Promesas...
Todos prometemos algo a a otras personas, ya sea ayudarnos, siempre estar ahí para cuando nos necesiten...
Pero... ¿Qué hay de la promesa del amor?
El amor verdadero es la promesa más sincera y hermosa que puede existir, esa promesa...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
JungKook
Dios... Mi corazón...
"¿Que acabas de hacer, Jeon Jungkook?
"Realmente te pasaste... ¿Como te atreves a portarte así con tu secretaria?"
Sacudí mi cabeza, pues, no quería seguir pensando en la estupidez que acabé de cometer.
Me encontraba caminando hacia el primer piso, específicamente hacia la cocina; La señora Choi al verme, realizo una reverencia.
—Joven Jeon, ¿En qué puedo ayudarle? —pregunto.
—Señora Choi, ¿tiene algo para comer? —indague.
La señora Choi se quedó pensando unos segundos, para luego decir: —Si, creo que nos quedó algo del almuerzo de hoy. ¿Tiene hambre, señor?
Yo negué. —No, es para mí secretaria, no ha comido nada hoy. —respondí con algo de tristeza.
—Pobrecita. —expreso. —No se preocupe, ahora mismo se lo caliento. —dijo.
—Bien, gracias, señora Choi.
—No hay de que, señor. —dijo, para luego ir a hacer lo que le indique.
Yo por mi parte, salí de la cocina, para así, dirigirme hacia las escaleras.
En eso, escucho la voz de mi madre, por lo que, por inercia, detengo mi paso, para así acercarme hacia ella.
—¿Que sucede, Má?
Ella dejo la revista que estaba leyendo de lado, para así, levantarse del sofá, para luego acercarse hacia mí.
—Jungkook. —Pronuncio mi nombre, a lo que yo levante una ceja, lo cual le indicaba que la estaba escuchando. —Dime la verdad, ¿Tu secretaria es la pequeña Eun-Jin que yo conocí cuando era una niña? ¿No?
Yo mire hacia mi alrededor, para así asegurarme de que estuviéramos solos.
Me acerque más a mi madre.
Asentí. —Tengo la leve sospecha de que si es ella. —le dije en un susurro el cual era apenas audibles para ambos.
Mi madre poso sus manos sobre sus labios, mientras que sus ojos se abrían más de lo normal
—¿Como puede ser posible?
—No lo se. —exprese con un tanto de duda. —, Pero algo me dice que si es ella. Esta noche me reuniré con los chicos para hablar sobre eso.
—Si, yo también sentí lo mismo cuando la vi. —dijo, mientras se cruzaba de brazos un tanto pensativa. —Yo estoy segura de que si es ella. —comento mi madre en un pequeño sucurro, apenas audible para mi.
Yo asentí. —Si, yo también, pero prefiero no hacerme ilusiones. —dije con algo de tristeza.
Mi madre poso sus manos sobre mis mejillas. —Tranquilo, ya veremos que pasa.
