Tomo 3

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Sintió como si una fuerte masa de feromonas entrara en su cuerpo.

En ese momento, el sentido de la razón del tigre quedó cortado a la mitad y se transformó en algo completamente negro delante de sus ojos. Solo podía sentir los brazos de Doyeong envolviendo su cuello, su cuerpo sostenido en sus brazos, sus manos tocándolo, subiendo...

Y luego, sus labios estampándose en los suyos.

Mientras las feromonas espesas que exudaban del tigre llenaban la recámara, Doyeong también esparció instintivamente las suyas de una manera que se sintió muchísimo más "espesa" que antes.

Vino el silencio.

Solo estaba el latido constante de su corazón en sus oidos y el tintineo de gotas de agua cayendo desde algún sitio.

El gato era el que estaba atacando al tigre esta vez. Maldijo en voz baja, gruñó y cubrió los labios de Seohan como si quisiera devorarlos incluso aunque no entendía de donde venían estas malditas ganas. Sus pensamientos se habían ido volando, la cabeza se le pintó completamente de blanco, y las sensaciones de su cuerpo dejaron de coincidir con la razón que todavía le quedaba encima. En pocas palabras, le hizo pensar que el efecto del celo era increíble. Simplemente había mezclado su lengua con la del tigre pero de todas maneras su cuerpo se sintió más dulce, saltó, y se regocijó de alegría como si ya hubiera encontrado a su dueño después de caminar sin rumbo por tanto, tanto tiempo. Presionó su abdomen más cerca del suyo, tocó su entrepierna, que ya estaba completamente erecta, y comenzó a frotarse arriba y abajo a un compás desordenado y tan rápido que hasta le hizo sentir dolor en lugar de placer.

Seohan sabía por experiencia que los gatos se volvían locos en el celo y entendía que sería lo mismo con Doyeong pero ¡Era solo que nunca imaginó que sería un cambio tan extremo de mente! Tenía una apariencia que iba muy lejos de la modestia requerida para una madre de tres bebitos y que, para variar, estimulaba su lujuria de una manera que ninguna otra persona había logrado hacer antes.

Pero cuando Seohan perdió la paciencia y estuvo a punto de quitarle la camiseta a Doyeong...

"¡Pack!"

Doyeong abofeteó al tigre directo en la cara. Luego, con su pequeña manita agarró torpemente el pelo de Seohan y tiró de él hacia atrás tan fuerte que sintió que le crujia.

"Ah, ah, ah..."

Cuando vio a Doyeong respirando con dificultad y mirándole directamente a los ojos, Seohan se rió entre dientes a pesar de que lo había golpeado con toda su fuerza segundos atrás y pensó que tal vez estaba enfadado, pero que igual era sensual a los ojos de un tigre que había empezado a tener hambre de su cuerpo.

Puso su mano en su trasero...

Los dedos se clavaron en la tela y llegaron a un lugar que estaba cubierto de líquido. Metió la mano, buscó su culo, y hábilmente llegó a las arrugas que tenía apelmazadas justo alrededor de su ano. Con un agujerito que era suave al presionarlo y que parecía moverse a su voluntad junto con un gruñido proviene de lo más profundo de su garganta.
El aroma de feromonas del tigre llenó la habitación junto con las de Doyeong pero, a diferencia de su acompañante, que rápidamente perdió el interés hasta el punto de sentirse enfermo por sus movimientos, el tigre lo siguió besando lento y completamente pausado. Se acercó, lo tomó de una manera terriblemente delicada y lo moldeó hasta que el gato movió su espalda y su pelvis y luego se dejó chupar la lengua por una que era más rasposa y muchísimo más gruesa también. Era un acto erotico, solo de ambos...

"Ah, ah..."

Doyeong apartó las manos del tigre, que sostenía una de sus nalgas, se apartó lo necesario y luego se arrodilló y le desabrochó los pantalones de una manera tan desesperada que hasta fue un tanto torpe. Estaba sintiendo como si su cerebro estuviera completamente lleno de un líquido fino y pegajoso y que lo único que quería hacer ahora, más que cualquier cosa sobre el planeta, era sacarle la verga a Seohan, chuparla y ver el líquido que brotaría de su interior hasta mancharle la garganta y llenarle el estómago.

Un gato viviendo en la guarida de un tigre.Where stories live. Discover now