si entrar o no, tocaron el timbre, me arme de valor y entre, antes de pensar otra cosa el salón se llenó y yo seguía de pie, maravilloso me tocaría sentarme hasta atrás. Acomode bien mi mochila en mi hombro y me dirigí a la última banca, bufe y me deje caer sobre la silla. Por la puerta entro el profesor Jong In pero vestido de otra forma, pantalón beige, camisa azul marino, saco beige, zapatos cafés y un peinado alborotado, se veía bien, realmente joven, con una figura tan varonil era entendible que todas las chicas y hasta algunas profesoras le miraran encantadas al pasar cerca de él. 


POV KAI:

Eran las 11:00pm y yo aún no podía sacar aquel rostro de asombro que se había dibujado en KyungSoo

-Eres un imbécil, ¿cómo te permitiste hacer eso?- me reprendía a mí mismo una y otra vez dando vueltas por la habitación.

-Tenemos que hablar- una voz, esa voz retumbo en mi cabeza y sabía que algo estaba mal.

Salí de mi departamento y camine al bosque que esta por el campus, después de unos diez minutos llegue y ahí estaba ella, con su traje negro, sus zapatos del mismo color y ese labial rojo carmín. 

-Kai querido, ¿qué pasa contigo últimamente?

-No me llames Kai, sabes que no lo soporto- dije apretando los dientes

-Pero no puedes negar lo que eres- su sonrisa era perversa

-Odio esto, no sé porque acepte ser tu muñeco- apreté mis puños

-Porque si no hubiera sido así, te hubieras muerto en el mismísimo infierno, querido.

Piel contra Piel. [KAISOO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora