Capítulo 4

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Nanuk POV

Había peleado con los osos renegados, confirmando las palabras de Yumanaqui, los renegados se transformaban delante de los humanos revelando nuestra existencia. No les importaba ser vistos eso les daba pie a deshacerse de los testigos de manera violenta.

Las tiendas de comestibles y licores fueron atacadas, se robaban todo los que podían cargar, agrediendo a los dependientes y cajeros; lo que me llevo a explotar de ira, miré como agredían a un hombre delante de su mujer, lo hacían porque el pobre hombre defendía a su mujer. Es ahí cuando decidí intervenir

-¡Son unos cobardes! Cinco contra uno. Eso es caer bajo, vengan -Los insté a atacarme. Cinco hombre contra uno mientras uno golpeaba a la pobre mujer. De Verdad estos polares merecían una lección y yo se las daría

-Muchachos dejen me a estos, recorran el pueblo denles una lección a estos piratas -Les pedí a mis compañeros de manada. Somos los guerreros más fuerte de la manada Kodiak del este

-¿Sin piedad, Nanuk? -Preguntó uno de mis amigos

-Lo que crean necesario -Respondí sin dejar de mirar a los hombres frente a mi

-Yo me quedo contigo, hermano -Inquirió Drake

-Encárgate del cobardes ese -Señalé al pendejo de mierda que golpeó a la mujer. Mi mejor amigo se encamino hacia cobarde oso.

-¿Saben quién soy? Imagino que no. ¿Quién va a ser el primero? – Los osos frente a mí me miraron. La verdad nunca me han visto, ni yo a ellos. Lo único que sabrán es que un Kodiak lo golpeara.

Uno oso se lanzó contra mí. Nunca supo que lo golpeo, cuando iba por el segundo hombre el resto se me lanzaron encima y aun así no pudieron conmigo. Así fue hasta que me encontré a una mujer y a una niña, ambas estaban aterradas.

-Señora, venga, las pondré a salvo -La tomé de la mano y a la niña la llevé en brazos, estaban en shock que ni se dieron cuenta cuando las dejé con el alcalde en una bodegas. Me marché, en pocas horas habíamos apresado a la mayoría de los polares que atacaron el pueblo.

-Yumanaki, ¿El alfa de estos, lo han logrado atrapar? -Él me miró preocupado.

-No, Nanuk. Ha matado a varios de mi manada. Ha escapado con su segundo y otros más al enterarse que tu manada nos estaba ayudando -La ira crece en mi interior.

-Vamos al muelle. Puede que estén ahí todavía -Corremos al puerto, logrando ver como destruyen las embarcaciones.

Nos enfrascamos en una lucha, con los osos polares en el muelle, casi han destruido todas las embarcaciones, por suerte nuestra embarcación no está a su alcance. Miro como Yunay se marcha con un grupo de los suyos, su embarcación está cargada de lo que se han robado del pueblo. Trato de ir por ellos cuando soy detenido por Drake.

-Déjalos, aquí nos necesitan -Drake me hace reaccionar.

-Tranquilos, nosotros ayudaremos al alcalde con las reparaciones, los heridos y lo fallecidos. Gracias por apoyarnos -Concedo, debemos estar alertas en mi manada puede que estos desgraciados decidan atacarnos a nosotros.

Iba a marcharme cuando un olor muy peculiar llega a mis fosas nasales y comienzo a olfatear; Drake hace lo mismo. Nuestras miradas van a dos chicas que se acercan al alcalde y a Yumanaki. Escuchamos atentos su conversación al parecer van hacia nuestra isla. Mi amigo y yo ofrecemos llevarlas, en vista que casi todo el transporte marítimo fue destruido.

Las chicas son desconfiadas, la mayor de ellas lleva marcas de pelea, su olor es extraño, está tratando de enmascarar su verdadero olor, la más joven es la que me tiene alterado.

La Perdición del KodiakWhere stories live. Discover now