Capítulo 14: El Consejo del Rey

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Las puertas de la sala del trono se abrieron con un eco profundo, reverberando por los majestuosos pasillos de Hallownest. Caelum y Elyra avanzaron hacia el trono, donde el Rey de Hallownest permanecía sentado, su figura imponente, aunque envuelta en una aura de tristeza desde la pérdida de su Reina. A su alrededor, sombras danzaban en los rincones de la gran sala, y la luz que provenía del vitral sobre él apenas lograba penetrar la penumbra que lo rodeaba.

Caelum, con su aguijón enfundado y su postura firme, se inclinó levemente ante el Rey.

-Majestad, hemos sido atacados por una criatura del Nido Profundo -informó con su habitual tono frío y directo-. Se encontraba dentro de los muros del castillo.

Elyra, aún con su báculo en la mano, miró al Rey con una mezcla de respeto y preocupación.

-Llegó demasiado cerca, mi señor. Caelum lo detuvo, pero... no comprendo cómo pudo atravesar nuestras defensas -añadió con una voz suave, pero llena de preocupación.

El Rey, cuyas facciones habitualmente serenas y contemplativas, se tensaron ante la noticia. La mención de criaturas del Nido Profundo dentro de sus tierras lo sacudió visiblemente. Sus ojos, habitualmente nublados por el dolor de la pérdida, brillaron con una mezcla de alarma y desconcierto.

-¿Dentro de Hallownest? -repitió, su voz profunda resonando en el gran salón-. Nunca... nunca han entrado antes. Nido Profundo ha permanecido en sus tierras. No reconocen mi reinado, pero tampoco habían osado invadir nuestras fronteras.

Se levantó lentamente de su trono, su figura alta y majestuosa proyectando una larga sombra. Aunque el Rey siempre había sido una presencia poderosa, la tristeza lo había debilitado. Sin embargo, en ese momento, el viejo líder parecía despertar del letargo en el que había caído desde la muerte de su Reina.

-Esto no puede ser una simple incursión -murmuró, más para sí mismo que para los presentes-. Algo debe haberlos motivado. ¿Por qué ahora? ¿Por qué tan cerca de ti, Elyra? -Su mirada se posó en la luminaria, un brillo de preocupación visible en sus ojos.

Elyra, un tanto sorprendida por la pregunta, respondió con la gracia y educación que la caracterizaban.

-No lo sé, Majestad. Pero el peligro era real. No solo para mí, sino para todos en Hallownest. -Sus manos se aferraron ligeramente a su báculo, como buscando un ancla-. Sin la protección de Caelum, habría sido una amenaza aún mayor.

El Rey asintió lentamente, su mirada recorriendo la sala, como si buscara respuestas en las paredes antiguas del castillo. Las criaturas de Nido Profundo nunca habían sido un problema en Hallownest, al menos no de esta magnitud. El equilibrio que había mantenido al reino separado de sus enemigos estaba ahora en peligro.

-Esto no puede ser ignorado -dijo finalmente-. El Nido Profundo está violando las fronteras de Hallownest, algo que no ha sucedido en siglos. Debemos reforzar las defensas y descubrir qué los ha empujado a actuar de esta manera.

Caelum, que había permanecido en silencio tras su reporte inicial, avanzó un paso más.

-Majestad, sugiero que se incremente la vigilancia en los límites de nuestras tierras. Si una criatura pudo atravesar los muros, podría haber más que intenten lo mismo.

El Rey lo observó, su expresión grave, pero con un leve destello de confianza en los ojos.

-Tienes razón, Caelum. Tus habilidades nos han salvado hoy, pero no podemos depender solo de la fuerza. Debemos investigar qué ha causado esta ruptura en la paz que manteníamos con Nido Profundo.

-Enviaré exploradores -propuso Caelum-. Y yo mismo patrullaré los alrededores.

El Rey lo miró con gratitud, aunque no pudo evitar percibir el cansancio en la mirada del guardián de Elyra.

-Has hecho más que suficiente hoy, mi fiel caballero. Pero no debes enfrentarte solo a esta nueva amenaza. Hallownest debe unirse para defenderse de lo que venga -afirmó, y luego, con una voz más baja, añadió-. Y debemos proteger a Elyra a toda costa. Si han venido por ella...

Elyra, sorprendida por la implicación, dio un paso adelante.

-¿Por mí, Majestad? No puedo imaginar por qué lo harían.

El Rey la miró con solemnidad.

-Eres una luminaria, Elyra. Tu poder y luz son únicos en Hallownest. Si Nido Profundo lo sabe... podrían buscar aprovecharse de ello. No debemos subestimarlos.

Elyra tragó saliva, procesando las palabras del Rey. Aunque su misión era traer esperanza a Hallownest, no había considerado que su presencia también pudiera atraer peligro. Sentía una profunda responsabilidad, pero también sabía que no podía enfrentarse a este nuevo desafío sola.

-Haré todo lo posible por no ser una carga, Majestad -dijo finalmente-. Pero también sé que no puedo enfrentar este peligro sola. Dependo de la protección de Caelum y... confío en que juntos podremos superarlo.

Caelum, que hasta entonces había evitado mirarla directamente, no pudo evitar sentir una punzada de algo desconocido en su interior al escuchar esas palabras. Sabía que su deber era protegerla, pero la conexión que sentía con ella, esa mezcla de responsabilidad y algo más que no podía definir, lo mantenía en constante alerta.

-Protegerte es mi propósito -dijo simplemente, sin adornos ni florituras. Pero en sus palabras, había más que una simple obligación.

El Rey, satisfecho con la resolución de ambos, les dio una última instrucción.

-Manténganse alerta. Informaré al consejo y prepararemos una respuesta adecuada. No permitiremos que Nido Profundo avance más en nuestras tierras. Elyra, tu seguridad es nuestra prioridad -dijo, mientras su mirada se suavizaba un poco-. Gracias a ambos por su servicio y dedicación.

Elyra inclinó la cabeza con respeto, mientras Caelum simplemente asentía. Con el permiso del Rey, los dos se retiraron de la sala del trono, sabiendo que los días venideros traerían nuevos desafíos.

Hollow Knight - La Última Guardiana  T1 y T2Where stories live. Discover now