7. No molestar

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La mayoría de los guardianes había venido a visitarme para ver cómo estaba, todos estaban a excepción de Norte, él estaba muy ocupado en su taller.
Sabía que era un gran detalle ya que todos tenían mucho trabajo y se habían tomado un poco de su tiempo sólo por mí, agradecía enormemente que estuviesen preocupados pero siendo honesto..., quería que se fueran y me dejaran descansar. En especial Tooth.

Los guardianes eran geniales y todo eso, pero no eran una buena compañía cuando se necesitaba estar en reposo.
Jack pareció notar mi incomodidad y se acercó a mí, miró de reojo a todos antes de sonreír.

—¿Quieres que los saque de aquí? —se ofreció en voz baja.

Le dediqué una mueca, arrugando ligeramente la nariz y frunciendo los labios.

—Si no lo haces tendré que arrancar mis orejas —murmuré.

Asintió y llamó la atención de todos.

—Chicos, creo que es mejor dejar a Peter descansar. Sí, Tooth, lo digo por ti, aleja ese hilo dental de su boca.

Lo miré extrañado, giré mi cabeza y me encontré con Tooth casi metiendo sus manos en mi boca. Por sexta vez.

—Jack, pero Peter comió hace un rato. Vamos, solo déjame —dijo acercándose a mí.

—Tooth —la cortó Jack—. ¿Ya había mencionado que los duendes saben hacer galletas?

—¿Los duendes saben hacer galletas? —repitió Tooth, olvidándose de mis dientes.

—Así es, para sorpresa de todos, saben hacer algo —rió Jack.

Miré a Sandy, él dibujó un signo de interrogación y otro de admiración con su arena dorada. Yo estaba más confundido que él, no sabía a qué se referían con exactitud porque a mí las galletas me habían parecido deliciosas.

—Eso lo tengo que ver con mis propios ojos —dijo Conejo riendo por lo bajo.

—Eh, yo probé algunas y sabían muy bien —comenté.

—¿Te gustaron? ¿quieres que te traiga? —dijo Tooth rápidamente—, yo te traeré. Vamos, hay que ir por galletas.

Caminaron en fila india, Jack iba detrás de ellos y una vez que salieron de la habitación cerró la puerta. Me miró con una media sonrisa y con un movimiento de su mano congeló el picaporte.

—Ella no te traerá nada —me guiñó un ojo.

Reí por lo bajo mientras entrelazaba mis manos detrás de mi nuca, poniéndome más cómodo.

—Vaya, gracias —dije con una sonrisa de genuino agradecimiento.

No era que Tooth no me agradara, porque sí lo hacía, pero me tenía muy incómodo su excesiva atención. Estaba acostumbrado a que las chicas fueran así todo el tiempo conmigo pero no me gustaba, menos que Jack presenciara aquello.

Jack por su parte se sentó en un sofá y cerró los ojos, entrelazando sus tobillos.

—¿Por qué dices que los duendes no saben hacer nada? —dije intentando comenzar una conversación.

—Porqué así es, Peter —contestó aún sin abrir los ojos.

—Pero ellos hacen los juguetes, se supone...

—No —me cortó—, eso les hacen creer a todos. Los duendes, en pocas palabras, son unos inútiles.

Abrí los ojos como platos sin poder creer lo que escuchaba, Wendy me había contado sobre navidad. Wendy no me podía haber mentido sobre eso, ¿o sí?

En busca de la magia (Jack Frost X Peter Pan)Where stories live. Discover now