Harry Potter : Another Chance (HP:Otra Oportunidad) - 1

Capítulo 133:Una Dama Misteriosa y una nueva Varita

Descargo de responsabilidad:

Harry Potter y todos sus personajes pertenecen a J.K. Rowling.

No soy dueño de nada más que de los personajes originales que hago.

"Diálogo"

'Pensamientos'

.

Harry apareció dentro del Caldero Chorreante. Todavía era temprano por la mañana, por lo que había poca gente.

"Bienvenido a . . . ". Tom miró a Harry con interés. "¿Viniste solo, muchacho?".

Tom reconoció el uniforme de Hogwarts. No era raro que vinieran estudiantes durante el año escolar, pero los más jóvenes siempre venían acompañados de un maestro.

"Sí, señor. Voy a Ollivanders". respondió Harry.

"Mmm, pareces muy joven para ir solo. Normalmente, solo dejan viajar solos a quienes han aprobado sus OWL", señaló Tom.

"Soy muy maduro para mi edad, así que me dejaron ir solo. Pero puedes llamar al Director de Hogwarts por la red flu si quieres". Harry se limpió el hollín de la ropa. "Ahora, si me disculpas, tengo que visitar a un anciano".

Tom lo miró fijamente mientras se iba pero no dijo nada, luego miró hacia la chimenea.

Las calles del Callejón Diagon ya estaban muy animadas.

Era casi mediados de diciembre, por lo que era normal ver más gente haciendo compras de lo habitual.

Harry ignoró las miradas y se dirigió directamente a Ollivanders. Hoy no tenía nada más que hacer en el callejón y quería terminar con esto rápidamente.

Cuando entró en la tienda, Ollivander ya estaba atendiendo a alguien.

Una mujer alta con cabello largo y oscuro y ropa elegante.

Pudo reconocer la seda de acromántula y los hilos de oro en su túnica, lo que indicaba que probablemente se trataba de una dama de una rica familia mágica.

"Mmm . . . no sé cuál sería mejor . . . ".

Parecía preocupada por decidir algo.

Ollivander apartó la mirada de ella y miró a Harry. "Bienvenido, joven. Estaré contigo en un momento".

La mujer se giró y miró a Harry.

Cuando vio su rostro, Harry se sorprendió de lo hermosa que era esta mujer.

Parecía tener más o menos la edad de su madre, con un rostro perfectamente proporcionado, ojos oscuros y una sonrisa amable. 

"Hola, jovencito. Perdón por tardar tanto . . .  ¡Oh!, quizás puedas ayudarme".

"¿Ayuda con? . . . ". preguntó Harry.

"Verás, mi hija quería comprarle un regalo a un niño de tu edad. Nos decidimos por uno de estos porta varitas, pero no puedo decidirme por cuál elegir . . . ". dijo la mujer preocupada.

"Entonces, quieres que te ayude a elegir una funda . . . ". Harry miró las tres piezas que estaban sobre la mesa. Estaba familiarizado con ellas.

"Piel de dragón, caparazón de cangrejo de fuego y piel de trol", enunció Harry.

"Muy bien, jovencito . . . tienes buen ojo". Ollivander asintió con aprobación.

"El caparazón de cangrejo es inmune al fuego y muy resistente al daño físico, mientras que la piel de troll y de dragón es extremadamente resistente a la magia en general. A menos que este chico vaya a trabajar con dragones de forma habitual, yo descartaría esa. Y entre troll y dragón . . . elegiría al cien por cien la piel de dragón. Es un poco más difícil tallar encantamientos en ella, pero merece la pena. Sugeriría un encantamiento de invisibilidad si todavía está en la escuela. La mayoría de las Escuelas no permitirían el uso de fundas".

"Vaya, eres un joven muy erudito". La mujer de cabello negro parecía impresionada. Miró a Ollivander. "Me quedo con el de piel de dragón".

El Anciano colocó la funda en una elegante caja y la dama pagó por ella.

"Gracias por tu ayuda, jovencito. Espero que nos volvamos a encontrar". Luego caminó hacia la puerta antes de detenerse cuando se dio cuenta de que se había olvidado de preguntarle su nombre.

"Señor Potter, ébano de once pulgadas y núcleo de Fénix, ¿No es así?". preguntó Ollivander con una sonrisa cómplice.

"Solía ​​ser al menos . . . ". murmuró Harry.

"¿Hay algo más, mi señora?". preguntó Ollivander, notando que ella se había quedado en la entrada mientras miraba hacia ellos.

Harry se dio la vuelta y notó que la mujer lo miraba con ojos intensos.

Luego miró al anciano. "No, eso es todo. Gracias, señor Ollivander . . . y a usted también . . . señor Potter". Le dedicó una sonrisa misteriosa y salió por la puerta.

'¿Quién era esa mujer? Su rostro me resultaba algo familiar', pensó Harry.

"Entonces, señor Potter, ¿Qué puedo hacer por usted? Espero que la varita que le vendí le esté sirviendo bien . . . ".

"En realidad, no . . . por eso estoy aquí. Necesito una nueva varita". Harry podría haberlo expresado mejor.

"¿Perdón?": Ollivander parecía sorprendido. "¿Qué pasó con el que te vendí? ¿Se rompió?".

"Bueno . . . sí, se rompió". admitió Harry.

"Muéstramelo entonces, estoy seguro de que puedo repararlo en poco tiempo —prometió Ollivander.

'Ésta no...', pensó Harry. 'No, verás . . . no queda nada de la varita. Ha desaparecido todo, incluido el núcleo'.

"¿El núcleo también se ha ido? . . . Eso es imposible. Las plumas de fénix son uno de los materiales más resistentes del mundo, ninguna magia realizada por un joven estudiante podría destruirlo por completo . . . ahora dígame la verdad, señor Potter. ¿Qué pasó con la varita? ¿La extravió?".

"¿Quieres la verdad? Bien . . . activé un artefacto rúnico que me permitió canalizar a través de él el poder mágico combinado equivalente al de docenas de Magos y usé este poder para crear una llama tan caliente que quemó el hidrógeno de la atmósfera, manifestando algo parecido a un sol en miniatura o una pequeña explosión nuclear. Luego, empleé esta llama para exterminar a un Basilisco de la mitad del tamaño de Hogwarts. Esta cantidad de magia fue demasiada para la varita y se convirtió en polvo . . . incluyendo al núcleo".

Ollivander lo miró fijamente durante un minuto entero antes de volver a hablar. "Supongo que estoy fuera de onda después de todo . . . No entiendo las bromas de la juventud actual . . . ".

"No, eso no fue una bro-".

"Muy bien, señor Potter, lo entiendo. Haré otra varita, pero solo si me promete que cuidará mejor de ésta. Las varitas no son herramientas para maltratar y tirar a la basura; ¡Deben ser respetadas!". dijo Ollivander con expresión severa.

Harry renunció a discutir con ese hombre.  

"Claro . . . lo prometo".