Capítulo XXXV || "Los Hamptons baby: parte 1"

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Luego del día de ayer, la escuela estaba llena de rumores acerca de Oliver. No se callaban cuando estábamos presentes, cosa que me llamó la atención porque normalmente se tiende a buscar ser discreto cuando se habla de alguien que está cerca de ti. Eso no parece estar pasando.

A mi no me afectaba, pero ellos fingían. Andrew me rodeó los hombros con su brazo mientras llegábamos a la mesa del comedor con sus amigos.

—Quiten esas caras largas—murmuró—Hoy nos iremos a mi casa de descanso y relajaremos todo el fin de semana.

Sí. Habían escuchado bien.

Luego de la aparición de ayer que, entre nosotros, salió genial, Andrew me había consultado si no me molestaba que sus amigos nos acompañaran. Lo planteó cómo una forma de distraerlos del conflicto y no pude negarme. Al fin de cuentas es su casa, yo no tengo la decisión final.

—Yo estoy bien preparada para este fin de semana—Eva murmuró.

Estaba sentada junto a Carter con una ensalada frente a ella. Él le dijo algo en el oído que la hizo reír. Jessica a su lado se quedó mirándolos.

—Preparé el bolso ayer por la noche—comenté mientras me sentaba—¿Tú, Jess?

La mencionada le sorprendió que me refiriera a ella.

—Hoy me desperté más temprano para hacerlo. Sólo espero que toquen lindos días para tomar sol.

—No creo que debamos irnos—Logan murmuró haciendo a un lado su plato a medio comer—Digo, Oliver está aquí y nosotros aún no hicimos nada.

—¿No dijiste que reaccionar iba a empeorar la cosa? —Andrew le respondió, a mi lado.

—Eso ha sido antes de que me estropeara el coche.

—Se cansará de insistir, ya lo verás.

—No parece con intensiones de detenerse—insistió—Será mejor que me quede y espere por si vuelve a atacar.

—Tío ¿dejarás que arruine tu fin de semana?

Carter se inclinó hasta apoyar sus codos sobre la mesa—Es verdad, solo serán dos días. Si le muestras que no te importa, desaparecerá más rápido.

Logan se pasó una mano por el rostro, no tan convencido.

—Voy a pensarlo ¿ok?

Andrew asintió y se conformó por el momento. Nos concentramos en terminar nuestro almuerzo con un poco de charla por aquí y allá más que nada entre los hombres. Fue Jessica quien llamó mi atención fuera de mi teléfono.

—¿Tu ex compañera de escuela se encuentra bien?

—Oh Betty, sí. El post parto fue bastante rápido, ya está en su casa con la bebé.

—Qué bien.

—Mmhm—asentí, pero sentía que era incómodo—¿Tú cómo vas con la campaña de reina?

—Muy bien, gracias. Sólo queda esperar.

—¿Funciona como en las películas?

—¿En tu escuela nunca tuvieron reina y rey del baile?

Bufé—Con suerte en mi escuela los profesores se acordaban de dictar clases.

—Pues, lo que hacemos aquí es presentar nuestras campañas el primer día y luego es el marketing que cada uno decida. Yo por ejemplo uso mis redes sociales y los panfletos. Eva en cambio es más de comprarse al público con dulces o cosas así.

Miré a su amiga—¿Eso es verdad? Yo no recibí ningún dulce.

Ella sonrió—Oh cariño, eso es porque a ti no tengo que comprarte. Tu voto ya está a mi favor.

La apuesta perdida (MD 1) ©Where stories live. Discover now