Nox permaneció inmóvil por unos momentos tras la batalla, con la respiración aún agitada y el corazón pesado. El cuerpo inerte del receptáculo yacía enfrente suyo como un espejo roto de lo que él mismo era. Algo en su apariencia le resultaba terriblemente familiar, pero su mente no podía conectar los fragmentos que bullían en su interior.
—¿Por qué siento... que te conozco? —murmuró, su voz apenas audible en la vasta penumbra de la Cuenca Antigua.
Con una mezcla de melancolía y agotamiento, Nox se apartó del cuerpo y comenzó a explorar el resto de la zona, tratando de despejar su mente. Fue entonces cuando encontró algo que cambiaría su viaje.
En un rincón oculto de la cámara, donde las sombras eran más densas y los ecos se desvanecían rápidamente, Nox encontró un pedestal tallado con un detalle intrincado. Sobre él descansaban unas alas de un color metálico iridiscente, brillando tenuemente en la penumbra. Las alas parecían ligeras como el aire, pero emitían una energía poderosa que hizo que Nox se detuviera a cierta distancia.
—¿Qué es esto...? —susurró mientras se acercaba con cautela.
Extendió la mano, y tan pronto como sus dedos rozaron las alas, estas se desintegraron en una lluvia de luz que lo envolvió por completo. Nox retrocedió por reflejo, pero la energía no era hostil. Sentía cómo la esencia de las alas se unía a él, fusionándose con su cuerpo.
Por un momento, su espalda ardió como si algo estuviera surgiendo desde su interior. Instintivamente, se inclinó hacia adelante, sintiendo cómo esa fuerza recién adquirida se estabilizaba. Cerró los ojos, respirando profundamente, y cuando los abrió, sabía que algo había cambiado.
Se concentró, y de repente, unas alas translúcidas surgieron detrás de él, ligeras como un suspiro. Las movió con torpeza al principio, pero rápidamente entendió que estas alas no eran solo para lucir; le permitían volar por un breve momento, dándole acceso a lugares que antes estaban fuera de su alcance.
—Esto... —dijo, mirando las alas con una mezcla de asombro y gratitud—. Esto me ayudará.
Aunque el descubrimiento lo llenaba de determinación, su mente no podía olvidar lo que había dejado atrás. El receptáculo roto seguía presente en su mente, una figura que evocaba una conexión que no podía explicar.
Nox regresó a la cámara donde yacía el cuerpo inerte del receptáculo. Su mirada era solemne, cargada de un sentimiento que no podía nombrar. Aunque no tenía recuerdos claros, sabía que este ser había sufrido mucho, y no podía simplemente dejarlo allí, atrapado en el olvido y la corrupción.
Con su aguijón, comenzó a cavar un hoyo en el suelo. La tierra estaba dura y rocosa, pero Nox no se detuvo. Cada golpe del aguijón resonaba en la sala, un eco que parecía reverberar con un propósito más profundo.
Cuando el agujero estuvo lo suficientemente profundo, Nox se arrodilló junto al cuerpo del receptáculo roto. Lo levantó con cuidado, sorprendiéndose de lo liviano que era, y lo colocó dentro de la tumba improvisada.
Se quedó allí, mirando el cuerpo inmóvil por un momento, antes de hablar. Su voz era baja, pero llena de sinceridad.
—No sé quién fuiste, ni por qué nos parecemos tanto... —comenzó, su voz quebrándose ligeramente—. Pero lo que sea que hayas sufrido, ha terminado. Ya no hay dolor, ni lucha. Descansa ahora, donde la infección no puede alcanzarte.
Hizo una pausa, cerrando los ojos mientras colocaba la última capa de tierra sobre la tumba.
—Espero que... encuentres paz, donde sea que estés.
Finalmente, marcó la tumba con una piedra plana que encontró cerca, colocándola con cuidado en la cabecera. Se levantó lentamente, su cuerpo cansado pero su espíritu aliviado.

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Hollow Knight - La Última Guardiana T1 y T2
FanfictionEste fanfic toma inspiración del universo de Hollow Knight, pero no sigue el lore oficial del juego. Aquí, la Vasija Pura será llamada Caelum, y Elyra será el nombre de la protagonista. Los eventos y detalles de los personajes han sido reimaginados...