¿Te quieres ir a vivir conmigo?

123 10 6
                                    

Te veía a los lejos, caminando distraída hacia mi, con los auriculares puestos mientras tarareabas distraída la canción que iba sonando por ellos, con tu chupa de cuero, unos pantalones militares y el pelo recogido en un moño desecho que solo a ti te podía quedar bien.

Empiezas a acercarte donde habíamos quedado, y es entonces, cuando miras la hora, y al verla, abres los ojos como platos mientras intentas visualizarme entre el gentío. Sabias que odiaba llegar tarde a los sitios y que siempre llegaba cinco minutos antes, y tú , la eterna impuntual, te costaba horrores llegar a tiempo, aunque es cierto, que desde hace 4 años, eso había cambiado, o por lo menos, cuando quedábamos juntas, que siempre llegabas a la hora, incluso, me sorprendías.

Cuando tus ojos contemplan los míos, sonríes, como acto reflejo, enseñándome tus pequeños dientecitos perfectos, y una sonrisa que me tenía loca desde el día que te conocí. Como no, yo también lo hago, y te espero intentando controlar mis nervios, esos, que a día de hoy, después de tantos años, sigo teniendo cada vez que voy a verte, es algo que no puedo controlar.

Te acercas a mí y me besas suave, dejando que nuestros labios se encuentren de nuevo, reconociéndose en un beso lento con sonrisas entre medias.

-Hola sexy -saludas mientras me coges de la mano y comienzas a andar hacia el restaurante que habíamos reservado.
-Hola mi amor, ¿Como fue la mañana con los niños?

Natalia estaba trabajando como profesora de música en un colegio, y aunque le encantaba, es cierto que había cogido más responsabilidades de las que tenía, y eso, le agobiaba y no la dejaba descansar. Intentaba solucionar e implicarse en todos los problemas de los niños, tanto familiares como personales.

-Bien nena, ahora mejor que antes -vuelve a sonreír mientras me acaricia la mano. -Hoy duermes conmigo ¿no?
-Claro Nat, me hubiera encantado quedarme anoche, pero con el trabajo era imposible...
-Sabes que no me hubiera importado nada irte a buscar, no sé por qué no querías que fuera
-Nat, salía a las 12 de la noche, no iba a hacer que vinieras a buscarme cuando te tenías que levantar a las 6... además, que no nos hubiéramos acostado hasta las 3 de la mañana por lo menos -le digo mientras le sonrió pícara
-Eres idiota -sigue el juego mientras entrábamos al restaurante

El restaurante se llamaba la bohemia, y era el primero al que fuimos cuando salimos a comer cuando estábamos conociendonos. Guardábamos un precioso recuerdo de esa época, y siempre que podíamos volvíamos.

Hace 4 años atrás

Natalia y yo nos conocimos en una de las fiesta de mi pueblo, yo había salido con mi amigos de siempre, y según entramos al parking descubierto donde iban a hacer los conciertos nos vimos y nos sonreímos, pensando ambas que quedaría ahí. La verdad que me quedé prendada de ella, estaba apoyada en un muro mientras se fumaba un cigarrillo de liar y charlaba animadamente con sus amigos.

Al cabo de un rato, estábamos todos bailando, y nuestros grupos estaban al lado, encima teníamos amigos en común, María, mi mejor amiga desde que tengo memoria, era compañera de clase de Miki, su mejor amigo... al cabo de un rato y con ayuda del alcohol, unimos grupos y empezamos a bailar todos con todos, aunque nosotras no habíamos cruzado más que sonrisas y bailes con otras personas mientras nos comíamos con la mirada.

Empezó a sonar, "Contamíname" una canción que bailaba siempre con mi amigo Carlos, y nos vinimos todos muy arriba. Notaba como tus ojos me comían y yo, me sentía poderosa, así que, no dejaba de moverme mientras me reía de las tonterías que me decía Carlos.

-Reche, tienes a la morena loca, no para de escanearte -decía Carlos mientras me acariciaba la espalda
-No se ha atrevido a sacarme a bailar y ya lo ha hecho con todo el grupo... perro ladrador... -dije un poco cabizbaja. Es cierto que me gustaba la tontería, pero joder, ya podría acercarse o algo.
-Anda, si no has parado de bailar con todos, según termina una canción te agarras a otros, no será porque ella no se ha acercado eh... ¿No te dará miedo pillarte, no? -Carlos me lo dijo con razón de causa. Me conocía demasiado este chico
-No digas chorradas anda...

En ese momento terminó la canción que bailaba con Carlos, me giñó un ojo y se alejo a bailar con el resto. Me quede parada en mitad de allí, con cara de pánico mientras Natalia se acercaba a mi.

-Rubia, quita esa cara, que no voy a comerte -dijo con su sonrisa de modelo -al menos hasta que me lo pidas tú
-No he puesto ninguna cara, idiota -dije mientras terminábamos de acercarnos y pasaba su mano por mi espalda. Inevitablemente sonreí.
-¿Quieres bailar? Solo bailar, te lo prometo -y ahí seguía poniendo su mayor cara de chula que conocía...
-Si puedes seguirme el ritmo sí, claro
-Vamos allá, pequeña -me cogió de la mano alejándonos un poco de nuestros amigos, pues todas sus miradas habían caído encima de nosotras.

La seguí hasta la parte izquierda del escenario y empezó a sonar "Toxic", ahí supe que iba a morir de combustión interna.
Comenzamos a movernos de manera muy sensual y provocándonos. Solo rozándonos y comiendonos con la mirada, pero al primer minuto Natalia empezó a acercarse demasiado.

-¿Como lo llevas, Rubia?¿Mucho calor?
-No tanto como el que tienes tú -sonreí mirándole la boca
-A la mierda, nos vamos de aquí -cogió mi mano y me llevo fuera de allí
-¡Nat! ¿A donde me llevas? -me reía mientras la veía avanzar con prisa entre la gente

No me contesto, pero según salimos, me pegó al primer muro que vio y me besó. Pensaba que iba a ser descontrolado, por la ganas que teniamos ambas y por todo lo que nos habíamos provocado, pero no, fue lento. Empezamos conociéndonos, moviendo los labios en una danza lenta, Natalia me tenia cogida de la cintura y yo enredaba mis manos en su nuca, tirando ligeramente de esta para no separarnos. Al poco, pasó su lengua por mis labios pidiendo permiso, el cual, concedí sin pensármelo. Lo que comenzó como un beso lento, poco a poco se fue calentando. Sus manos ya no estaban en mi cadera y habían bajado a la zona sur de mi espalda, donde se entretuvo masajeando y apretando la zona.

-Aaahh -gemí sin poder evitarlo
-Joder Rubia, como me gustas

Estuvimos un rato más liándonos hasta que nos separamos dándonos picos rápidos entre sonrisas. Nat me dijo de irnos a dar una vuelta y hablar un poco, así que, eso hicimos, caminar de la mano mientras nos contábamos chorradas de nuestra vida y nos conocíamos más. Sin darnos cuenta, eran las 6 de la mañana, y teníamos numerosas llamadas perdidas de nuestras amigas, diciendo que donde coño nos habíamos metido.

Natalia me acompañó a casa y nos dimos nuestros números, al día siguiente me llevó a comer a la bohemia, y luego, pasamos todo el día juntas conociéndonos más. En ese mismo instante, me di cuenta, de que Natalia iba a marcar su nombre en mi vida con rotulador permanente.

Actualmente

-Churri, ¿Que te pasa? Que andas embobada
-Que te quiero Nat, que estoy tan feliz de que estés en mi vida... -dije sin poder contener las lagrimas
-Pero mi amor... yo también te quiero y... bueno, no iba a ser ya, pero visto lo visto... -Vi como empezó a removerse nerviosa en la silla mientras sacaba de su chaqueta un papel
-¿Que es esto, Nat? -pregunte sin entender nada
-Albi, mi amor, sé que solo llevamos cuatro años, pero es que han sido los mejores años de mi vida... me has hecho mejorar en todos mis aspectos, y joder, odio levantarme y que haya días que no estes a mi lado, porque esos dias no tengo ganas ni de levantarme de la cama... Alba, me das vida, y estoy enamorada de ti, se que eres el amor de mi vida y no quiero perder mas el tiempo... entonces... ¿quieres irte a vivir conmigo? -me enseñó el papel que tenía un dibujo de una casa y dos monigotes que parecían ser nosotras, firmado por sus alumnos. En donde se podía leer el la parte alta ¿te mudas conmigo?

Desde que empezó yo ya estaba bebiéndome las lagrimas

-Pues claro que me quiero ir a vivir contigo, mi amor
-Joder, menos mal -dijo Natalia mientras me abrazaba fuerte entre lagrimas
-¿De verdad pensabas que te podía decir que no? -pregunté extrañada
-Ay Albi, yo que sé, estaba mas nerviosa que ocho nerviosas
-Eres idiota, pero eres mi idiota.

One-shots AlbaliaWhere stories live. Discover now