Capítulo XXIV || "La novia"

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El día de hoy era particularmente caluroso, tanto que al terminar las clases iba con la mochila cargada sobre un hombro mientras sujetaba el blazer con la otra. Pasé toda la tarde terminando parte de las escenografías para el estreno de "Romeo y Julieta" y no se si se debía a que estábamos llegando a mitad de año, pero me sorprendió al ver la cantidad de alumnos que seguían en la escuela a estas horas.

Solté un jadeo de sorpresa cuando al bajar las escalinatas de la entrada una mano tiró de mi y me llevó a un costado para aprisionarme contra la pared. Me reí cuando Andrew empezó a dejar besos en mi mejilla antes de juntar nuestros labios. Si bien le dije que dar demostraciones de afecto en público no me gustaban, unos besos por aquí o allá no me molestaban en lo absoluto. Dejando caer mi mochila al suelo, llevé mi mano a su nuca para jugar con su cabello y atraerlo más hacia mí para intensificar el contacto. Andrew sujetó mi cintura rozando la piel de mi estómago que quedaba descubierta, provocándome escalofríos a pesar del calor.

Nunca iba a cansarme de besarlo.

El beso era decidido, lleno de la seguridad que caracterizaba a Andrew en todo lo que hacía. Sus labios me envolvían en un torbellino que me hacía imposible pensar en nada más que no sea él. Lo que pasaba entre nosotros era que no conseguíamos mantener las cosas en un tono inocente, por eso el beso se hizo más profundo, más urgente. Andrew movió una mano para apoyar la palma contra la pared, cerca de mi rostro, su postura se tornó protectora y dominante a la vez.

Me gustaba que creyera que tenía el control. Mordí su labio inferior y tiré de él lentamente antes de separarme y mirarlo:

—¿Sigue en pie la fiesta en la noche?

—Así es, mis padres no volverán hasta mañana de su viaje de negocios así que puedes quedarte a dormir.

Sonreí contra sus labios y volví a besarlo, no podía resistirme. Sentía la mirada de varias personas sobre nosotros, pero no quería que me importara. Eso solo arruinaría mis planes de dejarme llevar por el placer que este chico era capaz de darme. Bajé mi mano de su nuca hacia su cuello con un poco más de presión, no estaba segura de que dejaría marca, pero era mi intensión.

—¡AAAAAH!—escuché un chillido muy reconocido—¡MIRALOOOS! ¡ESTO ES UNA BOMBA!

Rompí el beso y miré hacia la derecha, a la entrada de la escuela donde Isis tiraba del brazo de nuestro hermano mayor mientras me observaban. Había olvidado que vendrían a buscarme.

—Joder...ya debo irme.

Andrew rio ante aquella reacción y se alejó de mi cuerpo para saludar con la mano a mi hermana.

—¿No vas a presentarme?

—A menos que quieras decirle que fuiste quien se coló en su casa y se fue antes de que se entere...prefiero que no, rubio —apreté sus mejillas con la mano antes de recoger mi mochila y empezar a caminar hacia ellos—Te veo en la noche.

—¿Paso a buscarte a eso de la medianoche?

—¡Vale!

Apuré mi paso para llegar a mis hermanos. Horus me rodeó los hombros con su brazo y despeinó mi cabello.

—¡Oye! —lo empujé—¡Suéltame!

—Entonces ¿ese es el tal Andrew? —miró sobre mi hombro—Es guapo.

—Y los atrapamos con las manos en la masa.

—No empieces Isis...—empecé a tirar de ambos para largarnos—¿Nos vamos?

—Me lo imaginaba diferente—Horus continuaba con su análisis—¿Lo invitaste a cenar hoy?

Me pasé una mano por la frente. No sabía cual de los dos era peor con este tema.

La apuesta perdida (MD 1) ©Where stories live. Discover now