𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 22 1/2 𝐄𝐥 𝐬𝐮𝐞𝐫𝐚

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A=texto narrativo
A=pensamientos de los personajes
A=diálogo de los personajes

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Transcurrió media hora.
Ninguno de los 2 se había movido un centímetro.

Thomas ya había dejado de llorar, pero continuaba preguntandose que diría Minho de él o si le contaría a los demás, llamándolo marica.

Había perdido el control de si mismo: sabía que esas lágrimas habían sido inevitables.
A pesar de la falta de memoria, estaba seguro de que acababa de atravesar la noche más traumática de su vida.
Además, las manos adoloridas y el profundo agotamiento tampoco colaboraban.

Como el amanecer ya estaba en pleno desarrollo, se arrastró hasta el borde del acantilado una vez más y estiró el cuello para ver mejor.

El cielo que se abría delante de él era de un púrpura intenso, que se fundía gradualmente en el azul brillante del día, con toques de anaranjado del sol, que se encontraba en un horizonte plano y distante.

Miró directamente hacía abajo y observó como el muro de piedra del laberinto caía de manera vertical hasta desaparecer.
Pero aún con la claridad que iba en aumento, seguía sin poder distinguir que había en el fondo.

Era como si el laberinto estuviera posado en una estructura varios kilómetros por encima del suelo.

Pero eso es imposible, pensó. No puede ser. Tiene que ser una ilusión.

Se puso boca arriba, gimiendo. Le dolían partes del cuerpo que ni sabía que existían.
Al menos las puertas se abrirían pronto y podrían regresar al área.

Desvío la vista hacia su compañero, que estaba echado contra la entrada del pasadizo.
-No puedo creer que estemos vivos- dijo.
Minho solamente asintió con la cabeza, sin ninguna expresión en el rostro.
-¿Habrá más o los matamos a todos?-
-Logramos llegar a la salida del sol, si no hubiéramos tenido a 10 monstruos más encima de nuestras cabezas- contesto Minho, profiriendo quejidos de dolor -No puedo creerlo. En serio. Fuimos capaces de soportar toda la noche. Algo nunca visto-

Thomas sabía que debería estar orgulloso por el valor demostrado, pero todo lo que sentía era cansancio y tranquilidad.
-¿Qué fue lo qué hicimos distinto?-
-No sé. Es medio difícil preguntarle a un tipo muerto qué es lo que hizo mal-

Seguía obsesionado por la manera en que los gritos airados de los penitentes habían concluido al caer por el acantilado, y por el motivo que le había impedido verlos desplomarse en picada hacia la muerte.

Había algo muy raro y perturbador en todo eso.

-Parecia que, después de pasar el borde, hubieran desaparecido o algo así-
-Si, eso fue alucinante. Unos habitantes tenían la teoría de que otras cosas se habían evaporado en el aire, pero nosotros les hicimos ver qué estaban equivocados. Mira esto-

Minho tiro una piedra por el acantilado y Thomas siguió el recorrido con la vista mientras caía hasta que se volvió muy pequeña para poder distinguirla.
-¿Y eso por qué demuestra que no tenían razón?- le pregunto.
Minho alzó los hombros.
-Bueno, la piedra en realidad no desaparecio ¿No es cierto?-
-¿Y entonces qué crees que pasó?- preguntó. Estaba seguro de que se hallaban frente a algo importante y significativo.
Volvió a levantar los hombros.
-Tal vez sea magia. Ahora me duele demasiado la cabeza para poder pensar-

De pronto, Thomas se acordó de Alby.

-Tenemos que regresar- exclamó, haciendo un gran esfuerzo para ponerse de pie -Hay que bajar a Alby de la pared-

Al ver la mirada de confusión de Minho, le explicó rápidamente lo que había hecho con la enredadera.
-Es imposible que esté vivo- dijo con desaliento.
-¿Cómo puedes estar tan seguro? Vamos ya- replicó, comenzando a ranguear por el pasillo.
-Porque nadie lo logró nunca...-

Entonces se detuvo, y Thomas supo lo que estaba pensando.
-Eso fue porque cuando ustedes los localizaron, ya los habian matado los penitentes. Alby sólo fue pinchado por una de esas agujas ¿Verdad?-
Minho se levantó y marcharon juntos en una lenta caminata de regreso al área.
-No lo sé. Supongo que ésto nunca ocurrió antes. Unos pocos tipos recibieron pinchazos durante el día. A ellos les dieron el suero y pasaron por la transformación. Los pobres larchos que se quedaron dentro del laberinto durante la noche fueron encontrados mucho después, a veces varios días después. Y otros nunca parecieron. Todos ellos murieron de maneras de las que prefiero no hablar-

Thomas se estremeció de solo pensarlo.
-Luego de lo que nosotros pasamos, me parece que puedo imaginarlo-
Minho miró a su compañero, con la sorpresa dibujada en su rostro.
-Creo que acabas de resolver el problema. Estabamos equivocados...bueno, esperemos que sea así. Cómo ninguno de los que fueron pinchados y que no logró volver antes del atardecer sobrevivió, dimos por sentado que ese era el punto sin retorno: el momento cuando ya es muy tarde para recibir el suero- explico, entusiasmado con esa línea de pensamiento.

Doblaron otro pasillo y Minho, de repente, tomó delantera. Comenzó a acelerar el paso, pero Thomas lo siguió pisándole los talones.
Estaba impresionado por lo familiar que le resultaba el camino, aún antes de que Minho indicará por dónde ir.

-Bueno, con respecto al suero- continuó -Ya escuché hablar de el un par de veces ¿Qué es? ¿Y de dónde viene?-
-Es sólo lo que parece, shank. Un suero. El suero de los penitentes-

Thomas lanzó una risa forzada y patética.
-Justo cuando comenzaba a pensar que sabía todo acerca de este estúpido sitio ¿De dónde salió el nombre? ¿Y por qué los penitentes se llaman así?-

Minho continuó la explicación mientras se desplazaban por las innumerables curvas del laberinto, yendo los 2 a la par.
-No sé de donde sacamos los nombres, pero el suero viene de los creadores, o por lo menos, así es como los llamamos. Todas las semanas aparece en la caja con los suministros, siempre ha ocurrido. Es un remedio o un antídoto, no sé, que ya viene dentro de una jeringa, listo para usar- dijo, haciendo el gesto de clavarse una aguja en el brazo -Le metes esa porquería a alguien que fue pinchado y lo salva. Atraviesa la transformación, que es de terror, pero después de eso está curado-

Pasaron un par de minutos en silencio, mientras Thomas procesaba la información.
Reflexionaba acerca de la transformación y seguía pensando en la chica.

-Es raro ¿No?- prosiguió Minho -Nunca antes hemos hablado de esto. Si Alby todavía está vivo, no hay razón para pensar que el suero no pueda salvarlo. Por algún motivo, se nos metió en nuestras cabezas mierteras que, una vez que las puertas se cerrarán, estabas terminado, eras historia...Tengo que ver con mis propios ojos eso de que colgaste a Alby en la pared. Me parece que me estás mintiendo-

Los chicos continuaron la marcha: Minho con casi cara de alegría, Thomas, preocupado.
Venía evitando el tema, negándoselo a sí mismo.
-¿Qué tal si otro penitente descubrió a Alby después de que yo distrajera al que me perseguía?-
Minho le echó una mirada inexpresiva y no contestó.
-Mejor dejemos de pensar y apuremos el paso- repuso, esperando que todo el esfuerzo que había hecho para salvar a Alby no hubiera sido inútil.

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Minho cuando Thomas dijo que fuera. A rescatar a Alby: contexto.

Por si alguien no entendió lo del suero aquí va la explicación: el suero del que se habla es el mismo que Teresa llevaba con ella cuando apareció en la caja en la película, solo que en el libro siempre lo tuvieron, mucho antes de que Teresa apareciera.

Chao cacao 🗣️

𝐓𝐇𝐄 𝐌𝐀𝐙𝐄 𝐑𝐔𝐍𝐍𝐄𝐑 1 (𝐂𝐎𝐑𝐑𝐄𝐑 𝐎 𝐌𝐎𝐑𝐈𝐑)Opowieści tętniące ÅŒyciem. Odkryj je teraz