Cap. 38 Rotunda Osadía

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༺═───────⊰❪ ROTUNDA OSADÍA ❫⊱───────═༻

❛38 • Punto de vista de Judy Hopps •

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¿Dónde estoy? —parpadeé varias veces como si despertara de un profundo sueño.

La comodidad que me brindaba unas delicadas sábanas de seda bajo mi cuerpo me tenía adormecida y prefería quedarme unos minutos más, por lo que volví a cerrar mis ojos.

Mientras me dejaba vencer por la pasividad, inconscientemente palpe mi costado, descubriendo bajo mi palma el frío de una ausencia.

Pestañeé más de una vez antes de percibir mi soledad en medio de mi lecho.

Al incorporarme la aflicción me envolvió al tiempo de observar cada detalle de mi cuerpo. Todavía me encontraba vestida, sin ninguna señal que me cuestione lo que haya podido suceder conmigo.

El destelló solar iluminó muy bien la habitación, anunciando el amanecer.

Lastimosamente no encontré mi calzado, por lo que no tuve otra opción que adecuarme.

Al menos aprovecharía esta condición.

En total mutismo me encaminé hasta la puerta y sabiendo que la manija no me respondería aun así lo intenté.

Pensé minuciosamente qué hacer para después disponerme a buscar en cada uno de los cajones, tanto de la cómoda como de las mesas que se encontraban junto al respaldo de la cama.

Una vez que encontré un tipo de lámina de contextura gruesa que forraba un cuadernillo en blanco tiré con fuerza para desprenderlo y con el empastado en mano me conduje hacia la puerta.

Vamos, tiene que funcionar...—medité cómo lo haría y de esa forma lo puse en marcha.

Introduje el plástico en diagonal a la altura de la cerradura mientras empujaba la puerta hacia mí, procurando ejercer presión sobre el picaporte hasta lograr deslizar el pestillo, dándole movilidad a la manilla.

Internamente festejé mi logro.

Sigilosamente me asomé hacia afuera y solo me recibió el pasadizo, el cual se encontraba despejado.

Desconocía en dónde me encontraba.

Caminé silenciosamente apoyándome con suavidad en cada puerta con el propósito de escuchar algún ruido o algo que me traiga sospecha, manteniéndome en constante alerta.

Estiré mis largas orejas buscando detectar el más mínimo movimiento e inusualmente también podía percibir distintos aromas. Esta peculiaridad que comencé a desarrollar desde mi embarazo aun me costaba dominar en su totalidad, sin embargo, esta sería una buena oportunidad para ponerlo en práctica.

Procuré controlar mis emociones y tras llamar la calma los olores se diversificaron, dándome una mayor proyección acerca del espacio donde me encontraba y de qué manera podría esquivar a cada individuo, los cuales se localizaban repartidos en esta enorme mansión.

Gracias mi amor...—sonreí débilmente, otorgándome una leve caricia sobre mi pequeño vientre, recibiendo la motivación necesaria para continuar—. Mi bendición...

Con seguridad me desplacé por cada planta hasta llegar a un enorme salón y notar hacia el fondo lo que sería la salida; una enorme puerta de cristal que daba hacía un jardín, siendo ésta mi oportunidad para huir.

Respiré profundo y con paso firme me apresuré en traspasar el recinto hasta que una figura me alertó, pero, aun así, estaba dispuesta a correr el riesgo.

Instinto Erótico {Nicudy}Where stories live. Discover now