🍪GALLETAS DE CHOCOLATE🍪

🍪Capítulo 9🍪

«Narra Jimin»
Quince años

Se que lo que hacíamos quizá no era correcto, pero mi corazón pedía un poco de el, o más bien todo de el. Era una inmensa necesidad de protección en sus brazos, sentir su cuerpo cerca del mío era un sentimiento de satisfacción extrema, algo de lo cual sentia extraño y era nuevo para mí. Quizá el también se sentía de esa misma forma, pero era demasiado cobarde para preguntar, ese siempre era mi problema verbal. La timidez me ganaba en todo y era demasiado crudo de asimilar.

-¿Así que te beso?- pregunto mi hermana, nos encontrábamos en su habitación, pasaban de la media noche pero la incertidumbre en mi corazón no me dejaba dormir. Sung-Jin suspiro pensando la situación que le había contado.-¿Te dijo algo más a parte del beso?

-Que me amaba.- le informe, el semblante de ella se palidecio muy brutal.- Que ha estado enamorado de mi desde ya tiempo.

-¿Y te lo dijo así?- asentí.- Es un idiota...

Asentí, estaba de acuerdo con ella.

-¿Es malo que esté enamorado?- estaba preparado para una respuesta que bajara todos mis estándares de haberme enamorado de un niño rico.

-En realidad no.- dijo ella al instante.

-Somos de clases sociales muy diferentes.- pero Sung-Jin me hizo señas de guardar silencio, después de varios minutos de mirarla pensativa se digno a hablar.

-¿No has entrado en celo?- negué.- Pongamos esto así...

-Si.- escuché con atención.

-No has entrado en celo, así que no has desprendido ningún aroma.- asentí mientras ella hacia gestos graciosos.- Si Jungkook es tu Alfa, eso quiere decir que su lobo interior está desesperado por ese celo que te has retardado demasiado....

-¿Es malo?- ella asintió y después negó.

-En realidad no lo sé, de lo único que estoy segura es que es eso lo que tiene tan menso a Jungkook que lo hace comportar como un idiota.- suspiré y asentí.- Es cuestión de que desarrolles tu pubertad, quizá sea la razón por la cual no has crecido como deberías.

-¿Eso crees?- y tenía razón, inclusive ella me sacaba unos diez centímetros más, en realidad todos estaban más altos que yo.

-¿Te sigue preocupando el pasado?- pregunto sacándome de mi transe.- ¿El comportamiento de nuestro padre sigue lastimando tu corazón?

No lo había pensado con claridad, pero haciéndolo en este instante quizá si, los golpes que había visto en contra de mi madre, los insultos. Los maltratos hacia nosotros eran difíciles de tragar, pero en cuestión de salud mental estaba realmente mal, ya que una parte de mi lo odiaba, lo aborrecía con toda mi alma y prefería mantener esa distancia por siempre. Pero la otra parte de mi vida lo extrañaba, no a el precisamente, si no a lo que pudo haber sido, ¿Una familia unida?, ¿Una familia feliz? Eran preguntas que jamás serían respondidas ya que nuestros caminos estaban tan separados.