Amber Y Nelly

- NELLY - 22

Miro a mi esposa, comer con seriedad mientras evita mis preguntas.

Que mal comienzo, pensé que al menos tendríamos un fin de semana tranquilo, pero de nuevo, su padre me viene a arruinar mis planes.

- Suena una completa trampa. Cómo va a hacer capaz de adelantar un examen de ese tipo, es absurdo. Es para que falle, claramente y ustedes no tiene de otra que caer en esa trampa y terminar haciendo lo que él quiere.

Amber baja su taza de té y asiente con mucha molestia.

- Tengo que ir a hacer mi maleta - se levanta.

- No me has dicho si quieres que te acompañe - le digo.

- No, solo vamos y regresamos, además la última vez eso hizo que mi padre se fijara en ti y siga molestando con que quiere que le ayudes a revisar sus cosas y ya sabes que ni una quiere eso.

- Si, pero...

- Te mantendré al tanto, por ahora debo irme - se acerca a besarme - Te amo.

- También te amo, pero no estoy muy feliz justo ahora.

- Lo sé, tampoco lo estoy, pero sabes que falta muy poco para que esto termine...

Confió en que así sea o me volveré loca.

- Debo irme - repite.

Asiento y no la detengo más, dejo que se vaya y trato de pasar dos días sin ella sin perder la cabeza.

- Salió todo mal - Amber me cuenta a su regreso - Irene de alguna manera supo que íbamos, logro ver a Lucía, la altero, altero a la abuela, ellas terminaron alterándome a mí y prometí que tengo una semana para sacarla de casa de mis padres.

Escucho todo mientras termino de guardar mi trabajo en el portafolios.

- ¿Y cómo planeas sacarla de ahí exactamente? Aún nos falta información, estuve revisando algunos documentos y el investigador personal que conseguí y aún no me tiene nada, estoy buscando otras maneras de poder encontrar algo en lo que tu padre haya fallado y dejado huella.

- Será aparte, la sacaré sin tener más de lo que ya conseguí, pero para no enloquezca tanto a mi padre, lo que prometí fue ponerle un departamento a Lucía y a su abuela, aquí, para que termine el año escolar y después pueda irse si eso en verdad es lo que quiere. El tiempo servirá para que termine de reunir todo lo que seguimos buscando y que cuando se vaya mi padre no vaya de tras de ella.

- ¿Estás segura? - pregunto.

Suena aún arriesgado, pero es un gran paso que incluso a mí me conviene. Revelarse así servirá también para que me quite de encima a ese hombre.

- Ya no importa, se tiene que hacer - responde.

- Busquemos un departamento entonces - le digo - ¿Cómo lo necesitan?

- Ya estoy en eso, no te preocupes, mejor cuéntame, ¿cómo te fue estos días sin mí?

Suspiro con cansancio.

- Fue muy pesado, tengo mucho trabajo, pero lo más duro fue no verte - dejo mis cosas en el escritorio y me acerco a mi esposa - Me sorprendió mucho que mi asistente te anunciara, no sabía que ibas a llegar a verme aquí.

- ¿Por qué te sorprende? ¿Acaso tu esposa no puede venir a verte a la oficina? - se cruza de brazos.

- Claro que sí, lo que tú quieras, esposa... - la jalo hacia mí y suelta sus brazos, poniendo sus manos en mis hombros – Te extrañé mucho, ¿sabes?

- ¿Tanto como yo?

- Yo creo que un poco más.

- ¿Si?