10 Sombras

19... Parte 1

La cuidad de Orario sufría las consecuencias una vez más. La decisión de una sola persona afectando a los demás.

¿Quien lo hubiera pensando,no? El equilibrio que mantiene el rumbo del mundo, la balanza entre poderes es muy frágil.… Pero, ¿que fue…? ¿Quizás fue la muerte imprevista de una profeta?… Tal vez alterar el orden natural de las cosas.

Ninguna de estas posibilidades paso por la mente de Uranos.

El líder que encabeza la asociación de aventureros, aquel que mantiene el equilibrio en la cuidad al encerrar todas aquellas aberrantes creaciones del abismo. Aquel que se alza por encima de todos los dioses en el Genkai, aquel hombre que carga el peso del mundo sobre sus hombros estaba preocupado por primera vez después de 15 años. El orden que mantiene sobre el calabozo se perturbo alarmantemete después que aquellos relámpagos calleran demasiado cerca para su gustó.

Pero por más que deseara levantarse de su trono sabía que eso no iba a poder ser posible. Su contrato que lo vinculo con el calabozo no lo permite.

A cambio de mantenerse por el resto de su vida postrado sin la capacidad de volver a moverse por el resto de su existencia en el Genkai y con la mitad de su poder creando una barrera que mantiene a todo el mundo seguro las posibilidades de que Uranos son escasas.

Su barrera mantenía segura la cuidad de cualquier amenaza externa que no sea humana, si la amenaza era débil la barrera automáticamente la eliminaría Pero si era demasiado fuerte lo máximo que podría hacer era ocultar la cuidad por un tiempo. Fue por esa razón, desconocída para el mundo, que Orario era la cuidad más segura del mundo.

Incluso cuando el Leviathán y el Behemoth estaban vivos siempre atacaron las ciudades más cercanas pero nunca Orario o Melen. El más cerca que estuvo de hacerlo fue el Leviathán pero fue asesinado antes de que tuviera el tiempo. Pero esos resultados hicieron un poco más fácil el trabajo para el, aún recordaba el día cuando la primera de las 3 grandes misiones callo ante la <<Familia Hera>>. Ese día el calabozo fue inactivo como nunca antes, el peso de perder tal fuerza. Incluso cuando murió el Behemoth a manos de la <<Familia Zeus>> le dió un latismo de esperanza de que su trabajo por fin finalizaria.

Su soledad terminaría.

Que el sol lo quemaría una vez más.

Que respiraria una vez más el aire fresco de la mañana.

Pero murieron.

Sus esperanzas murieron. Ambas familias murieron. Las llamas negras que calcinaron todo, los pocos sobrevivientes sucumbiendo a sus heridas en cuestión de minutos.

Aquella criatura antinatural, asesina del "Rey mercenario" el último hijo en escapar y el último en vivir.

El Dragón negro. 

Cuentan las historias de que sus alas eran capaces de tapar el mismo sol de un reino completo, su cola tan fuerte que partía montañas con su simple movimiento sus llamas tan negras como la noche mas solitaria tan caliente que convertían las tierras fertiles en estériles con apenas una brisa. Fue la destrucción encarnada, nadie fue capaz de acercarse ni remotamente aquella bestia alada.

Ese día trágico aún estaba grabado en su memoria porqué ese día no solo perdió la humanidad, ese día perdio también el. La chispa de esperanza que alguna vez brillo tanto como una estrella agonizante, muerta ante el peso de la culpa y la carga sobre sus hombros aplastándolo cada día de su inmortal vida.

¿Y ahora? No sabía que estaba sucediendo afuera, el calabozo alguna sometido bajo su fuerte vínculo por poco titubeo ante la repentina explosión de poder dentro, aquella producción de Mounstruos aumentando por 0.03 segundos antes de que fuera de nuevo sometida. Sin embargo, el daño fue hecho. Las bestias que habían nacido en ese lapso de tiempo tenían vueltas locas ante el poder crudo que recorría por su sistema.