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•Los personajes son mayores de edad.
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Te encontrabas caminando sola por una calle oscura de Tokio después de haber terminado su turno en el café donde trabajabas. La noche era fresca y un tanto solitaria, una combinación que normalmente disfrutabas. Sin embargo, esta vez, una sensación de inquietud comenzó a apoderarse de tí. Sentiste que alguien te seguía, y tus temores se confirmaron cuando un grupo de chicos con chaquetas de cuero adornadas con dragones negros apareció detrás de tí. Eran los Black Dragons, una pandilla conocida por su brutalidad y falta de escrúpulos.
Intentaste apurar el paso, pero ellos te alcanzaron rápidamente, rodeándote.
—Hola, preciosa.— dijo uno de ellos, con una sonrisa lasciva. — ¿Por qué tanta prisa? Solo queremos divertirnos un poco.
—Déjenme en paz!— dijiste con un tono de voz temblando mientras tratabas de mantener la calma.
— No tan rápido.— respondió otro, agarrándote del brazo y empujándote contra la pared. —Vamos a divertirnos un poco.
Soltaste un grito, pero tu voz fue rápidamente silenciada por la mano de uno de los chicos. Empezaron a desabrochar tu blusa y a levantar tu falda, riendo y murmurando obscenidades.
De repente, una voz familiar y firme resonó en la oscuridad.
—¡Déjenla en paz, idiotas?
Los Black Dragons se volvieron, sorprendidos. Frente a ellos estaba Yazuha, la hermana menor de su jefe, su expresión llena de determinación y furia.
— ¿Quién diablos eres tú?— preguntó uno de ellos, despectivamente, pues recién había ingresado.
— Soy la peor pesadilla que van a tener esta noche.— respondió Yazuha, lanzándose hacia ellos con una velocidad y fuerza impresionantes. A pesar de que los chicos eran más numerosos, Yazuha no se detuvo. Golpeó y derribó a varios de ellos, cada uno de sus movimientos precisos y letales. Pero en el proceso, también recibió golpes y heridas.
