Глава 35

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Rusia le abrió la puerta del establecimiento. Una campanita de oro sonó sobre ellos, tintineando ligeramente. El lugar se veía bien adornado e iluminado de cierto modo. Había muy poca gente, que era algo bueno, pero todos se les quedaron viendo cuando entraron. El eslavo le indico que lo siguiera por unas escaleras que estaban a su lado. Arriba habían más mesas que las decoraban unas velas. En una esquina, una pareja se besaba con mucha pasión que ni siquiera se dieron cuenta de la presencia de los países. Se aproximaron a la mesa mas alejada, que daba hacia una vista del pueblo. México se quedo admirando el paisaje al darse cuenta de esto.

— Que lindo —

Rusia ya se había sentado en la mesa que eligieron. El mexicano termino de darle un ultimo vistazo y se sentó al otro extremo. Arriba de ellos colgaban unas bombillas que atravesaban todo el restaurante. Un mesero se acerco hacia su dirección y saludo a Rusia.

— "Lo de siempre señor?" —

— "Esta vez pediré algo diferente. Pero no se que quiera México" —

Volteo hacia el mesero que lo veía con cierta sorpresa en el rostro pero sin quitar la sonrisa delicada que le hacia lucir amable. México vio con rapidez el menú con algo de torpeza y finalmente se decidió por algo que llevaba pasta. Rusia rebusco también y pidió, al parecer, lasaña o lo que fuera que hubiera dicho. El mesero asintió a su petición y se llevo los menús. Un segundo mesero llego con vasos con agua y se los coloco en su lugar.

— No crees que llamaremos la atención si nos ven aquí arriba? —

— (Y? No importa lo que la gente piense) —

El eslavo tomo su vaso de agua y de un gran trago se lo tomo todo. México no dijo nada mas del tema. Desviaba su mirada a donde fuera para no hacer tanto contacto visual, pero el contrario lo noto. Apoyo sus codos en la mesa.

— (Desde que llegamos de Brasil te he notado inquieto. Te pasa algo?) —

— Inquieto? Yo? Jamás estoy inquieto, porque dices eso? —

Su postura y comportamiento decían todo lo contrario. Rusia había estado pensando sobre la medicación de México y se convenció que no seria bueno que se lo siguiera escondiendo. Se lo iba a decir hoy mismo, por eso le pareció buena idea invitarlo a salir para hablar más tranquilamente sin que algún tercero molestara. 

— (Puede que este suponiendo cosas pero puedes corregirme. Acaso tu no tienes alguna enfermedad mental?) —

— N-no. Yo no tengo algo como tal —

La postura del mexicano se volvió alerta. Talvez ya sabe que es lo que le trata de decir. Hablaría con cuidado sin dejar malentendidos.

— (Te debo decir esto. Pensaba que lo que me decías de ti y de mi era... una locura. Pensé que tendrías algún delirio mental. Cuando te invite a mi territorio... bueno, digamos que-) —

El mesero llego con la comida de los dos, cubiertas por una tapa de metal redonda, interrumpiendo a Rusia a media oración. Les retiro la dichosa tapa para ver comida humeante y muy bien preparada sobre la mesa.

— "Que lo disfruten" —

Dijo el mesero y se retiro.

— Que ibas a decir de tu territorio? —

The FlagMast (RusMex)Where stories live. Discover now