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Aquel día estaba muy soleado y Penelope había recibido la inesperada visita de Benedict. Cuando Briarly me informó que el joven Bridgerton estaba en su sala, ella tuvo que preguntarle más de dos veces para creerlo.

¿Qué podía interesarle a Benedict de ella?

Entonces recordó aquel trato cuestionable para poner a prueba los sentimientos de Colin. Era cierto, habían quedado de verse más seguido, pero ella no lo esperaba tan pronto.

Así que ahora se encontraba caminando cerca del parque con el hermano de en medio. Por muy extraño que fuera, Penelope la estaba pasando realmente bien. Benedict era una conversador nato y no tenía la necesidad de estar pensando a cada momento qué decir.

—Entonces, estoy buscando otras técnicas para pintar. ¿Y usted señorita Featherington? ¿Cuáles son sus pasatiempos favoritos?

Penelope pensó que era extraño ser nombrada tan formalmente. Después de todo, Benedict ya no era un desconocido para ella.

—Puede llamarme por mi nombre señor Bridgerton, no hay necesidad de tales formalidades.

Benedict alzó una ceja.

—Es cierto, es la costumbre supongo. Tampoco tiene que llamarme señor Bridgerton, en realidad, lo odio.

Penelope se rió.

—No sabía.

—Puedes decirme Benedict o Ben, como prefieras, Penelope.

Su nombre sonó muy extraño en sus labios, pero de una buena forma.

—Está bien, Benedict. Y respondiendo a tu pregunta, mi pasatiempo favorito es leer.

—Nunca lo hubiera imaginado -comentó con una sonrisa divertido —. He notado que siempre llevas un libro a todos lados.

Penelope se sonrojó. Nadie nunca notaba esa clase de cosas.

—En fin, yo...

Pero lo que fuera a decir Penelope se quedó a medias cuando una sombra se interpuso entre ellos. No, no era una sombra sino un hombre. Para ser exactos, Colin Bridgerton.

Había llegado de la nada y ahora estaba en medio de ambos mirándolos con una sonrisa.

—Mira que interesante reunión, mi hermano y mi mejor amiga —habló Colin mirando a Penelope como si hubiera hecho algo malo.

Benedict miró su hermano menor, no parecía preocupado en lo absoluto.

—Colin, qué sorpresa —comentó Penelope.

Él se giró, sus ojos verdes brillaban con una emoción extraña, como si estuviera enfadado. No podía comprender porqué.

—¿De verdad lo es?

—Hermano, ¿qué haces aquí? -intervino Benedict.

—Estaba paseando y los vi, así que decidí venir a saludar. ¿Qué están haciendo?

Benedict y Penelope se miraron por un segundo. La pregunta de Colin no parecía de interés sino más de acusación.

—Bueno, estábamos...

Pero Colin no la dejó terminar y señaló a Benedict.

—¿Qué crees que estás haciendo tú con ella? ¿De verdad? ¿Salir solos, sin chaperona?

Ella abrió su boca, sorprendida de sus palabras y el tono que estaba usando. No podía estar pensando...que ella y Benedict...¿O sí?

La sonrisa de su acompañante tampoco mejoró la tensión de Colin.

Por más de un Bridgerton | CompletaWhere stories live. Discover now