Capítulo 32

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Jake

El campus está tranquilo después de la tormenta, con solo el sonido del agua goteando de los árboles y el susurro del viento. Alex y yo caminamos en silencio. Al acercarnos al centro del campus, veo a Emma, Tyler y Aurora que vienen hacia nosotros. La preocupación se refleja en sus rostros, especialmente en el de Emma, que apresura el paso hasta llegar a mí.

—¡Jake! —exclama Emma, abrazándome con fuerza, como si no me hubiera visto en años—. Estábamos tan preocupados...

—Lo siento, Emma —digo mientras le devuelvo el abrazo—. No quise asustarlos.

—Lo importante es que estás bien —dice Tyler, colocando una mano en mi hombro, y Aurora asiente en silencio, su mirada llena de alivio.

Alex explica rápidamente cómo me encontró y lo que ocurrió después. Emma se mantiene en silencio, escuchando con atención, aunque sé que ya está al tanto de todo lo sucedido en la cena con nuestra abuela. Sus ojos me dicen que hay más que necesita decirme, y yo también lo sé.

—¿Podemos hablar? —le pregunto, sabiendo que necesitamos sacar todo esto a la luz.

Emma asiente, y juntos nos apartamos del grupo, dirigiéndonos a una de las bancas cercanas. El campus, normalmente lleno de vida, ahora parece desierto, como si el peso de la tormenta aún estuviera presente en el aire.

Nos sentamos, y el silencio entre nosotros se alarga, cargado de las cosas no dichas. Emma finalmente es la que lo rompe.

—Jake, lo que pasó anoche... no fue fácil para ninguno de nosotros. Pero sobre todo para ti —dice suavemente, su voz llena de comprensión.

—Lo sé —respondo, bajando la mirada hacia mis manos—. La abuela... fue difícil escucharla hablar.  

Emma suspira, y puedo ver la tristeza en sus ojos.

—Jake, la abuela no sabe todo lo que pasó, no como nosotros lo vivimos. Mamá hizo lo mejor que pudo, y tú... tú también. No tienes que cargar con la culpa de todo.

—Pero cuando ella habló de papá, y de cómo nos dejó... Me di cuenta de que no lo vi venir. No me di cuenta de la gravedad de la depresión de mamá. Si hubiera estado más atento, si hubiera hecho algo...

—No podías saberlo, Jake. Éramos demasiado jóvenes —Emma toma mi mano, su toque es firme y reconfortante—. No podías hacer nada. Mamá tomó sus propias decisiones, y no eres responsable de eso.

Siento un nudo en la garganta mientras intento procesar lo que Emma está diciendo.

—Lo sé, pero es difícil no sentirme así —admito, finalmente alzando la vista para encontrarme con sus ojos—. Emma no dejo de preguntarme ¿Qué hubiera pasado?

—No puedes vivir pensando en el "qué hubiera pasado" —dice Emma, apretando mi mano—. Lo que importa es lo que hacemos ahora. Estamos juntos en esto, y tenemos que seguir adelante. Es lo que ella hubiera querido.

—Gracias, Emma —digo, sintiendo que parte del peso en mi pecho se aligera—. No sé qué haría sin ti.

Emma sonríe, y es como si el sol finalmente rompiera las nubes de la tormenta.

—Siempre estaré aquí para ti, Jake. Somos hermanos, y eso significa que nunca estarás solo.

Nos quedamos en silencio por un momento más, disfrutando de la paz que trae estar juntos, sabiendo que, pase lo que pase, nos tenemos el uno al otro. Cuando finalmente nos levantamos de la banca, sé que, aunque el camino por delante no será fácil, no lo recorreré solo. Emma está a mi lado, y con Alex, sé que podré enfrentar cualquier cosa.

Chico Malo, Corazón BuenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora