22. Que se estrella en el silencio

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Todo estaba listo, el día especial había llegado y Jaehyun estaba siendo tratado como un verdadero príncipe.

Los encargados de la fiesta corrían desde temprano de un lado a otro organizando y acomodando todo. Había muchas mesas, una tarima para los músicos, castillos inflables, varios juegos y una mesa repleta de dulces. Eso era el paraíso según Jaehyun.

Habían invitado a todas las familias que tuvieran niños en edades similares, a los vecinos, a los colegas de negocios de Chanyeol y a personas que no querían tener ahí, pero que sería grosero no invitar, así que ese día había desde trabajadores de los cultivos hasta el gobernador de la región, todos siendo atendidos como reyes. Todos los invitados asistieron, Park Chanyeol no era un hombre al que se pudiera rechazar, no cuando él prácticamente movía la economía de esa zona.

Los regalos fueron tan diversos como los invitados, desde pequeños muñecos de acción hasta un auto eléctrico que imitaba un porche y en el que Jaehyun parecía un don Juan con su carita hermosa y gafas oscuras. Desde ya se veía que sería tanto o más atractivo que su padre. Baekhyun quería comérselo a besos de lo precioso que se veía.

Todo fue de maravilla, todo salió a la perfección y después de partir el enorme ponqué y de tomar muchísimas fotos, fue el momento de libertad de los niños para jugar. Jaehyun conocía a muchos de ellos, eran los hijos de los trabajadores de la hacienda así que había crecido con ellos y se entendían en sus juegos. Ese era el día más feliz de toda su vida.

Hacia el final de la tarde, cuando el sol empezaba a ocultarse y las lámparas del jardín se encendieron llegó el momento que Jaehyun y Chanyeol habían planeado. Había un pequeño rincón en el jardín que se había decorado con muchísimas rosas y pequeñas lucecitas. Era muy romántico y allí llevaron a Baekhyun entre los dos. Era un momento íntimo de los tres, no necesitaban testigos.

─¿Qué es esto? ─preguntó Baekhyun sorprendido.

─¿Te gusta, papi?

─Claro, es muy hermoso.

─Es para ti, dicen que cien rosas simbolizan el amor eterno, nosotros te estamos regalando un millón de rosas para que sepas que te amamos más allá del infinito.

─Sí, papi, te amamos muchísimo.

Los ojos de Baekhyun se aguaron sin remedio, estaba conmovido y abrumado por tanto, su vida era hermosa y perfecta gracias a ese par de caballeros que lo llenaban de amor y atenciones. En esos meses ya había aprendido que Chanyeol era una caja de sorpresas y siempre tenía detalles lindos con él que lo enamoran cada vez más, si era posible amar más.

Chanyeol sacó una cajita de terciopelo de su bolsillo y el corazón de Baekhyun disparó su ritmo, Dios, no se esperaba eso, no tan pronto, pero no iba a negar que si lo anhelaba porque él ya había caído en lo más profundo del abismo del amor.

─Tú eres nuestra luz, cariño, llegaste a disipar todas las tinieblas y a iluminar nuestra vida. Como hombre estoy enamorado hasta los huesos de ti, eres todo lo que alguna vez pude haber deseado en una pareja y mucho más. Y como padre estoy infinitamente agradecido por el amor y cuidado que le das a mi hijo. Por eso queremos pedirte que nos hagas el inmenso honor de casarte con nosotros. Queremos ser una familia completa, contigo. Esta es una promoción dos por uno. Si aceptas vas a tener a dos guapos chicos que te amaran por siempre.

En ese momento Jaehyun también abrió su propia cajita que dejaba ver una argolla más sencilla, no tenía la enorme piedra que tenía la sortija de Chanyeol, pero tenía el símbolo de infinito hecho con pequeños diamantes, era preciosa.

─¿Quieres ser mi papi para siempre?

─Oh, mi Dios.

Baekhyun llevó sus manos a su rostro incapaz de contener su llanto, estaba demasiado emocionado y feliz.

🐎EL TESTARUDO SR. PARK🐎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora