016

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Martin no puede dejar de morderse las uñas mientras espera en esa sala tan... lujosa. Se siente tan fuera de lugar que le dan ganas de llorar.

Sabia que Juanjo tenía dinero, pero no como para malgastarlo en él. Que en vez de estar feliz por poder sanar solo siente las lágrimas apretar su pecho con fuerza.

Ya decía su padre que era un desagradecido...

— Martín Urrutia. — Lo llaman, podría haber rodado los ojos por la mala pronuncia de su nombre si no fuera por el fuerte nerviosismo que lo envuelve por completo. 

Se adentra a sala con sumo cuidado, como si temiera romper algo con su sola presencia.

— Buenas tardes. — Lo saluda la mujer que hay dentro de la sala, cuyos ojos no azules no se apartan de él ni un momento. Como si estuviera atenta a cada uno de sus movimientos. 

— Hola. — Responde Martin, en un susurro. 

— ¿Cómo estás? — Le pregunta con suavidad, como si adaptar su tono de voz al de Martin. 

El vasco ya no sabe que es lo que le resulta más reconfortante, si la manera en la que la mujer no aparta la mirada, completamente atenta a él, lo acogedora que le resulta la consulta o el olor de esta. 

Huele a vainilla y a limpio, y por alguna razón, le encanta. 

La mujer se presenta como Cristina y hablan un poco sobre la vida de Martin, quien al poco rato ya se encuentra totalmente cómodo y se siente algo tonto por ese sentimiento de pena inicial. 

— ¿Quieres empezar a contarme un poco más de tu vida? — Le pregunta con cautela. — No te sientas presionado, tenemos mucho tiempo por delante para ir tratando todo lo que quieras. 

A Martin las palabras suaves y tranquilas de la mujer le sientan como una caricia en las heridas de su corazón, por lo que asiente para empezar a hablar. 

Le cuenta por encima como ha sido su vida, haciendo especial énfasis en el baile y en sus hermanos. También le cuenta el gran soporte que han sido sus amigas durante los dos últimos años. Le habla de su madre y de como le duele la ausencia de un lugar seguro en casa durante el tiempo que estuvo con su padre. Y por ende le cuenta un poco sobre sus padre, sin adentrarse en aquello que más le duele. 

En algunos momento llega a emocionarse y se le escapan las lágrimas que no se molesta en ocultar. 

Porque así es Martin, no le avergüenza llorar ni mostrarse sensible. 

— ¿Qué hace la vida soportable para Martin Urrutia? — Pregunta ella. La pregunta le resulta un soplo de aire fresco entre tanta tensión,  y su tono le resulta cercano. 

Se lo piensa durante unos segundos, aunque quizás lo ha sabido desde que la pregunta se ha formulado. 

— El amor.  — Susurra finalmente, ganándose una sonrisa tiernísima de Cristina. Ese es el efecto que suele tener Martin en las personas. 

Hablan sobre ello un rato hasta que Martin decide hablarle sobre Juanjo el poco rato que les quedan, hablar sobre su familia y su situación mental  lo ha agotado. 

Juanjo le hace sentir más vivo. 

— Hace un tiempo conocí a un chico... — Dice finalmente, sintiendo su corazón acelerado ante la mención del chico. Aunque le duele no puede evitar recordarlo con una pequeña y triste sonrisa. 

— ¿Qué es para ti? 

¿Que qué es para él Juanjo? Cuán loco sería decirle que prácticamente todo. 

El Chico Del Básquet - Juantin ot2023Where stories live. Discover now