Capítulo 37

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México le pidió suspender sus juegos para arreglar el asunto. Hubieron ocasiones en donde Brasil estaba en la cafetería pero salía corriendo cuando lo veía entrar. No hablaba con el para nada aunque fueran asuntos de trabajo, los posponía. Pasaban los días y aun no había logrado acercase ni un poquito. Se estaba sintiendo mal consigo mismo aunque ni siquiera sabia el enojo del brasileño.

Tres semanas después, México no se aparecía tanto en la cafetería y su estado de animo se hacia sombrío. Se hacia más y más nervioso.

Un día miércoles que decidió ir por su cuenta, cuando no estuviera nadie en la cafetería, se quedo dormido sobre la mesa donde comió. Escucho una voz que lo llamaba por su nombre. Abrió sus ojos lentamente hasta poder ver bien quien era.

— Quien...? —

— (Te quedaste dormido) —

Canadá tenía una mano en su espalda. Levanto su cabeza y miro a su alrededor. Seguía sin haber alguien.

— Cuanto tiempo llevo aquí? —

— (No sabría decirte pero talvez te sirva que son las 6 en punto) —

— Demonios, llevo horas —

Se intento levantar de la silla pero un empujón por parte de Canadá hizo que callera nuevamente en esta. Se quedo paralizado.

— (Iré al grano. Estas teniendo problemas con Brasil y no me digas que no es cierto) —

El canadiense recorrió la siguiente silla a su lado, se sentó y recargo sus brazos sobre la mesa.

— Y porque quieres saber si es verdad o no? —

— (Mira, se que tu y yo tuvimos algo antes, pero no significa que no podemos hablar como seres civilizados. Todos estamos en cierto punto preocupados por ustedes, se llevaban de lo mejor) —

México lo miro, analizando que quería con el o lo que se supone que quería saber. No iba a contarle lo que sucedió por razones simples. Sera mejor evadir el tema.

— Tuvimos un malentendido, pero lo vamos a arreglar. No necesitas hablar conmigo de esto —

Dijo intentando volver a levantarse, pero de nuevo el tirón que lo regreso a su asiento.

— (Te estas comportando diferente y tus vibras son melancólicas. Podría ayudarte a que se reconcilien) —

— Porque quieres meterte en mis asuntos? Deberías preocuparte por tus cosas y no de otros—

México dijo con irritación. Se levanto de mala gana, casi aventando la silla hacia atrás y salió de la cafetería sin decirle algo más. El canadiense suspiro pero noto una cosa negra en la mesa. La tomo dándose cuenta que era una pulsera. Era evidente que de México. Salió de igual forma.

— (Como porque salió enojado?) —

USA salió al pasillo, escondido atrás de la puerta de la cafetería. Se acerco a Canadá para que le contara los detalles.

— (Debiste hablar tu con el, lo tomo de la peor forma posible) —

— (Si yo hubiera ido habría sido muy extraño. Por eso tu eras el indicado) —

The FlagMast (RusMex)Where stories live. Discover now