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El rayo fue suficiente para traerlos a la realidad. Colin se apartó, totalmente empapado al igual que ella y la ayudó a levantarse. Ambos estaban llenos de lodo y no había manera en el mundo de que alguien no se diera cuenta de lo que acababan de hacer.

Penelope nunca había sentido ese fuego interior, ese deseo. Colin la había hecho sentir deseada y mucho más.

La lluvia seguía cayendo con fuerza, pero aun así él le dio su abrigo para taparla. Estaba empapado, aunque fue un gesto agradable más teniendo en cuenta que todo su cuerpo se veía a través de la tela ahora transparente por el agua.

Cuando llegaron a Aubrey Hall, Colin los dirigió a una entrada trasera qué llevaba a lo que debían ser los cuartos de servidumbre.

—Tenemos que revisar ese tobillo.

—Estoy bien, solo fue me doblé un poco.

Si le dolía, aunque ya casi no lo sentía. Quizá el agua fría de la lluvia había ayudado.

Llegaron a una habitación vacía, Colin la hizo sentarse en una silla y se agachó para tomar su tobillo. Penelope gimió al sentir sus dedos fríos en su piel. Ahora si que dolía.

—Aquí debe haber ungüento, necesito vendarlo.

Fue a buscar en los estantes hasta que encontró lo necesario y con una delicadeza que no sabia que tenía, le vendó el tobillo. Cuando terminó, sus ojos verdes se buscaron su rostro.

Su expresión había cambiado radicalmente a una de arrepentimiento. Colin se quedó de rodillas, mirando a Penelope. Alzó sus manos para sostener sus mejillas y mirarla directamente.

—Penelope... Lo que dije antes, por favor perdóname. Nunca... Nunca pensaría así de ti yo estaba celoso y me dejé llevar por la ira.

Ella se quedó muy quieta sintiendo su corazón latir. Aunque las palabras de Colin habían sido crueles, también entendió que fue en el calor del momento. Hubiera querido odiarlo por ello, pero era difícil teniendo en cuenta que ahora la miraba con un cachorro herido.

«Estaba celoso»

Las palabras que nunca esperó oír de Colin Bridgerton.

—Está bien, Colin.

—No, no lo está. Deberías odiarme. No debes ninguna explicación, si Benedict —se tensó enseguida —siente algo por ti...

Ella negó.

—Benedict no siente nada por mí, Colin.

Él se rió sarcástico.

—¿Entonces qué piensas que fue ese beso, cariño?

—No lo entiendes. Quizá no conozca mucho a tu hermano, pero creo que está busca de algo que lo haga sentir...

Ahora lo comprendía. Esa mención de no creer en el amor hasta que lo encontrara. No era una mentira, de verdad quería experimentar eso. Había confundido sus sentimientos por eso la había besado.

Colin se inclinó, sacándola de sus pensamientos.

—No puedo culparlo tampoco, no cuando se trata de ti —sonrió pícaro.

Penelope no pudo evitar sonrojarse. Él siempre tenía esa peculiaridad de hacerla sentir diferente como si compartieran esa complicidad. Dos compañeros en un crimen.

—¿Eso significa qué no harás ninguna escena con él?

—Podría retarlo a duelo, a ver si eso le enseña algo. A no deshonrarte.

Ella no pudo evitar reírse.

—¿Qué es tan gracioso?

—¿Deshonrarme? No diría que un beso hiciera eso, al menos no el de Benedict...

Por más de un Bridgerton | CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora