La guardería está inusualmente silenciosa, salvo por el suave murmullo de conversación que proviene de la oficina de Harry. Está sentado frente a Louis, quien tiene los brazos cruzados firmemente sobre el pecho mientras se recuesta en su silla. Harry no lo culpa; el día no ha sido fácil para ninguno de ellos. Troye está sentado en silencio cerca, con las manos nerviosas entrelazadas sobre su regazo.
La conversación ha sido larga, llena de preguntas logísticas y preocupaciones. Louis ha pasado las últimas dos horas al teléfono verificando cada pieza de información que Troye proporcionó: su dirección, su lugar de trabajo, sus registros médicos. Cada casilla ha sido marcada, pero eso no ha eliminado la tensión que emana de cada poro de Louis.
—Entonces —dice Louis, rompiendo el silencio con voz ronca pero controlada—, ¿haremos esto hoy?
Harry asiente, lanzando una mirada hacia Troye. —Es lo que hemos acordado. Es lo mejor para Andy, Louis.
Troye se remueve en su asiento. —Haré todo lo que me han pedido —dice con voz baja pero resuelta—. Te lo prometo, Louis. No diré ni haré nada que pueda lastimarlo. Solo quiero conocerlo.
Los ojos de Louis se entrecierran ligeramente, pero asiente con un gesto corto. —Bien. Porque si te atreves a...
—Louis —lo interrumpe Harry suavemente, colocando una mano en el brazo del alfa—. Todo saldrá bien. Lo hemos hablado, y Andy sabe más de lo que crees. Es un niño inteligente y siempre has sido honesto con él sobre su madre biológica. Lo entenderá.
Louis exhala con fuerza, pasándose una mano por el cabello. —Sí, pero saberlo en teoría y conocer a su madre en persona son cosas completamente diferentes, Harry.
El corazón de Harry se enternece al ver la preocupación marcada en el rostro de Louis. —Lo has criado para ser amable, considerado y resiliente. Estará bien. Y nosotros estaremos con él en cada paso del camino. No hay nada de qué preocuparse.
Antes de que Louis pueda responder, la puerta se abre y Niall asoma la cabeza. —Odio interrumpir, pero los cachorros ya se han ido, Harry. Andy es el único que queda y empieza a ponerse un poco inquieto. Está preguntando por ti.
—Gracias, Ni —dice Harry con una pequeña sonrisa. Volviendo su mirada hacia Louis, añade—: Voy a verlo y luego... se unirán a nosotros.
Louis atrapa la mano de Harry justo cuando este se levanta, tirando de él para que vuelva a sentarse. —Espera. Sus ojos azules se clavan en los de Harry, llenos de preocupación. —¿Cómo le explicamos esto exactamente?
Harry aprieta la mano de Louis con un gesto tranquilizador. —De la misma manera en que siempre se lo has explicado, Louis. Andy sabe que su mamá biológica tuvo que irse porque a veces las mamás no se sienten bien. Ahora, le diremos que Troye está de regreso porque se siente un poco mejor y quiere aprovechar este tiempo para verlo. Entenderá que si Troye tiene que irse de nuevo, será solo porque no se siente bien, no por algo que haya hecho Andy.
La mandíbula de Louis se tensa y lanza una mirada a Troye. —Ya lo oíste. Ten mucho cuidado con tus palabras. Andy ha hecho un progreso increíble y no permitiré que eso se arruine.
—Lo entiendo —responde Troye con sinceridad—. No lo arruinaré, lo juro.
La mirada de Louis permanece sobre él un momento más antes de que finalmente ceda. —Más te vale.
El alfa toma entonces la mano de Harry y lo lleva a un rincón de la oficina, claramente queriendo que Troye no escuche lo que planea decirle. Sin embargo, es Harry quien toma la iniciativa en la conversación.
Coloca una mano suave en el hombro de Louis. —Después de que se conozcan, necesitas darles tiempo juntos, Louis. Troye y Andy lo merecen, y tú también. Los tres necesitan este tiempo a solas. Recuerda que esto se trata de lo que es mejor para él.
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Kiwi // L.S
RomanceHarry es un lindo omega y dueño de una guardería, él vive intentando compensar el dolor de su corazón entregando su vida al cuidado de pequeños cachorros. ¿Un omega defectuoso? No puede más que soñar con la idea de una vida feliz. Pero Louis es un...