Capítulo 25: Superarlo todo juntos

895 62 5
                                    

Ali

Hoy es el día en que denunciaré a Javier. Mi cuerpo está tenso y mi mente llena de pensamientos oscuros, pero sé que no puedo seguir viviendo con miedo. Pedri, Sira, Gavi, Ferrán, Ansu y Fer están a mi lado, brindándome la fuerza que necesito.

Nos dirigimos a la comisaría de policía en el coche de Pedri. El trayecto es silencioso, cada uno de nosotros perdido en sus pensamientos. Pedri me sostiene la mano con fuerza, su presencia es un ancla que me mantiene conectada a la realidad. Siento el apoyo de Sira, sentada detrás de mí, y la determinación de Gavi, que mira fijamente hacia adelante, su mandíbula apretada en una mueca de furia contenida.

Al llegar, el edificio de la comisaría se alza imponente ante nosotros, sus paredes grises reflejan la seriedad de la tarea que estamos a punto de emprender. Mis piernas tiemblan mientras salgo del coche, pero los brazos de Pedri alrededor de mis hombros me dan la valentía para seguir adelante.

Dentro de la comisaría, el ambiente es tenso y frío. Nos dirigimos a la recepción, donde una oficial nos recibe con una sonrisa amable, aunque cansada.

—¿En qué puedo ayudarles? —pregunta, su voz suave pero profesional.

—Quisiera presentar una denuncia —respondo, mi voz temblando ligeramente.

Nos conducen a una sala de entrevistas, pequeña y desprovista de decoración, con paredes blancas y una mesa de metal en el centro. Tomamos asiento, y una oficial de policía se une a nosotros, su expresión es comprensiva pero firme.

—Mi nombre es la oficial Martínez. Entiendo que quieres presentar una denuncia por agresión —dice, mirándome a los ojos con una mirada que intenta transmitir seguridad.

Asiento, incapaz de hablar al principio. Pedri aprieta mi mano, dándome el impulso que necesito para empezar.

—Sí, quiero denunciar a Javier... Javier Torres. Me ha estado maltratando durante meses. —Las palabras salen con dificultad, como si cada una de ellas me arrancara un pedazo de alma.

La oficial Martínez asiente, tomando notas mientras hablo.

—Cuéntame todo lo que puedas, Ali. Estamos aquí para ayudarte.

Empiezo a relatar mi historia, cada palabra es una herida abierta, cada detalle una marca indeleble en mi memoria. Les cuento cómo comenzó todo, cómo Javier pasó de ser un novio encantador a un monstruo controlador y violento. Les hablo de las noches de terror, de los golpes, de los insultos, y de cómo mi vida se convirtió en un infierno.

—Al principio, era muy dulce —comienzo, mi voz quebrándose—. Me decía todo lo que quería escuchar. Era atento, cariñoso, siempre pendiente de mí. Nunca pensé que podría cambiar tanto, yo a el no le quería pero tenía que estar con el porque según mi familia era lo correcto.

Las lágrimas comienzan a correr por mis mejillas, pero sigo hablando, sabiendo que es necesario.

—Después de unos meses se enteró de que había tenido una relación con el —Señaló a Pedri a mi lado— Y con eso, empezó a ser más controlador. Quería saber dónde estaba todo el tiempo, con quién hablaba, qué hacía. Al principio pensé que era normal, que se preocupaba por mí, pero luego... luego se volvió asfixiante.

Pedri aprieta mi mano con más fuerza, su presencia es un ancla en medio de este mar de dolor.

—Empezó a prohibirme ver a mis amigas, a mi familia. Me decía que ellos no me entendían, que solo él sabía lo que era mejor para mí. Y yo... yo tenía que estar con el porque era lo que había que hacer. Me aislé de todos, pensando que sino lo hacía iba a ver consecuencias mucho peores.

La chica de las flores  [Pedri Gonzalez] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora