√ | ✮⋆˙ 𝓡 aro pero 𝓾́𝓷𝓲𝓬𝓸 ━ 𝐌𝐈𝐊𝐄 𝐖𝐇𝐄𝐄𝐋𝐄𝐑.

peor es nada.

I wish i could
take the pain for you...

Mira por unos largos segundos la presencia del mayor a su costado, sintiendo el calor del agua llegarle a la cara y como poco después las luces del local empezaban a fallar. 

Lograron construir la simulación del tanque de agua salada y caliente, para que Once pudiera de mejor manera viajar hasta Hawkins y ayudar a Max. 

Ya llevaba acostada varios minutos, todo relativamente normal dentro de lo que podía ser meterse en la mente de alguien.

Sus ojos estaban tapados por lentes cubiertos de cinta negra para que no pudiera ver el exterior y solo se concentrara en su visión. Sus manos se movían a los costados de su cuerpo y respiraba hondo de vez en tanto. 

Mientras la chica relataba con una pequeña sonrisa en su rostro y una voz temblorosa de felicidad que se encontraba en un recuerdo de Max, ______ sentía que de no ser por estar de la mano de su pelinegro ya hubiera estado en el suelo de hace rato. 

La cabeza le vuelve a dar vueltas, siente un sabor extraño a sangre en el fondo de su garganta y la visión se vuelve un poco borrosa. Se siente extraño.

Mike reafirma el agarre de su mano, apretándola y por fin devolviéndole la mirada. Le sonríe para que deje de estar nervioso. 

Pero no nervioso no estaba. 

Temblaba como si tuviera fiebre, sudaba frío y el estar arrodillado tampoco ayuda a sentirse estable y con la seguridad de que no se va a caer por el mareo. 

Le duele el cuello y tira la cabeza para atrás, con un agudo dolor en la nuca y en la base de la cabeza. Inhala, y luego exhala. 

Oye a Once susurrar suavemente el nombre de su amiga pelirroja, con una felicidad contenida para no desvincularse de ella. ─Max...

Él, emocionado y por el mareo, se aferra al borde la hielera que desocuparon para hacer la "bañera", viendo a Ce con detenimiento, ahogando un pequeño grito. 

Su novio se ríe levemente, acariciando su hombro mientras continúa viendo a la chica. 

_____ inmediatamente cierra los ojos, y los aprieta. Y pocos segundos después, Ce ahoga un grito, mientras que de su nariz empieza a salir más sangre que la de antes. 

Siente un dolor en la espalda y en el cuello con precisión, como cuando te golpeas contra la pared y sientes una electricidad recorrerte el cuerpo. Así lo sentía. 

Y de repente, como si la televisión cambiara de canal sin tú siquiera haber apretado el control, el menor de ahí pierde un par de segundos la noción del tiempo y de lo qué pasa a su alrededor. 

Abre los ojos para nuevamente encontrarse en ese lugar oscuro, húmedo y caliente. Y al bajar la vista a su cuerpo, sus prendas y su piel expuesta está manchada de sangre. 

Controlando como un campeón sus miedos y el pánico, mira a su alrededor, mientras se pasó las manos por el rostro y por su pelo mal cortado. 

No alcanza a reconocer bien el lugar en el que está; ve mesas redondas de madera, sillas alrededor de estas y ventanas altas y delgadas. Todo está demasiado rojo y oscuro como para él poder reconocer bien dónde está. 

En sus oídos se implanta un fugaz y explosivo sonido, que es repetido varias veces en lo que él se pone las manos en los oídos y retrocede un paso. Esa sensación. 

Ese miedo, ese pánico, esa...

─¡Ah...! ─de repente el dolor vuelve a su espalda, como un gran peso o un gran impacto que recibió de la nada.