2 fiestas

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Kanu

- ¿Te vas a disfrazar?

Nina - Mmm pues no tal cual

- ¿Por?

Nina - ósea es que es así mira – manda una foto de un disfraz sencillo de Caperucita

-Aaaaah, está lindo

Nina – ¿tú de que vas a ir?

- Yo voy de vaquero

Nina - esta padre

Antes de que terminar de hablar le mande mi plan para poder ir a las dos fiestas

-oye te puedo pedir un favor

Nina – si, ¿cuál?

-crees que puedas decir que me voy a quedar a dormir en tu casa

Nina – mmm... pero ahora está más lejos

-si pero mi hermana y mis padres no saben que te mudaste

Nina – ¿para qué sería?

-pues Alexis me invito a una fiesta con él y pues quiero ir, por eso necesito que digas que me voy a ir contigo a tu casa para dormir y ver películas

Nina - okey está bien, pero quiero me cuentes todo después

-si si si si, te lo contare hasta con detalle

El sudor me perlaba la frente mientras ajustaba el paliacate para tener completo el disfraz de vaquero, miré a mi hermana y a Lia las cuales ya estaban lista, y ya estaban impacientes esperando en la puerta, lucían radiantes en sus disfraces de guerrera amazona y diosa griega.

- ¡Vamos, ya está bien! - gritó Sheccid, la amazona - ¡Llegaremos tarde a la fiesta!

Salimos de la casa y nos dirigimos a la de Oriol, donde se celebraba la fiesta. La música retumbaba en la calle, se veían siluetas bailando en las ventanas y gente afuera. Al entrar, el calor y el humo me golpearon como una ola. La música era ensordecedora, las luces de colores iluminaban a la gente que bailaba y reía por todas partes.

La fiesta era un caos de música, baile y disfraces. Bebidas fluían libremente, y la gente reía y conversaba animadamente. Perdí de vista a mis amigos rápidamente, absorbido por la marea de cuerpos danzantes.

Busqué a Nina y la encontré hablando con un grupo de personas en el que se encontraba Malia, Cuando me vio, sonrió y se abrió paso entre la multitud.

- me gusta tu disfraz - me dijo

- a mí el tuyo – para ser sencillo tenía algo que lo hacía destacar y lucir bien

Bailamos durante un rato, pero la música era demasiado fuerte que costa un poco entender lo que decía, después de un rato la perdí de vista, de repente, sentí una mano en mi hombro, me di la vuelta y vi a mi Dilan, vestido como un apuesto pirata, Sus ojos brillaban con picardía, nos saludamos y tratamos de hablar un poco, para después ir a tomar una que otra bebida, primero me el primer baso luego el segundo y así paso hasta que perdí la cuenta, seguía consiente solo me encontraba marido, en eso recibo un mensaje de Alexis diciendo que le mandara ubicación para que pasara por mi y eso hice, a lo que eso hice, después de eso solo puso llego en 30 minutos, revise la hora y eran las 10:40, después de un rato recibí otro mensaje que decía llego en 5 minutos, en eso llego Nina para decirme

- Oye, ya es hora de irnos – dijo haciendo comillas con los dedos

- claro deja le aviso a mi hermana

Nos despedimos de nuestros amigos y salimos de la casa, la noche era fresca y el aire vibraba con la energía de la fiesta, en eso Nina me dice que llegaron por ella a lo que reviso mi teléfono y le digo lo mismo, nos despedimos para acto después cada uno subirse a su respectivo auto, nos saludamos y al verlo detenidamente me di cuenta de que su disfraz de deadpool lucia muy bien en su cuerpo, acto seguido arranco el auto y nos fuimos.

Platicamos durante un rato hasta que llegamos al edificio de departamentos donde era la fiesta. Al entrar era mucho más tranquila que la de Oriol, la música era suave y la gente conversaba en grupos pequeños, supongo que se debía a que eran más grandes, él se encontró con algunos de sus amigos, y me iba presentado con ellos, la verdad me incomode un poco al ver sus miradas hacia mi ya que algunos eran un poco despectivos por lo joven que era alado de Alexis, varios le preguntaban por mi edad a lo que él solo respondía con ¨es legal¨, aunque era mentira, pasamos un rato agradable charlando y riendo, todo iba bien hasta que en algunos momentos intente agarrarlo de la mano pero él la escondida o la alejaba de la mía junto con que alguien le pregunto sobre nosotros y la notoria diferencia de edad, él solo contesto ¨es muy maduro para su edad¨ y cambio de tema, si soy sincero me incomodo un poco pero lo deje pasar como todo lo demás.

En un momento a solas Alexis me tomó de la mano y me llevó a la terraza, la vista de la ciudad era espectacular, las luces brillaban como estrellas en la oscuridad.

- Me alegro de que hayamos venido aquí - me dijo abrazándome.

- Yo también - dije, apoyando la cabeza en su hombro.

Nos quedamos un momento en silencio hasta que tome valor y le pregunte

- ¿Qué fue todo lo de adentro y por qué has estado evitando que te agarre de la mano?

-no es nada – dijo en un tono fastidiado y molesto

-si es algo

- claro que no, no seas exagerado – dijo terminando la conversación

Nos quedamos en la terraza un rato más, disfrutando de la vista y de la compañía del otro, luego, regresamos a la fiesta tomamos y bailamos, pero ya no era lo mismo, la música sonaba demasiado fuerte, la gente parecía demasiado borracha. Al final de la noche, nos despedimos de sus amigos, y caminamos de regreso al auto, pero antes de llegar, Alexis me tomó de la mano y me condujo a un callejón oscuro. Nos besamos apasionadamente, nuestros disfraces rozándose, sus labios eran cálidos y dulces, y su cuerpo me presionaba con fuerza, dejé escapar un gemido de placer. De repente, un ruido nos asustó, un gato negro maulló y cruzó corriendo por delante de nosotros, nos miramos, riendo nerviosamente.

-Creo que deberíamos volver - dije, jadeando.

Alexis asintió con la cabeza, todavía con una sonrisa traviesa en su rostro. Nos subimos al auto y se formó un silencio hasta que por fin él lo rompió

- Gracias por la noche - me dijo para después agregar -Me divertí mucho.

Le sonreí y le dije - Yo también

Entrando a su departamento solo quería ir a dormir, pero las luces tenues y la música suave que había puesto creaban una atmósfera un poco forzada de intimidad. El fua a tomar un poco más, después empezó a mirar con intensidad, sus palabras cargadas de deseo y promesas me envolvían en una telaraña de confusión, acercándose con una sonrisa seductora me tomo por la cintura y me acerco hacia él para besarme.

-Te quiero hacer mío– susurró a mi oído,

-hoy no estoy cansado, mañana temprano – le respondí

-Te deseo tanto ahora mismo- susurro para después besarme

Su voz era hipnótica, sus manos cálidas y firmes, hacían que se me erizara la piel, pero una vocecita me advertía que algo no estaba bien, no era que no lo deseara, la atracción era innegable, sin embargo una incomodidad me impedía entregarme.

-Relájate - decía mientras sus manos exploraban mi cuerpo -Confía en mí, te haré sentir bien.

Cerré los ojos, tratando de acallar las dudas, me dejé llevar por sus caricias, por la calidez de su cuerpo junto al mío, pero una incomodidad seguía presente, un nudo en la garganta que me impedía disfrutar, al final me entregué, no convencido, sino por una mezcla de deseo y resignación. Experimenté placer, pero al final me invadió un vacío y una decepción. 

Malas DesicionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora