a fondo | franco colapinto

021 | thanks

doce de octubre

agustina's pov

Desperté con el sonido de los pájaros en la ventana. Había algo especial en los amaneceres en Barcelona; eran distintos, más cálidos, más vivos. Este era el último día acá, y aunque la idea de volver me daba cierta calma, sabía que extrañaría la energía de esta ciudad.

Chiara y yo habíamos planeado pasar la mañana juntas, pero algo de trabajo de última hora se interpuso en sus planes.

—Voy a estar ocupada un par de horas, pero después salimos a almorzar, ¿te parece? —me dijo mientras revisaba su computadora portátil desde el pequeño balcón del departamento.

—tranqui, voy a dar una vuelta, quería comprar algunos recuerdos antes de irnos.

—Perfecto. Pero avísame si necesitas algo, vale?

Asentí, agarré mi bolso y salí del departamento. El aire fresco de la mañana era revitalizante, y caminar por las calles era como entrar en un cuadro vivo. Pasé por pequeñas tiendas, cafés con olor a croissants recién hecho y turistas sacando fotos frente a edificios históricos.

Después de un rato, encontré un local que vendía todo tipo de recuerdos: imanes, postales, pequeñas figuras de la Sagrada Familia. Elegí un par de cosas para Chiara y algunos amigos en casa, disfrutando del ambiente relajado.

Cuando salí de la tienda, miré el reloj. Todavía tenía tiempo antes de reunirme con Chiara, así que decidí tomar un taxi para regresar al departamento y dejar las cosas.

El viaje comenzó como cualquier otro. El conductor me preguntó de dónde era, y hablamos brevemente sobre la ciudad. Sin embargo, en una intersección, 

algo salió mal.

Un camión se saltó el semáforo en rojo a toda velocidad. Todo pasó demasiado rápido: el impacto, el ruido ensordecedor, y luego el dolor. El auto se volcó y el aire se llenó de cristales rotos. Mi cabeza golpeó contra algo, y lo siguiente que supe fue que estaba siendo sacada del auto por los bomberos.