Más allá de una colaboración

I promise you

-Narra Violeta-
-¡CHIARA! (Entro al piso corriendo y la encuentro tirada en el suelo del salón, sangrando).
Vamos, amor. (Trato de levantarla). ¡¿Qué ha pasado?!
-El... el bebé, Vio. (Balbucea llorando, a punto de desmallarse). Lo perdemos.
-No, no. No te duermas, mi vida. Vamos. (La cojo y salimos para el coche). Te prometo que va a ir todo bien, no lo vamos a perder. No te duermas, por favor. Ya vamos a llegar al hospital.

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-¡AYUDA, POR FAVOR! (Digo al entrar al hospital) ¡Está embarazada y está sangrando mucho!
-Por aquí, rápido. (Me dicen unos enfermeros).
-Vamos a llevárnosla. Quédese aquí y vendremos a informarla. (Me dice y se la llevan en una silla de ruedas).

Me quedo en la sala de espera, no paro de llorar y me siento un minuto, pero enseguida me levanto y me pongo a dar vueltas. Ahora mismo, sólo trato pensar en que todo esté bien, por favor. Ella tiene que ponerse bien... Había mucha sangre, joder ¡¿Por qué no atendí sus llamadas?! Si, tan sólo, no hubiera ido hoy al estudio, habría podido ir antes a por ella y no habría perdido tanta sangre.
Si pierde al niño, que espero que no pase, no me lo perdonaría nunca. Estaría destrozada, quitaría un poco el sentido de mi vida actual. Chiara y Ander son lo más importante que tengo hoy en día, son mi prioridad y me niego a perderles: me costaría mucho superarlo y dudo que lo hiciera. Encima, estábamos enfadadas porque fui una imbécil. Por mi estupidez no he estado con ella estos días; si no me hubiera comportado así, quizás hubiera estado en casa hoy y no habría pasado esto. Aunque, ni siquiera sé lo que ha pasado exactamente, pero no puedo pensar en eso ahora mismo.
En cuanto la vea, me voy a disculpar por todo y voy a estar junto a ella, pase lo que pase. Quiero estar con ella toda mi vida. Que le quede claro que ella y el niño son mi todo y siempre lo van a ser.

Un rato después...

He perdido la cuenta del tiempo que llevo aquí esperando, no sé si es mucho o poco... En cuanto veo a la médico venir, voy corriendo hacia ella.

-¿Cómo están? (Le pregunto alarmada).
-¿Es usted familiar de Chiara Oliver? (Me pregunta).
-Sí, soy su pareja. ¿Está bien? (Vuelvo a preguntar, desesperada). ¿Y el niño?
-Están estables. Puede tranquilizarse.
-Uffff. (Suspiro, tranquilizándome). ¿Y qué le ha pasado?
-Debido a que ha perdido mucha sangre, vamos a tener hacerle una cesárea dentro de dos días. Es necesario, ya que un parto natural sería muy arriesgado porque, a causa de la caída, se le ha roto la placenta. Así que, la cesárea es la opción más segura para ella y el niño. Supongo que estará enterada de que este método de parto tiene una recuperación, para la madre, más lenta porque es una operación, al fin y al cabo.
-Vale. Pero va a salir todo bien, ¿verdad? (Le pregunto preocupada).
-Trataremos de que así sea, sí.
-¿Y le ha afectado algo de esto al bebé?
-No, por suerte no.
A Chiara ya la hemos informado de todo, está despierta en su habitación. (Me dice). Puede pasar a verla.
-Vale, muchas gracias, de verdad. ¿En qué habitación está?
-En la habitación 105.
-Gracias. (Me voy corriendo).

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-¡Chiara! (Entro a la habitación y la abrazo con cuidado). Menos mal que estás bien... que estáis bien. Lo he pasado fatal, tenía muchísimo miedo de perderos. (Me cae una lágrima).
-Estamos bien. Gracias por venir, sino no sé qué hubiera sido de mí, de nosotros.
-¿Cómo no iba a ir? Mi amor, perdóname porque tendría que haber llegado antes... responder a tus llamadas. Estaba en el estudio y no.
-No te disculpes por eso, ni se te ocurra, ¿vale?
-Entonces, te pido perdón por lo del otro día. Fui una imbécil, me comporté como una novia horrible y tenías todo el derecho de enfadarte. Vamos, toda la razón.
-No tiene sentido darle vueltas a eso ahora, Vio. (Me dice, negando con la cabeza). Tenemos que centrarnos en la cesárea y en el niño.
-Pero perdóname, por favor. Chiara, me comporté muy mal y necesito que me perdones.
-(Se acerca y me besa). Deja ya de llamarme Chiara, tonta. Y claro que te perdono, ¡¿cómo no te voy a perdonar?! Si eres el amor de mi vida y la madre de mi hijo. Estamos comprometidas, ¿no? (Dice entrelazando nuestras manos). 
-Joder, gracias. (Sonrío y, ahora soy yo quien se acerca a besarla). ¿Sigues queriendo estarlo?
-Of course, my love. Espero que hayas guardado el anillo.
-Por supuesto. En cuanto pueda voy a casa a por él.
-Perfect. Mañana, cuando me den el alta, antes de ir a mi casa, pasamos por la tuya y lo cogemos.
-Como quieras. (Digo sonriéndola y volviéndole a besar).
Oye, amor. ¿Qué ha pasado? ¿Quieres contármelo?
-Estaba en el salón cuando abrieron la puerta, supongo que la forzaron. Yo pensé que eras tú porque eres la única, a parte de mí, que tiene llave. Entonces fui a la puerta y era un hombre encapuchado vestido de negro, venía a robar; un ladrón, vamos. Se llevó el poco dinero que tengo en casa, el joyero y mi teclado. Intenté evitar que se llevara el teclado pero me empujó y no pude hacer nada. Así que, se fue con él, también. (Le caen lágrimas).
-Joder, ¿te dijo algo? (Le pregunto, mientras le acaricio la mejilla y le limpio las lágrimas).
-Sólo me gritaba que dónde estaba el dinero y ya está.
Tu solucionaste lo de las amenazas, ¿no? Escuché todos tus audios. Me alegro un montón, estoy mucho más tranquila.
-Sí, está todo arreglado.
Venga, amor. Duérmete, ¿sí? Tienes que descansar. (Le doy un tierno beso y me levanto).
-Hey, no. Come here with me, please. (Da palmaditas en el colchón).
-Amor, no quiero hacerte daño.
-Nunca me harías daño. Come, my love. (Me ruega con la mirada).
-Bueno, está bien. De todas formas, si te duele algo, me lo dices. (Me tumbo con ella y le acaricio el vientre con mimo).
-Te amo. (Me besa).
-Te amo más. (Le respondo).

A la mañana siguiente...

El doctor ha hablado con nosotras antes de irnos y darle el alta a Chiara, nos ha citado dentro de dos días para realizarle la cesárea. Allí, nos informarán de si podré o no entrar a la intervención. Espero que sí.
Vamos a mi piso a por el anillo, Kiki se queda en el coche para que no haga muchos esfuerzos. Al llegar a su casa, me encargo de que se acomode en el sofá y yo llamo a sus padres, los míos y a nuestros amigos, para contarles la situación actual y lo que ha pasado. Mi madre se ha preocupado un montón, quería venir a Madrid ya mismo para estar con nosotras pero le he convencido de que no lo haga. Le he dicho que no es bueno que haya mucha gente en casa atosigando a Kiki y lo ha entendido. Los padres de Kiki, se ha quedado hablando con ella mejor hasta ahora.

-¿Vamos a la cama? (Le pregunto al entrar en el salón).
-Sí, vamos. (Trata de levantarse).
-Deja, que te ayudo mejor. (Me acerco y la ayudo a levantarse).
-Amor, yo puedo.
-Déjame cuidarte, por favor. Ya sabes como soy y con lo que ha pasado, sigo preocupada. (Le digo, tumbándonos en la cama).
-Ya, ya te conozco. (Se levanta la camiseta y se acaricia la tripa). Yo también he tenido mucho miedo, ¿sabes? Y lo sigo teniendo. Nos han dado un susto terrible, ¿eh, Ander? (Le habla al bebé).
-Pero vamos a sacar algo bueno de esto, mi niño. Dentro de dos días ya vas a estar con nosotras y te vamos a conocer, por fin. Tenemos muchas ganas de verte. (Le digo, acariciando el vientre también).
-Y te vamos a dar todo nuestro amor. I promise you. (Dice Kiki).
-Te amamos.