Capítulo 52 (parte 4)

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Dylan, con el corazón roto, observa cómo la espada atraviesa a su madre. Las lágrimas brotan de sus ojos y su cuerpo tiembla, no solo por el esfuerzo físico, sino por el desgarrador peso de sus acciones. La furia en su interior se mezcla con un profundo dolor, cada estocada a su madre es un golpe a su propio corazón.

Dylan: Perdóname- su labio tiembla sin control.

Isabella, con una tristeza abrumadora, se acerca a su hermano. Sus pasos son lentos y pesados, su rostro bañado en agonía mientras coloca una mano temblorosa sobre el arma.

El brillo del arma se intensifica, mostrando el sufrimiento y la angustia que sienten, mientras su poder se fusiona con el de Dylan, iluminando todo a su alrededor con una luz brillante.

Dylan e Isabella gritan al unísono, sus voces entrelazadas en un lamento desgarrador que llena el aire. Es un grito de dolor y desesperación, un eco de la lucha interna y la agonía de enfrentar a su propia madre. El sonido es tan intenso que parece absorber la luz y el silencio a su alrededor, reflejando la magnitud de sus habilidades.

Hekatia, luchando contra la fuerza que la atraviesa, muestra una angustia palpable. Su mirada, ahora llena de conflicto interno, se encuentra con la de sus hijos. En sus ojos se refleja la mezcla de traición y amor. Algo dentro de ella se tambalea, y la resistencia a luchar contra ellos comienza a desmoronarse.

Adara siempre había impedido que alguien tocara a sus hijos; ahora, el dolor de enfrentar el poder de sus propios hijos mientras intenta retener su poder la consume.

El brillo frío y determinante en los ojos de Hekatia comienza a desvanecerse lentamente, dando paso a una luz más cálida y vulnerable, como si la propia esencia de su poder estuviera diluyéndose.

Adara: Eso es. Ustedes pueden- su voz es firme a pesar del agotamiento-. No se detengan.

Isabella, con lágrimas brillando en sus ojos que reflejan el poder que aún contiene, solloza mientras mira a su madre.

Isa: Mamá- su voz está cargada de dolor y amor.

La energía que antes envolvía a Hekatia comienza a desmoronarse, y la conexión con las Gemas del Infinito recae ante la fuerza de los Ryder's.

Dylan: Dinos qué hacer- suplicó con desesperación-. Dinos cómo salvarte.

Adara, con una sonrisa débil pero orgullosa, sostiene el filo de la espada y lo clava más profundamente en su pecho. Su respiración es entrecortada, pero sus palabras son firmes y resolutas.

Adara: Saben lo que deben hacer- su voz es un susurro-. Es lo correcto. Solo así... podrán acabar con esto y salvar al mundo.

Dylan, con lágrimas en los ojos, cierra su mirada en señal de aceptación. Su dolor se transforma en una resolución ardiente.

Dylan: Yo no quiero salvar al mundo- dijo con tristeza-. Yo quiero salvarte a ti. Por favor...

Su voz se rompe mientras se arrodilla al lado de su madre, la angustia en sus palabras revelando el peso de su sacrificio personal.

Adara: No deberían ser ustedes- sus ojos se dirigen a la espada clavada en su pecho-. Pero son los únicos capaces de destruirme, los únicos que tienen el poder de hacerlo.

La voz de Adara tiembla, y a pesar del profundo dolor que refleja, hay una paz resignada en su tono. Sus palabras, aunque breves, transmiten el amor incondicional hacia sus hijos. A medida que sus últimas palabras se desvanecen, las Gemas del Infinito que aún permanecen dentro de su cuerpo comienzan a apagarse.

Adara, con la respiración entrecortada y el rostro pálido, extiende una mano temblorosa hacia Isabella. La niña, con lágrimas en los ojos y una expresión de angustia, se acerca a su madre. Sin dejar de sostener la espada, Isabella coloca la mano libre en la de Adara, sintiendo el temblor de su piel.

𝐒𝐄𝐆𝐔𝐍𝐃𝐀 𝐎𝐏𝐎𝐑𝐓𝐔𝐍𝐈𝐃𝐀𝐃 𝟐 || AvengersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora