Capitulo 120

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En el rancho Alcázar
David Gallardo

"Verónica, tómate esto para que te calmes los nervios, princesa." Soledad le dice a nuestra hermana, dandole un té que huzo hace unos momentos en la cocina.

"Gracias." Verónica responde en un susurro, sus ojos rojos de tanto llorar. "Soledad, mira, yo te pido, por favor que no me digas así, no me llames así. Dime solamente Verónica, porque al final del día no tengo nada, no soy nadie."

"A ver, mi chiquita. Me duele mucho que estés pasando por esto. Pero tampoco es para que digas que no vales nada. Vales mucho." Flavio le dice a la rubia, quien no deja de llorar.

"A ver ¿qué fué exactamente lo que te dijo Miranda?" yo le pregunto a mi hermana.

"No, pues que me había adoptado en uno de esos lugares donde hay niños huérfanos. Y es por eso que digo que no valgo nada. Mis padres me abandonaron." Verónica me responde y Soledad cae en un llanto incontrolable hasta que se va del lugar.

"Pues para los Gallardo vales mucho." Flavio le dice, acariciando su cabello.

"Y para Soledad seguramente eres el regalo más grande." yo digo, envolviendola en un abrazo.

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En el rancho del Junco
Emperatriz del Junco

Después de una reunión en Houston con mi equipo de publicidad, volví al rancho. No había mucho trafico así que no tardé tanto en ir del centro de la ciudad a las afueras donde se encuentra mi casa.

Al llegar fué imposible no ver la camioneta roja que tantas veces había estado aparcada en los terrenos del rancho; la camioneta de Arturo. Sin demoras caminé hasta la puerta de la casona, donde estaban mi hermana mayor y su amado, ambos abrazados.

"Hola, tortolos. ¿Qué tal?" Yo digo con una sonrisa coqueta mientras ellos me miran.

"Hola, bebé." Sofía me dice, su mirada tranquila.

"Pueden seguir que yo solamente estoy de pasaje." yo bromeo y Arturo sonríe.

"Yo ya me iba." Él me dice. Yo asiento y voy hacia los sofás. Escucho como ellos se despiden y mi hermana cierra la puerta con una sonrisa enorme.

"Que lindo es el amor." yo bromeo y ella viene corriendo hacia mi, explotando de la felicidad.

"Ay, bebé, es que él me hace tan feliz." Ella dice, abrazandome.

"El hechizo de los Gallardo. Bien que lo conozco." yo bromeo y las dos nos reímos hasta que escuchamos la voz de Andrea claramente enojada.

"¡A mí me respetas, Leonardo!"

Sofía y yo seguimos la dirección de la voz que viene del escritorio.

"¿Me exiges respeto cuando me desautorizas delante de los empleados, Andreíta?" Leonardo le pregunta a mi hermana.

Al llegar a la oficina los vemos a los dos discutir mientras mamá los observa. Leonardo tiene un golpe en la boca. Quien sabe en lo que anda metido.

"Bueno, alguien lo tenía que hacer; estabas fuera de control." Andrea le responde.

"¿Fuera de control? ¡Yo estaba defendiendolas y a este rancho, de ese Samuel Gallardo!" Leonardo levanta la voz.

"¿Así que él fué el que te golpeó?" Mamá le pregunta a Leonardo, mostrando preocupación.

"Mira." Leonardo le muestra como si fuera un niño.

"¿Que fué lo que pasó con Samuel?" Sofía pregunta, interviniendo en el conflicto.

TIERRA DE REYESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora