𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 21 𝐏𝐞𝐥𝐞𝐚 𝐞𝐧𝐭𝐫𝐞 2

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A=texto narrativo
A=pensamientos de los personajes
A=diálogo de los personajes

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Thomas giró y vio a su perseguidor original que continuaba acercándose, aunque un poco más lentamente, abriendo y cerrando la garra de metal, como burlandose de él.
Sabe que no tengo salida, pensó.

Después de todo el esfuerzo, se encontraba allí, rodeado de penitentes.
Era el final, su vida se había acabado tan solo una semana después de haber llegado al área.

Aunque la pena lo consumía, tomo una decisión: pelearía hasta el último momento.

Considerando que 1 era mejor que 3, corrió directamente hacía el penitente que lo había seguido hasta ahí.

El monstruo retrocedió apenas unos centímetros y dejo de mover la garra, como sorprendido ante su audacia.

Juntando valor antes esa mínima vacilacion, comenzó a gritar mientras arremetia contra él.

La criatura recobró la vida: las púas brotaron de su piel y rodó hacia delante, listo para chocar de frente contra el enemigo.
El movimiento súbito casi detiene a Thomas, borrandole era incipiente audacia demencial que lo había asaltado, pero continuó la carrera.

Un segundo antes del enfrentamiento, cuando pudo ver de cerca el metal, el peló y la baba, Thomas apoyó el pie izquierdo y se arrojó hacía la derecha.
Incapaz de detener el impulso, el penitente pasó de largo volando y luego freno con una sacudida.

Notó que la criatura ahora se movía más velozmente. Con un aullido metálico, dio vuelta y se preparó para abalanzarse sobre su víctima.
Cómo Thomas ya no estaba rodeado, tenía el caminó libre. Se puso de pie y salió disparado hacia el pasillo. El sonido de persecución de los 4 penitentes juntos lo seguían de cerca.

Sabiendo que estaba forzando su cuerpo más allá del límite, continuó la huida, tratando de liberarse de esa sensación de que al final era sólo cuestión de tiempo.

3 pasadizos después, 2 manos tiraron de el y lo arrastraron hasta el pasillo contiguo.
El corazón le saltó a la garganta mientras luchaba por liberarse.

Se calmó cuando descubrió que era Minho.

Callate y sígueme!- gritó, empujándolo hasta que logro ponerse de pie.
Sin perder un segundo, Thomas se recobró y corrieron juntos por el laberinto.

Minho parecía saber exactamente lo que estaba haciendo y hacia donde se dirigía: nunca se detuvo a pensar que camino tomar.

Al doblar la esquina siguiente, Minho intento hablar, con la respiración entrecortada.
-Vi lo que acabas de hacer...cuando te arrojaste... allá atrás...me dio una idea...solo tenemos que soportar un poco más-

Thomas no se molestó en gastar aire en preguntas y continuó corriendo.
Era obvio que los penitentes ganaban terreno a un ritmo alarmante.
Le dolía cada milímetro de su cuerpo. Las extremidades le suplicaban que dejara de correr, pero no se detuvo, rogando que el corazón no lo abandonara.

Algunas curvas más tarde, apareció delante de ellos algo que el cerebro de Thomas no alcanzaba a registrar.

Era algo... incorrecto. Y la luz débil que provenía de sus perseguidores no hacía más que convertirlo todo en una ilusión.

El pasillo no terminaba en una pared de piedra.
Lo único que se apreciaba era la oscuridad.

Entornó los ojos mientras se acercaba al muro de oscuridad, intentando comprender que era aquello.
Las 2 paredes de hiedra que se encontraban a ambos lados de él parecían cruzarse únicamente con el cielo. Pudo ver algunas estrellas.

𝐓𝐇𝐄 𝐌𝐀𝐙𝐄 𝐑𝐔𝐍𝐍𝐄𝐑 1 (𝐂𝐎𝐑𝐑𝐄𝐑 𝐎 𝐌𝐎𝐑𝐈𝐑)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora