Capítulo 20: Calma antes de la tormenta

968 74 3
                                    

Ali

Ha pasado una semana desde la última vez que vi a Pedri. La sensación de vacío que me ha acompañado desde entonces es casi insoportable. Todo se ha complicado de una manera que nunca imaginé. Al día siguiente del partido, una foto de mí viendo el partido con Javier corrió por todas las redes sociales, creando un torbellino de rumores y especulaciones.

Cada vez que miro mi teléfono, veo esa imagen repetida una y otra vez. Los comentarios van desde lo halagador hasta lo cruel. Me siento atrapada en una red de chismes que no puedo controlar. Siento que esta situación solo ha alejado más cualquier posibilidad de reconciliación con Pedri.

Recuerdo cómo me sentí cuando vi por primera vez la foto. Estaba sentada en la cocina, tomando un café y tratando de distraerme con cualquier cosa que no fuera Pedri. Mi teléfono vibró, y al desbloquearlo, vi la notificación de una amiga que me había etiquetado en una publicación. Al abrirla, ahí estaba: una foto mía y de Javier, sentados juntos en el palco, con una expresión de camaradería que no reflejaba en absoluto la realidad de mis sentimientos.

—Esto es un desastre —murmuré para mí misma, sintiendo cómo el nudo en mi estómago se apretaba aún más.

Desde ese momento, mi vida se ha convertido en una serie de llamadas y mensajes, todos preguntándome sobre mi "nueva relación". Mis amigas más cercanas intentan consolarme, pero la sensación de traición y confusión persiste.

Mi padre, quien siempre ha querido mantenerme fuera del foco mediático, no parecía nada molesto con que mi foto hablando con Javier corriera como la espuma. Esto solo ha añadido una capa más de confusión a mis sentimientos. Mi padre, el hombre que siempre ha protegido nuestra privacidad con tanto fervor, de repente no muestra ninguna preocupación por la atención que estoy recibiendo.

—Papá, ¿no te preocupa que esta foto esté por todas partes? —le pregunté una noche durante la cena, tratando de entender su indiferencia.

Él simplemente se encogió de hombros y sonrió.

—Ali, es solo una foto. No es nada grave. Además, Javier es un buen chico. No hay nada de qué preocuparse —dijo, restándole importancia.

Pero para mí, era mucho más que eso. Era un símbolo de cómo todo se estaba desmoronando. Me siento como si estuviera perdiendo el control de mi propia vida, atrapada entre las expectativas de mi familia y mis propios deseos.

Cada día, la ausencia de Pedri se hace más dolorosa. Me encuentro pensando en él constantemente, preguntándome qué estará haciendo, si estará tan afectado como yo. La discusión que tuvimos sigue resonando en mi cabeza, y cada vez que recuerdo su mirada llena de dolor y celos, mi corazón se rompe un poco más.

La situación con Javier solo ha empeorado las cosas. A pesar de sus intentos por acercarse y conocerme mejor, no puedo evitar sentir que todo es una fachada, un intento de mi padre por emparejarme con alguien que considera "adecuado". Pero mis sentimientos por Pedri son demasiado fuertes para ignorarlos, y cada vez que estoy con Javier, me siento aún más perdida.

La presión de las redes sociales, la atención no deseada y la falta de comunicación con Pedri me tienen al borde del colapso. Siento que estoy caminando sobre una cuerda floja, tratando de equilibrar mis emociones mientras el mundo a mi alrededor se tambalea.

Necesito encontrar una manera de arreglar esto, de hablar con Pedri y aclarar nuestros sentimientos. Pero cada vez que intento comunicarme con él, algo me detiene. El miedo al rechazo, la incertidumbre sobre cómo se siente realmente... todo se mezcla en una tormenta de emociones que no sé cómo controlar.

Mientras tanto, Javier sigue apareciendo en mi vida, siempre con una sonrisa y un comentario amable. Mis padres parecen encantados con él, y eso solo añade más peso a mis hombros. Me siento atrapada en un juego que no pedí jugar, intentando encontrar una salida sin herir a quienes me importan.

La chica de las flores  [Pedri Gonzalez] Where stories live. Discover now