Solo necesitas 8 segundos para enamorarte, fue la respuesta que recibió en pequeño Seungkwan cuando le preguntó a su madre que era el amor.
Su primer amor fue su todo, sus primeras veces fueron él Kim Mingyu pero también fue su primer corazón roto.
...
Chan se despertó un tanto alterado, al mirar la hora ya pasaba de las 12 de la tarde. Trato de no moverse mucho para no despertar a Seungkwan, quien dormía como un bebé.
—Solo cinco minutos más
Seungkwan mantenía aún los ojos cerrados, mientras sus brazos se aferraba a la cintura de Chan.
—Es momento de levantarnos—la voz de Chan sonó dulce, mientras acariciaba su cabello—Vamos Kwanie, es hora de levantarse
—No quiero
Seungkwan jalo un poco más el edredón, hasta cubrir su cabeza.
—No me obligues a levantar
—¿Cómo lo vas hacer?
Seungkwan pregunto curioso.
—No me tiendes cariño, que con esa mirada no me voy a resistir
—Uyy que miedo tengo
Seungkwan río.
—Estas advertido—Chan movió sus manos, sobre el cuerpo pequeño de Seungkwan, mientras esté soltaba pequeños chillidos—No es divertido cariño
La risa de Seungkwan se detuvo de repente, para poder sentarse cómodamente; su mirada poso sobre los labios del contrario.
—Ocurre algo Seungkwan
Dijo Chan.
No hubo palabras, para expresar lo que haría Seungkwan.
Por una vez en su vida sería valiente, se dio la vuelta para quedar frente a Chan; y dejar un beso fugaz en sus labios.
Tal vez sería un buen sueño, pero no lo era. Chan tomó el rostro de Seungkwan, para profundizar aquel beso; si les hicieran la pregunta. ¿Cómo se sentiría estar en las nubes?
Ellos sin dudar dirían y describiría el momento que estaban pasando juntos.
Chan se detuvo, antes de que sus manos hicieran algo más.
—Porque te detienes
—Aun no es el momento, quiero que sea especial—aventó a un lado el edredón—Que tal si desayunamos fuera
Seungkwan asintió de forma gustosa.
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Caminaron hasta una pequeña cafetería, algo pintoresca; algo nuevo de mirar en las calles de Seúl.
—Adelante
Chan le abrió la puerta.
—Wow, que lugar más bonito
—Te gusta—Seungkwan miraba con tanto entusiasmo el lugar—Te gusta, me pase toda una semana buscando algo que te gustará
—No lo tenías que hacer Channie
Tomó su mano, sobre la mesa.
—Kwanie mientras estemos juntos, siempre te daré lo mejor
Una chica se acercó a ellos, para que dieran su orden.
Aunque para los ojos agudos de Seungkwan, no pasó en el coqueteo de ella hacía su novio.
—Ocurre algo
—Nada
Se apresuró a decir.
La charla siguió, como si no hubiera pasado nada; hasta que volvió aparecer justamente en los momentos, en que ambos se ponían cariñosos.
—Quería preguntar, si me darías tu número de teléfono
La chica gerente a él, tenía extendido su teléfono listo para aceptar el número.
—Disculpa
—Oppa, es que realmente eres mi estilo y me preguntaba si podía obtener tu número
La cara de la chica se ruborizo de tal forma.
—Lo siento—Chan aparto cuidadosamente el celular—Ya tengo pareja
—Ella debe ser muy afortunada
—Diría que yo soy el afortunado, que una persona maravillosa me diera esa oportunidad—Chan unió sus manos—Me siento halagado
Al mirar aquel acto entre ellos, se sorprendió lo bastante.
—Perdón no sabia que salías con él
Como llego desapareció.
—No fui demasiado duro con ella, cierto
—Fue muy maduro
—Tenía que serlo, tu cara mostraba que querías arrancarle el cabello
—No soy esa clase de personas
Seungkwan soltó una risa.
—Eso no fue lo que me dijo Jisoo
—Eso lo invento—guardo silencio, antes de continuar—Solo fue una ocasión
—Quiero saber sobre esa ocasión
—No fue realmente algo, solo defendí a Hansol de un grupo de chicas... o también esta la otra donde Jisoo estaba discutiendo; y las palabras se elevaron y pasaron a los golpes
—Chan lo miro con ternura—Los envidio
—¿Porqué?
—Ellos te conocen desde hace tiempo, ellos conocieron a Boo Seungkwan de cinco años, de quince años... me hubiera gustado estar ahí
—Vas a tener lo mejor de mi
Seungkwan lo miro con ternura pura.
Jugaron, contaron historias pasadas las travesuras que hacían; de cada cosa importante para ellos aunque fuera mínima. Llenando esos detalles que, solo recordarlos los harían felices.
Su tarde estuvo llena de sorpresas, paseando de un lado a otro; comiendo cosas deliciosas.
Caminado de la mano por el río Han, un improvisado picnic que salió de la nada.
Para acabar con Chan parado en la entrada, despidiendo a Seungkwan.
